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Especial oscaril 2014: Philomena o En busca del hijo perdido

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4 Nominaciones

Mejor película, mejor actriz (Judi Dench), mejor guión adaptado y mejor BSO.

En casi todas las ediciones de los oscars, se cuela entre las nominadas ese melodrama amable y/o buenrollista “basado en hechos reales” que, a pesar de encontrarse lejos de los mejores títulos del año y de no resultar el favorito en ninguna quiniela, arranca la misma cantidad de lágrimas que de sonrisas y deja en el respetable la autocomplaciente y pocas veces admitida sensación de alivio y subidón que provoca que tu propia vida, por comparación, parezca una “entrañable” y mítica sitcom ochentera.




A priori, el argumento de Philomena (una mujer anciana que fue víctima, allá por su adolescencia, del robo abyecto de su propio hijo a manos de un grupo de Sor Marias irlandesas), apunta a que lo último de Stephen Frears podría entrar dentro de esa nada honrosa categoría. Sin embargo, la película ha cosechado un sin número de premios y nominaciones en diferentes festivales y su guión fue premiado nada menos que en Cannes. Por lo tanto, ¿prejuicios o intuición? ¿qué tiene esta venerable y entrañable anciana que ofrecer para haber vencido a candidatas aparentemente más sólidas como Inside Llewyn DavisoBlue Jasmine?




Puntos fuertes

*La historia que se nos narra es potentísima, emotiva y profundamente dolorosa y resulta difícil (por no decir imposible) olvidarla y no empatizar con los desvelos (y lágrimas) de su sufrida protagonista en algún momento del film.

*Judi Dench, es el alma y corazón de una película que, sin ella, probablemente, se derrumbaría (o resultaría bastante más aburrida, ñoña y convencional).

*No cae descaradamente en la lágrima fácil y contiene (agradecidas) críticas directas hacia instituciones otrora tan intocables como cierto sector religioso, la administración Reagan, la burguesía british, e incluso, contra el cada vez más denostado periodismo y los profesionales que lo integran.

*Siempre es un placer dejarse transportar por una partitura de Alexander Desplat.




Contras

*A su crítica social le falta garra, contundencia  y mucha mala leche. En lugar de un zarpazo en toda regla, se queda en un arañazo empapado en Betadine.

* Philomenacontiene una buena historia, pero no es, ni de lejos, una buena película. Carece de personalidad, empaque, dimensión, rabia y contundencia. Visionándola, uno tiene la sensación de haber sido testigo de un buen material desaprovechado. Una vez más, no es el emotivo guión lo que atrapa y convierte en cómplice al espectador, sino la propia historia que se extrae de él (un documental podría haber logrado el mismo efecto).

*La mezcla entre drama crudísimo y “humor abuelil” no está del todo conseguida y, en algunos momentos, incluso lastra la película.

*Su guión contiene algunos diálogos torpones, deus ex machinas y giros brusquísimos que solo nos creemos por el buen hacer de la gran Dench (pero que no evitan que, en algún momento, nos sintamos emocionalmente manipulados).

*El vínculo y la relación que se crea entre los personajes principales no está todo lo aprovechada y desarrollada que sería deseable. El personaje de Coogan se muestra torpemente definido y su evolución es prácticamente nula (tiene un soso arco dramático más neutro que Suiza).

*La frustrante confirmación de que los Weinstein brothers nos la han vuelto a dar con cheese… again.




¿Qué aportará?

Una película “bonita” y “roba-corazones” inspirada en uno de más delicados y dolorosos temas de actualidad, todo un crowd-pleaser, protagonizada por una estupenda Dench, que encantará a unos y enfurecerá a otros, pero que, probablemente, nadie (o pocos) recuerden dentro de unos años.




¿Opciones oscariles?

Parece que la señora Lee no resulta la clara favorita en ninguna de sus cuatro categorías. A menos que el premiado guión y la B.S.O den la sorpresa, me temo que Frears, Judi, Coogan & Co. volverán de vacío a su adorada England.


Soundtrack




El diálogo

Philomena: And after I had the sex, I thought anything that feels so lovely must be wrong.

Martin Sixsmith: Fucking Catholics!





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Especial oscaril 2014: Capitán Phillips o ¡Greengrass, tenemos un problema!

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6 nominaciones:

Mejor película, mejor actor de reparto (Barkhad Abdi), mejor guión adaptado, mejor montaje, mejor edición de sonido y mejor mezcla de sonido.

Repasemos el germen de las películas nominadas en esta edición de los oscars:

El lobo de Wall Street: basada en la novela autobiográfica de Jordan Belfort; Capitán Phillips: escrita a partir del libro del propio Richard Phillips; Philomena: inspirada en el book que Martin Sixsmith escribió sobre la propia Philomena Lee; Dallas Buyers Club: basada en la vida real de Ron Woodroof; 12 años de esclavitud: inspirada en la biografía de Solomon Northup; American Hustle: algunos de los hechos que narra son reales; Nebraska: la intuición dice que, aunque no sea oficialmente autobiográfica, si está inspirada en cosas muy íntimas; Her: obviamente, no puede ser autobiográfica, pero se nota que Jonze de proyecciones románticas y filofobias sabe la tira; y Gravity: OK, esta sí que es pura ficción.  

Algunos acusan a la última película de Paul Greengrass de ser poco verídica. Al parecer y según he leído en una divertida crítica del film, la propia tripulación desmintió la versión heroica de ese Super Capitán que arriesgó su vida para salvarles.“Según ellos, Richard Phillips es un hijo de fruta déspota, imprudente y sin ningún plan en su cabeza de serrín que nadie quiere como capitán. Es más, cuentan que fue realmente el ingeniero aquel que ejerció de héroe y rol que se atribuyó a sí mismo Phillips”.

Personalmente, me importa menos que lo que me cuente sea 100% real que el hecho de que lo que cuente, lo cuente bien. ¿Misión cumplida?




Puntos fuertes

*Tom Hanks dando una lección de interpretación (atención a los últimos 20 minutos de película), a pesar de haber sido ninguneado en la categoría de mejor actor principal.

*La vibrante escena del abordaje y el adrenalínico clímax final.

*Su intensidad.

*La naturalidad de Barkhad Abdi.

*Confiar ingenuamente en que sus tintes de denuncia social convenzan a algún espectador.

*No caer descaradamente en el maniqueísmo ni el patriotismo yankee.




Contras

*Quien espere encontrarse con el mejor y más contundente Paul Greengrass, acabará profundamente decepcionado. Su lectura política y sus trazos de denuncia social son demasiado gruesos.

*Le falta garra y su ritmo resulta demasiado irregular. Por momentos engancha y mantiene el clima de tensión, y en otros, resulta aburrida, pesada e, incluso, innecesariamente larga.

*Los personajes secundarios (especialmente, la tripulación del Maersk Alabama) están pobremente definidos (¡y, en algún momento, incluso desaparecen!). Salta descaradamente a la vista que la peli está diseñada para el único y exclusivo lucimiento de su estrella principal.

*Sabe a poco y, de hecho, lo único que permanece grabado en la retina del film, tras el paso del tiempo, es la interpretación de Hanks.




¿Qué aportará?

Un intenso e irregular film de denuncia moderadamente conseguido y una de las mejores interpretaciones de Tom Hanks.




¿Opciones oscariles?

En un principio, la película no parece favorita en ninguna categoría, pero sus mayores opciones podrían ser las técnicas como sonido, montaje o edición de sonido. La opción de mejor película está prácticamente descartada y Barkhad Abdi, aunque a priori tiene más opciones que las otras 5 categorías (se acaba de llevar el Bafta), parece encontrarse lejos de otros actores con los que compite por la dorada estatuilla.




La frase


“Everything gonna be okay, Irish"




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Critica dePhilomena

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Especial oscaril 2014: Alabama Monroe o Pájaros que que no pueden/saben esquivar los cristales

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1 nominación:

Mejor película extranjera

Desde Bélgica y hablada en flamenco, llega la historia de Elise y Didier, tatuadora ella, banjo player en una banda greengrass él, dos personas magnéticas y bohemias que viven al límite de la marginalidad. Enamorados con una envidiable y exultante intensidad desde el momento en que se ven, forman una envidiable pareja que se convierte en familia con la llegada de la encantadora Maybelle. Todo parece ir sobre ruedas cuando, 6 años más tarde, les sobreviene  una terrible tragedia para la que no están preparados. 

"Todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera" es la mitiquísima frase inicial de Anna Karenina. Y es que lo que hace que nos enamoremos (o no) de una familia y sus desdichas, es su atractiva y, casi siempre, desgarradora singularidad. ¿Tendrán algo de especial o extraordinario Elise y Didier?




Contras

*Puede resultar brutalmente pesimista, hiriente y “flagelante” (especialmente para aquellos que sean padres).

*Transcurre por terrenos conocidos y puede intuirse claramente y desde el comienzo cuál será su parada final.

*Hay escenas que adquieren un tono panfletario naif y nada sutil que resulta algo forzado y no acaba de encajar en el film (de hecho, incluso puede sacar al espectador de la película).

* En ocasiones, peca de ser demasiado sensiblera.

*El título, más poético e inspirado que el original (The broken circle breakdown), es un spoiler.




Puntos fuertes

*Crear personajes tridimensionales que no se conviertan en un refrito o una versión actualizada de otros tantos que hayamos visto hasta la fecha, es bastante más complicado y meritorio de lo que parece. Alamaba Monroe lo consigue. No sólo creemos a la pareja protagonista (¡maravillosos Veerle Baetens y Johan Heldenbergh!) y empatizamos con ella desde el comienzo, sino que la seguimos hasta donde quiera llevarnos (además, su química es desbordante e incluso la niña resulta un talento de lo más adorable).

*Su brillante montaje fragmentado lleno de saltos temporales que genera un efecto emocional en el espectador a través del contraste entre las etapas felices y tristes de la pareja. Esta especie de “montaje de choque” de secuencias, está articulado de tal manera que nunca resulta confuso (siempre sabemos si estamos en el presente, pasado o futuro de la historia).

*Su fabulosa banda sonora. Las canciones del film no solo están perfectamente integradas en la narración, sino que son un recurso vital para expresar, contrastar, matizar y elevar la temperatura emocional de la historia.

*Su intensidad dramática no dejará indiferente a nadie (algunas frases de su guión se quedan grabadas a fuego).

*La metáfora de los pájaros que chocan irremediablemente contra los cristales.




¿Qué aportará?

Merece la pena conocer a Elise y Didier. Alabama Monroe es un intenso melodrama, todo un carrousel emocional con un montaje y un uso de la música fabulosos, que, a pesar de dejar noqueado sin remedio al espectador, resulta más que recomendable. 




¿Opciones oscariles?

Todo apunta a que la favorita indiscutible es La grande bellezza de Sorrentino (triunfó en los premios de Cine Europeo, se ha llevado el globo de oro, el Goya, y el Bafta, entre otros). Sin embargo, la carrera de premios del film de Felix Van Groeningen no es nada desdeñable y nadie se extrañaría que pudiese dar la sorpresa. ¿Antecedentes? Sus premios cosechados, entre otros, en el festival de Tribeca (mejor guión y mejor actriz), Cine Europeo (mejor actriz), su recién cosechado Cesar y Satellite Awards a la mejor película extranjera.

Es incomprensible (y sangrante) que una película con una banda sonora tan potente no sólo no haya sido nominada a mejor BSO, sino que ni siquiera haya arañado una triste nominación a la mejor canción.





Las frases (¡Atención, spoilers!)

“Lo sabía. De hecho, siempre lo he sabido. Que era demasiado hermoso para ser cierto. Que no podía durar. Que la vida no es generosa. No tenemos derecho a amar, no podemos encariñarnos pues la vida no hace obsequios. Vuelve a llevarselo todo riéndose en tu cara, te traiciona”.

“¡Mierda! ¡Malditos pájaros! Con el tiempo, esperarías que eso se inscriba en sus genes. Que contraigan una especie de instinto pasado de madre a polluelo, que cuando vean un marco lo esquiven en lugar de volar a través. Pero aparentemente, es preciso que generaciones de pájaros se estrellen contra este vidrio antes de que lo entiendan”.

“If I needed you, would you come to me. Would you come to me, and ease my pain? If you needed me, I would come to you. I'd swim the seas for to ease your pain"




El especial oscaril sigue en…


Crítica de Capitán Phillips

Crítica de Philomena

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Crítica deFrozen

Minicríticas de Gravity, 12 años de esclavitud, The wind rises y Dallas Buyers Clubaquíy aquí


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Especial oscaril 2014: American Hustle o Why, why, whyyy Delilah

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10 nominaciones:

Mejor película, mejor director (David O. Russell), mejor actor (Christian Bale), mejor actriz (Amy Adams), mejor actor de reparto (Bradley Cooper), mejor actriz de reparto (Jennifer Lawrence), mejor guión original, mejor montaje, mejor dirección artística y mejor vestuario.


Lo peor que le podía pasar a lo último de David O. Russell es el alegre y descontrolado alud de nominaciones y premios que le están lloviendo por todas partes. Y si a las expectativas estratosféricas que se siembran en el espectador, sumamos su impresionante elenco de actores, las posibilidades de que finalmente nos resulte una adornada y brillante castaña se elevan irremediablemente al cubo.




Sin embargo, ya desde la primera escena de American Hustle se nos advierte sobre lo que nos vamos a ver a continuación: un desmejoradísimo y alopécico Christian Bale construyendo y repeinándose una elaborada y patética cortinilla, nos viene a decir que en esta gran estafa americana (¡viva el spanish title!) no se salva de (auto)engaños y falsas apariencias ni el tato.
Lo más recomendable es verla olvidando sus premios, sus múltiples nominaciones y su brutal campaña de promoción: oséase, con nulas expectativas (si es que eso es posible en esta era hiperinformada).





Puntos a favor

*Entretiene y no se hace pesada, larga o aburrida en ningún momento.

*Obviamente, Russel ha demostrado que es un magnífico director de actores, ya que no solo logra extraer muy buenas interpretaciones (y nominaciones) de cada  uno de ellos, sino que parece saber crear una especie de fluida armonía entre el elenco con el que trabaja. En American Hustle, ver a sus cinco interpretes principales disputándose el spotlight y haciéndonos dudar sobre quien lo hace mejor, resulta de lo más estimulante.

*Una deslumbrantemente sexy Amy Adams (capaz de llevar con dignidad y sin caer en la vulgaridad o chabacanería vertiginosos escotes imposibles) magnífica actriz que va ganando adeptos con cada nuevo papelón (y ya van unos cuantos).

*Su resultona e inspirada banda sonora (atención al momento Delilah y Live and let die).

*Su cuidadísima dirección y artística y su hortera (y apropiado) vestuario setentero.

*De alguna manera, hay algo sexy & cool en este film super kitsch que nos atrapa como un guilty pleasure musical.




Contras

*Las últimas y multinominadas películas de David O. Russell tienen un punto en común: una historia con un enorme potencial marcada por un comienzo prometedor que, sin embargo, se va desinflando poco a poco y sin remedio hasta quedarse (prácticamente) sin gas. Para frustración del espectador, sus películas siguen prometiendo mucho más de lo que finalmente dan.

*Pronto se descubre que lo que realmente le interesa mostrar al mimado director (bien de forma intencionada o porque el guión no sabe estar a la altura) es el triángulo amoroso entre 3 de sus protagonistas y sus conflictos personales, por lo tanto, la trama que creíamos principal (esa gran estafa que debía deslumbrarnos con una doble pirueta mortal con tirabuzón en su tramo final), nunca es tal, sólo era un MacGuffin.

*Puede resultar, únicamente, un bonito, cuidado y sobrevalorado envoltorio sin nada consistente o memorable en su interior.

*Las (odiosas) comparaciones con otros films del mismo género (y sus carismáticos personajes).

*La frustrante sensación de que le han llovido injustamente las nominaciones “por arrastre” (y
 no sólo en las categorías actoriles), ninguneando a films que las merecían mucho más.

*¿Es que Christian Bale siempre tiene que convertirse en el rey de la báscula cuando lo dirige Russell? De los 20 kilos que perdió para The Fighter, pasó a ganar 30 para esta supuesta gran estafa yankee. Confesémoslo,  lo que todos nos estábamos preguntando, mucho antes de ver la película, es, ¿merece Mr Russell que uno de los mejores cuerpos de Hollywood se deforme again y ponga en riego su salud de esa manera? Que cada uno encuentre su respuesta…




¿Qué aportará?

Si se lleva una buena tajada en los oscars, supondrá la (injusta) coronación definitiva para David O. Russell. Si, por el contrario, su actuación es más discreta, American Hustle acabará siendo una película ni tan brillante como nos la vendían, ni tan malota como la califican sus haters, sino, simplemente, un resultón entretenimiento muy bien interpretado.




¿Opciones oscariles?

Bastantes, aunque 12 años de esclavitud pinte como la máxima favorita, no conviene descartar que Russell & Co. acaben, una vez más, dando la campanada. De entrada, parece que las categorías técnicas son sus bazas seguras (dirección artística y vestuario). Los actores, por otra parte, lo tendrán más difícil. Posiblemente, Adams será incapaz de batir a la arrolladora Blanchett y Bale casi queda descartado del pulso entre DiCaprio y McConaughey. Lawrence tiene más opciones que Cooper (se ha llevado el globo de oro y el bafta, entre otros), aunque ganar una estatuilla dos años seguidos por personajes con graves problemas emocionales podría resultar too much para los académicos (e incluso podría pesarle, a largo plazo).

Tampoco se presenta como la favorita para ganar en la categoría de mejor director. Sin embargo, si finalmente se llevase la dorada estatuilla por el mejor guión (sobre todo, estando la imprescindible Her presente), sería una de las mayores injusticias de todos los tiempos.




Las frases

Irving (en off sobre Sydney): "As...as far as I could see people were always conning each other to get what they wanted. We even con ourselves. We talk ourselves into things, you know, we sell ourselves things. When we don't even need or want, you know, we're dressing 'em up. We leave out the risk, we leave out the ugly truth".

(“Según veo, la gente siempre se estafa para conseguir lo que quiere. Incluso a nosotros mismos. Nos convencemos de hacer cosas. Si no queremos hacerlas… las disfrazamos de algo bueno. Dejamos fuera el riesgo, la verdad incómoda. Presta atención a eso. Porque todos nos engañamos de una manera u otra. Sólo para salir del paso”.

“She was the Picasso of passive-aggressive karate”.

“I felt like we had a secret, just the two of us. Like that thing where you just wanna be with one person all the time. You feel like the two of you get something no one else gets. I could just tell her everything about myself. And I'd never had anybody like that in my life before. It felt like finally I could truly be myself, without being ashamed, without being embarrassed”.





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Especial oscaril 2014: Ernest et Célestine o Libertad, igualdad y fraternidad interespecies

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1 nominación:

Mejor película de animación

Entre malotes carismáticos (Gru 2. Mi villano favorito), osdas familias cavernícolas (Los Croods), fraternidades disfuncionales (Frozen), y cartas de despedida animadas (The Wind rises), prácticamente pasa desapercibida una humilde película francesa que narra la insólita amistad entre dos seres que estaban destinados a ser enemigos de por vida: el oso Ernest, un habitante del “mundo de arriba” y Célestine, una ratoncita que vive en “el mundo de abajo”.

Basada en los cuentos de Gabrielle Vincent y adaptada a la pantalla por el reconocido escritor Daniel Pennac, sería una lástima y una injusticia imperdonable que su menor comercialidad, su espíritu de cuento ilustrado y su animación clásica alejaran a niños y adultos de la que va camino de convertirse en una de las mejores películas animadas de la década.  





Puntos a favor

*Su exquisita animación que rebosa mimo y cuidado. En una época dominada por el CGI (Computer-generated imagery), sorprende y agrada su cuidada y deliciosa animación. Ernest et Célestinees un canto de amor al medio, una acuarela en movimiento llena de ternura, imaginación y un (chapliniano) encanto naif.

*Sus protagonistas, especialmente el bohemio y torpón oso Ernest, un curioso  híbrido entre Charlot, el abuelo de Heidi y Homer Simpson.

*Posee muchas y deliciosas imágenes para el recuerdo, pero, tal vez, destaquen por encima de todas, las imaginativas escenas oníricas y la genial oda visual al invierno, en la que formas y figuras y bailan al ritmo de la música hasta estallar en primavera.  




*El lúcido guión está lleno de metáforas que abordan temas tan variados como las diferencias sociales a todos los niveles, el especismo, los prejuicios y la toxicidad de los introyectos culturales, la tiranía del sistema capitalista, la lucha entre ser uno mismo y desarrollar tu esencia o esclavizarte al limitante (y castrante) rol impuesto, etc.

*El emotivo discurso del juicio y su montaje en paralelo.

*La brillante versión alternativa de lo que los humanos patrios conocemos como El ratoncito Pérez.

*Con una facilidad pasmosa, nos atrapa desde el comienzo y nos mantiene con una sonrisa pegada en el rostro durante todo su (escaso) metraje. A diferencia de la, en mi opinión, sobrevalorada Frozen, Ernest et Célestine si consigue emocionarnos hasta las lágrimas y conseguir que volvamos a sentirnos niños.




Contras

*La historia que aborda no es tan profunda, original, redonda o “adulta” como la de sus hermanas mayores.

*Los espectadores que hayan olvidado a su niño interior la considerarán demasiado infantil, dulce y “blandita” y se impacientarán ante el recurrente uso del slapstick.

* El hecho de que no aún no existiera en los 80’s.




¿Qué aportará?

Un emotivo, sutil y siempre necesario) canto a la amistad y la tolerancia y una de las mejores y más entrañables fabulas animadas de los últimos años.




¿Opciones oscariles?

Desgraciadamente, será poco probable que la sensible y nostálgica The Wind rises de Miyazaki y esta delicia osuno-ratonil (ambas muy superiores y mis favoritas en la categoría) desbanquen a la muy taquillera e imparableFrozen. La nominación de la primera, a ojos de los académicos, supone ya en sí misma un reconocimiento para el maestro japonés y sería un triunfo al estilo David contra Goliat que una pequeña película francesa se llevará el tito Oscar a casa. Una pena.





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Crítica deAmerican Hustle

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Especial oscaril 2014: Her o (Re)aprender a conectar

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5 nominaciones:

Mejor película, mejor guión original, mejor dirección artística, mejor banda sonora y mejor canción

Hace unas semanas, en un autobús camino a casa, coincidí con un guapo adolescente que parecía unido de forma magnética a la pantalla de su móvil. Estaba tan cerca de mí, que pude comprobar que miraba, sin pestañear, fotos de mujeres en diferentes y sugerentes grados de desnudez. Al llegar a su parada, se levantó de su asiento como movido por una fuerza misteriosa y siempre sin despegar la mirada del móvil, descendió del autobús y se marchó. Probablemente fue el único que no se dio cuenta de que, en esa misma parada, a pocos centímetros de él, se encontraba una adolescente guapísima que se le quedó mirando, con muy buenos ojos, aunque visiblemente decepcionada.

Aquel fue sólo un potencial momento eléctrico perdido entre ambos, uno de esos flechazos fugaces cotidianos o pequeña inyección endorfínica desperdiciada, pero me hizo recordar, con un escalofrío, la inmensa y lucida frase de Medianeras“internet me acercó al mundo, pero me alejó de la vida”. ¿Cuántas vivencias y aprendizajes estamos evitando a causa deescudar nuestras neurosis tras las nuevas tecnologías? ¿hasta qué punto nos estamos alejando de la vida? ¿hasta qué punto nos estamos alejando del amor?

Poco después llegaría Her y, con ella, parte de la posible respuesta.




Puntos a favor

*Spike Jonze demuestra con su último trabajo una lucidez e inteligencia desarmantes. No sería descabellado calificarlo como visionario por ser el primero en mostrarnos tan claramente un (escalofriante) futuro que ya no es tal. Más que una película, Her es una advertencia, una llamada a la acción.

*A pesar de tocar muchos y variados temas, como nuestra creciente dependencia hacia las nuevas tecnologías, la paradoja de la incomunicación en tiempos de hipercomunicación, nuestra preocupante filofobia (o miedo al verdadero contacto y el amor) y los terribles efectos de la soledad autoimpuesta, entre otros, hay algo inaprensible y noqueante en Her, como si alguna escurridiza verdad sobre uno mismo y el mundo que nos rodea, fuera dolorosamente rebelada por primera vez en nuestro inconsciente. (Por mucho que se hable y escriba sobre ella, da la impresión de que aún somos incapaces de comprenderla o hacerle justicia).

*Her  es, ante todo, una hiriente radiografía de la capacidad de proyección humana. Theodore proyecta en la incorpórea Samantha todas aquellas necesidades, incapacidades y carencias que necesita rellenar y satisfacer. Que tire la primera piedra aquel que alguna vez no haya proyectado, no sólo una serie de cualidades, sino todo un futuro en la persona amada. La generación internet ha ido un paso más allá, sin embargo: ha aprendido a relacionarse en un nuevo formato y ha sido la primera en crear vínculos afectivos con otros seres humanos a los que ni siquiera podía ver o tocar. Tal vez por eso Her nos resulta tan cercana y poderosa.




*Su magnífico guión. No sólo sabe retratar brillantemente la evolución de la pareja y la psicología de sus personajes, sino que nos regala un final insuperable.

*Joaquin Phoenix en una de sus mejores interpretaciones, dotando a Theodore de una vulnerabilidad, ternura y honestidad que no le habíamos visto hasta la fecha.

*Scarlett Johansson demostrando (por si alguien lo dudada), que es capaz de seducir a cualquiera utilizando únicamente su voz.

*Su cuidada ambientación retrofuturista.

*Herha sido acusada de machista por considerar a Samantha el reflejo de la fantasía ideal de un hombre: una mujer complaciente y solicita, siempre disponible y cuyas necesidades y sentimientos parecen ocupar un segundo plano, entre otras cosas. En mi opinión, es un error demasiado humano dotar de un sexo (y todas sus tradicionales y limitantes características) a algo/alguien que no lo es. Su condición femenina sólo se expresa en términos de interacción humana, a través de un nombre y una voz de mujer elegidos de forma aleatoria. En caso de que cambiásemos el sexo y/o la orientación sexual del protagonista, la evolución y personalidad de Samantha, probablemente, habría sido la misma. Además, el título y el cartel de Hersumadas a algunas cuantas pinceladas a lo largo del film (el machista videojuego de la perfecta ama de casa, la actitud sexista del muñeco interactivo cabezón, calificar Theodore como “un hombre con una mujer en su interior”) apuntan e ironizan sobre los roles de género y nuestra monolítica percepción de lo que consideramos femenino y masculino.




Contras

*Probablemente falta esa gran escena entre Theodore y Samantha que nos sacuda, nos subyugue y nos conmueva hasta el llanto.

*Por momentos puede producir autentico terror y/o resultar demasiado hiriente. Los románticos proyectores y/o filofobicos del mundo encontrarán un doloroso y fiel espejo de sí mismos y del mundo que les espera. Y es que, como no espabilemos, acabaremos todos enamorados de nuestro sistema operativo.

*El hecho de que ser calificada como love story espante a muchos espectadores con prejuicios.

*El futuro que nos muestra da miedo por muchos motivos y uno de ellos es su más que cuestionable estilismo. No hay que ser un fashionista para verlo: los pantalones de cintura alta abuelil que lucen sus protas son el colmo del antierotismo.

*En mi caso, el hecho de que se le haya ocurrido a Jonze antes que a mi.





¿Que aportará?

Es aún muy precipitado calificarla como obra maestra, pero resulta incuestionable que Jonze nos ha regalado, además de una sutil, conmovedora y tierna historia de amor insólita hasta la fecha, un no-tan-futurista retrato-zarpazo social  capaz de sacudir todo tipo de corazones y conciencias. Quien redacta estas líneas, no solo salió del cine conmovida y en estado de shock, sino que ha necesitado toda una semana para escribir torpemente sobre ella con un mínimo de coherencia (¿Será demasiado pronto para afirmar que me ha cambiado la vida?)




¿Opciones oscariles?

Su multipremiado guión es su mejor baza, pero conviene no descartar que American Hustle y Nebraska son vistas con demasiados buenos ojos por los académicos.

Gravityes la favorita como mejor banda sonora y todo apunta a que la estuilla a la mejor canción se la llevará Disney a su reino congelado, sin embargo, si hubiera justicia en el mundo, Her ganaría la madrugada del día 3, como mínimo, el oscar a mejor película, mejor guión y mejor canción.


Sountrack completa



Las frases (¡Atención spoilers!)

“Sometimes I think I have felt everything I'm ever gonna feel. And from here on out, I'm not gonna feel anything new. Just lesser versions of what I've already felt”.

“The past is just a story we tell ourselves”

“I think anybody who falls in love is a freak. It's a crazy thing to do. It's kind of like a form of socially acceptable insanity”.





“It's like I'm reading a book... and it's a book I deeply love. But I'm reading it slowly now. So the words are really far apart and the spaces between the words are almost infinite. I can still feel you... and the words of our story... but it's in this endless space between the words that I'm finding myself now. It's a place that's not of the physical world. It's where everything else is that I didn't even know existed. I love you so much. But this is where I am now. And this who I am now. And I need you to let me go. As much as I want to, I can't live your book any more”.


La canción



El resto del especial oscaril continua en…



Crítica de American Hustle

Crítica de Alabama Monroe

Crítica de Capitán Phillips

Critica de Philomena

Crítica de Nebraska


Crítica de Frozen

Minicríticas de Gravity, 12 años de esclavitud, Dallas Buyers Club y The wind risesaquí y aquí



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La culpa fue de Alan Menken: canciones Disney que me marcaron I

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Mi relación actual con la Disney más clásica se puede describir en una palabra: ambivalencia. Y es que, a estas alturas del “cuento”, no puede ser de otra manera. Aunque Disney tenga mucha responsabilidad en la imperdonable tarea de crear expectativas románticas imposibles en las niñas y adolescentes de todo el planeta, y haya contribuido, además, a alimentar los introyectos sexistas de los que aún nos estamos “sacudiendo”, resultaría injusto negarle una más que deliciosa “spoonful of sugar”: haber musicalizado nuestra infancia.

Tod@ disneynian@ que se precie tiene su lista, más o menos confesa, de the best Disney songs. En mi caso, la selección es tan larga, que para hacerle justicia me he visto obligada a dividirla en dos partes con algún que otro doloroso recorte. Y de esta especie de top 22, os presento su segunda mitad, el que va del 12 al 22, sin órden de preferencia. Espero que disfrutéis del viaje al pasado. Sin embargo, no puedo evitar haceros una pequeña advertencia: en determinadas circunstancias, el ticket de vuelta puede resultar demasiado “caro”.


 

When you wish upon a star, Pinocchio/Pinocho

La esencia Disney contenida en una canción y para muchos, la mejor y más redonda creación musical de la factoría del Tito Walt.  Aunque ha envejecido de forma regular para nuestros oídos del siglo XXI, no se le puede negar una indudable magia y encanto (además, tras cada audición, resulta imposible olvidarse de ella y/o no tararearla). Para mi siempre ha sido la hermana pequeña del aún más mítico Over the rainbow que cantara la pequeña Dorothy. ¿Para cuándo una modernización, Lana del Rey o no mediante? ;)




Friend like me/No hay un genio tan genial, Aladdin

En ese festival del buenrollismo que resultó ser Aladdin, tal vez la canción más pegadiza y prozac de su B.S.O sea este divertido curriculum cantado que, aunque muy bien interpretado en su spanish version, indudablemente, como traducción pierde gran parte de matices y magia. Y eso último, cuando se trata de un genio de la lámpara, no tiene perdón…




The bare necessities/Busca lo más vital, The jungle book/El libro de la selva

Nadie se atreve a decirlo, pero Hakuna Matataes una versión modernizada de esta encantadora lección-canción de El libro de la selva. Y es que las comparaciones son odiosas pero evidentes: tenemos a un individuo de otra especie (Mowgli/Simba) fuera de su entorno natural instruido por alguien de una especie tradicionalmente considerada como hostil o enemiga natural (Baloo/Timon y Pumba) que le enseña a sobrevivir sin, digamos, estresarse demasiado. No sé vosotros, pero en caso de verme obligada a escoger, prefiero, con diferencia, la de los Sherman brothers…




Once upon a dream/Eres tú el príncipe azul, Sleeping beauty/La bella durmiente  

Aunque la confesión me haga perder muchos puntos Disney, admito que descubrí esta canción (y la película de la que forma parte) cuando ya había superado ampliamente mi fase “princesa chicle de fresa”. Además de por su innegable encanto ñoño-naif, su inclusión en este ranking tiene algo que ver con cierta divertida parodia de Martes y 13; sin embargo, su reciente versión para la película Maléfica, nos demuestra que este Once upon a dream tiene muchos más matices y vida de lo que inicialmente imaginábamos.




Scales and Arpeggios/Escalas y arpegios ,The Aristocats/Los Aristogatos

Ningún gatun@ en su sano juicio puede resistirse al encanto hipsteril de Los Aristogatos. Y es que viendo a estos talentosos, precoces y artísticos trillizos (con padre oportunamente ausente), es casi imposible no preguntarse si Wes Anderson los tomó como inspiración para sus muy disfuncionales hermanos de Los Tenembaums




Zero to hero/De cero a héroe, Hercules

En el infravalorado viaje de don nadie a héroe del hijo de Zeus, destaca un agradecido cambio de rumbo musical y vocal en su banda sonora que, desgraciadamente, no fue demasiado bien recibido por el público. Y es que por primera vez, en lugar de las dulces, limpias y pulidas voces, tan marca de la casa, Disney se atrevió a explorar el góspel y la deslumbrante potencia de las voces negras. Zero to hero, situada dentro de la película,además de un enérgico ejercicio de síntesis narrativa, tiene un punto crítico anti-consumista de lo más interesante (¡y, pardiez, como me gusta ese “yes, indeed!” final!).  




Mine, mine, mine/Más, más, más, Pocahontas

Su desafortunada cursilería e inadecuación histórica, han ensombrecido o directamente ninguneado las virtudes de esta love story interracial con inspiración shakesperiana. Por desgracia, su menkeliana (of course) banda sonora es una de ellas. Tristemente más actual que nunca, la expresión de la codicia, el egoísmo y la falta de conciencia medioambiental son perfectamente retratados en este cuento de la lechera de un petulante y altanero buscador de oro. Y es que la melodía es tan pegadiza y deliciosa, que incluso perdonamos el hecho de que quien pone la voz al rubérrimo John Smith sea, nada más y nada menos, que el repelente Mel Gibson, que, para colmo, ¡ni siquiera desafina!


 


Bibbidi Bobbidi Boo/Bibidi Babidi Bu, Cinderella/Cenicienta

El cuento preferido de las niñas del mundo entero llegó demasiado pronto a las manos de Walt Disney (en 1950, para ser exactos) y como resultado tenemos una heroína tan, tan, taaan dulcificada, que incluso es vestida cada mañana por tiernos y solícitos pajarillos. Con la frustración lógica de quien esperase una Cenicienta “humana” (traducción: con mucha más personalidad y unas lógicas y sanas dosis de mala leche), al menos, nos queda el consuelo de una canción-mantra-encantamiento simpática y pegadiza que, posiblemente, todo el mundo ha cantado en algún momento de su vida.




Just can’t wait to be king/Yo voy a ser el rey león, The Lion king/El rey león

La colaboración musical del trio Elton John, Hans Zimmer y Tim Rice fructificó en la banda sonora disneyniana más vendida de todos los tiempos. Y de todas las joyitas musicales que la engarzan, la más alegre y tarareable, la que más nos reconecta con el niño rebelde con ínfulas de grandeza y que se muere por crecer (o séase, casi tod@s), es esta.   




A whole new world/Un mundo ideal, Aladdin

Imitada, parodiada y versionada hasta la saciedad, la canción más romántica de Aladdin(al cine le gustan mucho los vuelos mágicos parejiles) permanece con cariño en el recuerdo (o incluso, en la educación sentimental de más de un@), aunque admitamos que a sus creadores se les fue un poco la mano con el azúcar. Lo mejor, en mi opinión, llega un poco antes. ¿Nunca habéis querido decirle a un/ perfect@ desconocid@ eso de “Can you trust me?”, picaruel@s?




Everybody wants to be a cat/Todos quieren ya ser gatos jazz, The Aristocats/Los Aristogatos

Ser un gato era tan cool en la América de principios del siglo XX, que a los músicos de jazz se les llamaba “cats” y surgieron expresiones como “cat’s meow”, “cat’s pajamas” o “cat’s whiskers” (todas significan que algo resulta sobresaliente o extraordinario). Jugando con el slang, una de las canciones Disney más originales, buenrollistas y divertidas (y, desde luego, la que tiene mi estribillo favorito), es esta.



¡Nos vemos en la segunda parte… I hope!

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La culpa fue de Alan Menken: canciones Disney que me marcaron II

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¿Cuál es la fina línea que separa tus canciones Disney favoritas de tus canciones Disney FAVORITAS, o lo que es lo mismo, la actualización anterior de esta que nos ocupa? Para hacer la delicada, dolorosa y a menudo arbitraria decisión, pensé en recurrir a mi memoria. ¿Cuántas era capaz de recordar perfectamente años más tarde? Mi frikismo me demostró que casi todas, así que tuve que echar mano de otra estrategia: mi multilingüismo masoca. ¿Cuántas de esas canciones me había aprendido al dedillo en spanish y en inglés? La respuesta, ladies & gentlemen, es esta lista.




Under the sea/Bajo del mar, La sirenita/The Little mermaid

El entrañable cangrejo Sebastian, en un inspirado intento de convencer a la inquieta y enamoradiza Ariel del incuestionable there’s no place like home, echa mano de lo que mejor se le da: la music, yle suelta a la muchacha un alegato pro-acuático en forma de canción, que resulta tan alegre, contagioso y efectivo que acaba convenciendo a todos, desde el pez más escéptico hasta al terráqueo más acérrimo. La que no parece demasiado seducida, sin embargo, es la pelirroja sirena. Y es que los cachivaches y los príncipes apolíneos tiran bastante hacia la superficie…





Just around the river bend/Río abajo, Pocahontas

La disyuntiva en la que se debate la escultural Pocahontas en esta canción acaba resolviéndose en aquello que, en su verso más famoso,  ya había enunciado Robert Frost  “dos caminos divergían en un bosque, y yo tomé el menos transitado de los dos”. Y es que la muchacha se siente dividida entre sus potenciales obligaciones matrimoniales como hija del jefe o cumplir sus sueños (y/o reciclarse, de por vida, en “abuela sauce”). Sus dudas son comprensibles. Al fin y al cabo, el tal  Kocoum, aunque algo rudo y lacónico, podría ser, perfectamente, un modelo de ropa interior masculina. Entiéndasela.





The circle of life/El ciclo sin fin, The lion King/El rey león

Hace exactamente 20 años las plateas de todos los cines del planeta se estremecían ante uno de los comienzos más emotivos, impactantes y visualmente deslumbrantes que el cine nos había dado en mucho tiempo. Y si imagen y música formaban un tándem insuperable y perfecto, la poderosísima voz de Carmen Twillie elevaba el espectáculo a la máxima potencia. Lástima que ahora, dos décadas más tarde, y bien asentados en el siglo XXI, la idea de toda una selva postrándose sumisamente delante de un rey (depredador), subrayando en trazo grueso las ventajas de encontrarse en el top de la cadena trófica, da un poco de verguencitis, además de resultar de un especista insoportable. La canción sin embargo, sigue siendo igual de poderosa, eso es innegable.





I won’t say I’m in love/No diré que es amor, Hercules

Lo divertido (y universal) de esta canción, es ver a una confundidísima Megara pasando a la velocidad del rayo por los 5 pasos de la aceptación (negación, odio, negociación, depresión y aceptación) hasta acabar asumiendo que, una vez más, su caprichoso corazón ha vuelto a traicionar a su dominante cabeza. Y es que quien no haya pasado alguna vez por un proceso similar, que tire la primera sharon, digo stone…





Kiss the girl/Bésala, The little mermaid/La Sirenita

Ya lo decían en Bus Stop: Cuando besas a alguien que te importa realmente da algo de miedo. O eso es lo que queremos pensar cuando vemos vacilar tanto al príncipe Eric ante la cautivadora Ariel. Ni siquiera el ambiente idílico y romántico creado por el gran Sebastian surge efecto para romper un hechizo (y prender otro), sin embargo, para los fans de La Sirenita, este delicioso y divertido tema forma parte indiscutible de su BSO romántica y su educación sentimental.





Reflection/Mi reflejo, Mulan

A pesar de no haber vivido en la China de la dinastía Han, ni de sufrir la presión creciente de una familia inflexible y el acoso y derribo de una casamentera, resulta difícil encontrar a una adolescente que no se identifique, prácticamente al dedillo, con la amarga decepción que destila este bonito tema. En spanish: “Ahora veo que si fuera yo misma, rompería el corazón de mi familia. ¿Quién es esa chica que me mira fijamente? ¿por qué mi reflejo me devuelve a alguien que no conozco?”. La escena más honesta y dolorosa de Mulan trasciende la propia película. Tal vez sea por eso que casi cada disneyniano que la vivió en su infancia/adolescencia aún la guarda en su corazoncito.





Out there, Fuera/ The hunchback of Notre Dame/El jorobado de Notre Dame

Aunque casi todas las canciones disneynianas han ido variando de posición en mi top particular, Out there se convirtió en una de mis favoritas desde que, al verla en pantalla grande, consiguió erizarme del todo la piel. Hay mucho dolor, rabia y frustración en la vida privada de vida de Quasimodo, sin embargo, esta canción es una expresión de su polaridad más tristemente inexplorada. Sus palabras rebosan tanta esperanza y alegría, tanta luz, que desarman y conmueven profundamente. Pocas veces Alan Menken ha estado más inspirado. Para no empatizar con el maltratadísimo Quiasimodo, habría que ser una gárgola.

“Out there/Where they all live unaware/ What I'd give/ What I'd dare/ Just to live one day out there”.





Colors of the wind/Colores en el viento, Pocahontas 

Diabética para un@s, emotiva para otr@s, pero recordable, en cierta medida, para tod@s. Pertenezcas al grupo al que pertenezcas, no se puede negar que resulta refreshing que la canción principal de una love story con sello Disney no sea un tema de amor, sino un himno ecologista. Estábamos en los 90’s, ladies & gentlemente, y pardiez, ¡ya era hora!
“You think you own whatever land you land on/ The Earth is just a dead thing you can claim/ But I know every rock and tree and creature/ Has a life, has a spirit, has a name”.





Belle (Little town)/Mi pequeña aldea, Beauty and the beast/La bella y la bestia

De todos los temas que componen la premiada banda sonora de esta deliciosa adaptación animada del cuento de (nobody knows for sure), mi favorita, a pesar de no ser la más popular (Tale as old as time y Be our guest se llevarían “la bestia” al agua), siempre ha sido Little town. Y no solo porque desprenda un contagioso buenrollismo por los cuatro costados, sino porque es un prodigio de concisión narrativa. En menos de 5 musicales minutos nos presentan y describen a su protagonista, su entorno, su relación con este y al malo maloso. ¿Qué más se puede pedir?

Favorite part: “Right from the moment when I met her, saw her/ I said she's gorgeous and I fell/ Here in town there's only she/ Who is beautiful as me/ So I'm making plans to woo and marry Belle”.





Part of your world/Parte de el, The little mermaid/La Sirenita

En la corona musical de Alan Menken, Part of your world brilla como una de sus joyas indiscutibles (tal vez, como la gran joya). Aunque quedase algún espectador que todavía no hubiese empatizado con Ariel y sus circunstancias, tras esta emotiva escena caería rendido a sus pies (o aletas, más bien). Letra y música consiguen transmitir todo el anhelo, ternura, melancolía y dolor, no sólo de un ser extraordinario al que su propio mundo “queda pequeño”, sino de cualquier adolescente inadaptado (oséase, casi tod@s). Sencillamente maravillosa.





He’s a tramp/Él es un vagabundo, Lady and the tramp/La dama y el vagabundo

A pesar de que no aparece en ningún top de canciones Disney y de que resulta desconocida para gran parte del público, He’s a tramp es, posiblemente, mi canción favorita de la factoría del tito Walt. ¿Que por qué? En el ambiente más lúgubre, cruel y deprimente del mundo (una perrera), mientras esperan desesperanzados en el corredor de la muerte, una perrita con el alma de Peggy Lee (que cantaba en los bares perrunos, no lo olvidemos) se marca un sexy tema de jazz sobre un Don Juan canino del que resulta inevitable enamorarse a pesar de que vaya por ahí rompiendo corazones. Corrían los años 50 y desde entonces Disney nunca ha vuelto a ser tan osada. ¿Cómo es posible que las protectoras de animales aún no la haya usado en sus campañas pro-adopción?



Y, colorín, Colorado, esta doble actualización disneyniano-musical se ha acabado. Confieso que me ha dado rabia dejar fuera de la lista temas como The gospel truth (no ne encontrado un video que incluyera los 3 fragmentos) o Be our guest/¡Que festin! ¿Habéis echado en falta alguna canción? ¿Cuál sería vuestra lista plastificada? ;)


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Especial Zinemaldia 62.The best of la Sección Oficial: La isla mínima

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Dirigida por

Alberto Rodríguez


¿De qué va?

Dos policías, aparentemente opuestos tanto en caracteres como en métodos, llegan a un remoto pueblo de las marismas a principios de los 80 para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. Una comunidad anclada en el pasado más rancio y casposo y un astuto asesino feroz no les pondrán la tarea demasiado fácil.




Crítica

La isla mínima venía precedida por un hype tan brutal que no poc@s la consideraban, ya desde antes de su estreno, la máxima favorita a la concha de oro. Tras su proyección pasó a ser una obra maestra para algun@s, la mejor película española del año para otr@s tant@s y un notable thriller para la mayoría, entre la que me incluyo.

Comparada, hasta la saciedad, con True Detective(en versión cañí y low cost), con la que guarda no pocos paralelismos, tanto argumentales, como en el tratamiento y el tono poético-metafísico, ha sabido retratar con acierto, no sólo la brumosa época de la transición, sino las no menos brumosas y turbias marismas  del Gualdalquivir y sus rudas (y machistas) gentes.



Sólida e impecáblemente filmada, tal vez lo mejor de La isla mínima, lo que deja más y mejor poso en el recuerdo, además de su atmósfera malsana y asfixiante, y su fantástica fotografía (atención a las preciosérrimas imágenes del comienzo), sean sus dos protagonistas, Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez, inmensos ambos en unos roles aparentemente antagónicos (en registros muy diferentes a los que nos tienen acostumbrados), mientras van evolucionando y se van enfangando, en todos los sentidos, en un caso bastante más siniestro de lo que inicialmente imaginaban (intuyo que el premio del jurado a la mejor fotografía y la concha de plata al mejor actor para Gutiérrez no serán los únicos galardones que recoja el film durante los próximos meses).




La pega, eso que convierte La isla mínima en un film notable y no sobresaliente, es la débil trama detectivesca, de la que quedan demasiados interrogantes e hilos sueltos. Spoiler: nunca llegamos a conocer realmente (ni a odiar), a los malos ni sus motivaciones, lo cual resulta básico para implicarse emocionalmente en la trama. Además, algunos personajes secundarios acaban resultando demasiado desdibujados. ¿Qué la parte detectivesca es sólo un Mc Guffin para hablar de otra cosa? Tal vez, pero una resolución del caso más compleja y satisfactoria habría redondeado y sumado bastantes más puntos a este intenso y turbio viaje en Dyane 6 por los primeros y años de las transición, en los que zamparse un “estofado de Bambi” ni siquiera denotaba síntomas de psicopatía.

A pesar de todo, buen y recomendable film.





La anécdota festivalera

Raúl Arévalo ha aparecido en tantas películas en esta 62 edición, que siempre había algún/a gracios@ que preguntaba “¿Tú cuántas películas del ciclo Raúl Arévalo has visto?”.


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Especial Zinemaldia 62. The best of la Sección Oficial: Magical Girl

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Dirigida por

Carlos Vermut


¿De qué va?

Un profesor de literatura en paro trata de hacer realidad el último deseo de su hija, una niña de 12 años que padece un cáncer terminal: tener el vestido oficial de la serie japonesa de dibujos animados "Mágical Girl Yukiko". Por su camino se cruzarán una atractiva mujer que sufre trastornos mentales, y un profesor retirado con un tormentoso pasado.




Crítica

Cuando cayeron los títulos de crédito tras la última (e impactante) escena de ese carrusel emocional que es Magical Girl, no supe con certeza si la película que acababa de ver me había parecido una genialidad o una descarada tomadura de pelo. Tuvieron que pasar algunos minutos (incluso algunas horas) para que mi, por entonces, embotadísimo cerebro, fuera capaz de atar los suficientes cabos para comprender que se encontraba ante un peliculón.




Durante una escena del film vemos como uno de sus personajes descubre que al puzzle que está a punto de finalizar le falta una pieza. De alguna manera, Magical Girl también es un puzzle lleno de diferentes texturas, géneros y temáticas (en su brillante guión se mezclan y equilibran, thriller, drama, humor negro y surrealista, y costumbrismo social). Sin embargo, a este estimulante rompecabezas no le falta solamente una pieza, sino que, de hecho, se podría decir que esconde aproximadamente la mitad.  Es tarea de la imaginación (y de la entrega) del espectador rellenar esos huecos y asomarse, con perspectiva, a la imagen completa. Nunca ha sido más cierto aquello de que “cada persona ve una película distinta”. Y es que Magical Girl tiene tantas versiones como espectadores y, probablemente, todas sean correctas (Little spoiler: en mi versión hay dos magical girls y la más joven parecía destinada a alcanzar los “poderes” de la mayor).




Carlos Vermut confía en la inteligencia del espectador (cosa que se agradece) y le exige mucha complicidad, pero, al mismo tiempo, va regalando admirablemente las suficientes pistas (o piezas) para que intuyamos que la “imagen” final vale la pena. Incluso si nuestro nivel de entusiasmo es bajo o nos vemos noqueados por alguna emoción incómoda, resulta innegable que estamos ante un trabajo potentísimo y rebosante de personalidad. Las influencias de Vermut son evidentes, sí, pero, al mismo tiempo Magical Girl no se parece a nada que hayamos visto antes (lo cual es el mejor piropo que se le puede dedicar a un autor). Resulta imposible olvidarse de sus ambiguos y turbios personajes magníficamente construidos y de los lazos que se van entretejiendo entre ellos (a pesar de que a algunas imágenes y situaciones “crea-traumas” nos gustaría desterrarlas inmediatamente).




A pesar de su originalidad, su vocación rompedora y transgresora y el hecho de que no deje a nadie indiferente, no es un film para todos los públicos (de hecho, es más que probable que no le vaya bien en taquilla). Además de exigir esfuerzo, perturba, inquieta, resulta morbosa, siniestra y despiadada y, en algunos momentos, puede incluso dar verdadero mal rollo (Little spoiler: esa puerta del lagarto negro que solo se abre en nuestra imaginación). Sin embargo, nos encontramos, sin ninguna duda, ante una de las propuestas más singulares, estimulantes y magnéticas que el cine (patrio y extranjero) nos ha ofrecido  en mucho tiempo. El tiempo y los futuros visionados dirán si realmente se trata de esa película de culto que ya cacarean algunos, pero, mientras tanto, no la dejen pasar. Ya es, desde antes de su estreno, una de las películas del año.





Anécdota festivalera

Al recoger los galardones al mejor director y a la mejor película, Carlos Vermut dedicó el premio a su novia e hizo una de las declaraciones de amor más bonitas que hemos escuchado por estos lares:

"El cine se hace por amor y yo la quiero a ella y hago cine por ella".


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My 100 favorite films of all time/ Mis 100 películas favoritas

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¿Tod@ cinéfil@ que se precie tiene clarísimo su top 100 de películas favoritas? Si la respuesta es afirmativa, yo debo ser una excepción. No solo me ha costado horrores elaborar esta lista, sino que me siento culpable y dubitativa por todos los títulos que he tenido que dejar en el tintero.

Cualquier niñ@ de los 80 comprueba, tarde o temprano, que hay una serie de films míticos, que no sólo te marcaron en su esponjil momento, sino que te persiguen irremediablemente durante toda la vida (sí, las películas que pertenecen a los 80 y los 90 las ha elegido mi niña y mi adolescente interior. El resto, supongo que mi friki, mi romántica empedernida y mi psicóloga, entre otras). En fin, pasen y comprueben compatibilidades cinéfilas ;)




1)   2001: A space odissey/ 2001: Una odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968)
2)    2046 (Wong Kar-Wai, 2004)
3)    À bout de soufflé/ Al final de la escapada (Jean-Luc Godard, 1960)
4)    The African Queen/ La reina de África(John Huston, 1951)
5)    The age of innocence/ La edad de la inocencia (Martin Scorsese, 1993)
6)   An american in Paris/ Un americano en Paris (Vincente Minnelli, 1951)
7)    Annie Hall (Woody Allen, 1977)
8)    The apartment/ El apartamento (Billy Wilder, 1960)
9)   Back to the future/ Regreso al futuro (Robert Zemeckis, 1985)
10)The band wagon/ Melodías de Broadway (Vincente Minnelli, 1953)

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11)  Beauty and the beast/ La bella y la bestia (Gary Trousdale & Kirk Wise, 1991)
12)    Before Sunrise/ Antes de amanecer (Richard Linklater, 1995)
13)    Before Sunset/ Antes del atardecer (Richard Linklater, 2004)
14)    Beginners (Mike Mills, 2010)
15)    Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000)
16)    Blade Runner (Ridley Scott, 1982)
17)  Breakfast at Tiffany's/ Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961)
18) The Breakfast Club/ El club de los cinco (John Hughes, 1985)
19) The bridges of Madison County/ Los puentes de Madison (Clint Eastwood, 1995)
20)   Brief Encounter/ Breve encuentro (David Lean, 1945)
     





21)    A bug’s life/ Bichos (John Lasseter & Andrew Stanton, 1998)
22)    Casablanca (Michael Curtiz, 1942)
23)    Chungking Express (Wong Kar-Wai, 1994)
24)    Dead Poets Society/ El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989)
25)    La double vie de Véronique/ La doble vida de Verónica (Krzysztof Kieslowsk, 1991)
26)    Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb/ ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú (Stanley Kubrick, 1964)
27)    Ed Wood (Tim Burton, 1994)
28)   Edward Scissorhands/ Eduardo Manostijeras (Tim Burton, 1990)
29)   The Empire strikes back/ El imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980)
30)E.T. the Extra-Terrestrial/ E.T., el extraterrestre (Steven Spielberg, 1982)





31) Eternal Sunshine of the spotless mind/ ¡Olvídate de mi! (Michel Gondry, 2004)
32)   Le fabuleux destin d'Amélie Poulain/ Amélie (Jean-Pierre Jeunet, 2001)
33)  The Fabulous Baker Boys/ Los fabulosos Baker Boys (Steve Kloves, 1989)
34)   The Fall/ The Fall. El sueño de Alexandria (Tarsem Singh, 2006)
35)   Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994)
36) The Fox and the Hound/ Tod y Toby (Art Stevens, Ted Berman & Richard Rich, 1981)
37)   Gone with the wind/ Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939)
38)   Groundhog Day/ Atrapado en el tiempo(Harold Ramis, 1993)
39)   Hannah and her sisters/ Hannah y sus hermanas (Woody Allen, 1986)
40)Harry Potter and the prisoner of Azkaban/ Harry Potter y el prisionero de Azkaban (Alfonso Cuarón, 2004)





41)    Her (Spike Jonze, 2013)
42)    High Fidelity/ Alta Fidelidad (Stephen Frears, 2000)
43)    The Hours/ Las horas (Stephen Daldry, 2002)
44)   Husbands and Wives/ Maridos y mujeres (Woody Allen, 1992)
45)   In the mood for love/ Deseando amar (Wong Kar-Wai, 2000)
46)  Indiana Jones and the Last Crusade/ Indiana Jones y la última cruzada (Steven Spielberg, 1989)
47)   It happened one night/ Sucedió una noche (Frank Capra, 1934)
48)  Lady and the tramp/ La dama y el vagabundo (Clyde Geronimi, Wilfred Jackson & Hamilton Luske, 1955)
49)   The litte mermaid/ La sirenita (Ron Clement & John Musker, 1989)
50)The Lord of the Rings: The Return of the King/El señor de los anillos: El retorno del rey (Peter Jackson, 2003)





51)    Lost in translation (Sofia Coppola, 2003)
52)    Magnolia (Paul Thomas Anderson, 1999)
53)    Manhattan(Woody Allen, 1979)
54) The Matrix/ Matrix (Andy Wachowski & Lana Wachowski, 1999)
55)    Memento(Christopher Nolan, 2000)
56)    Metropolis(Fritz Lang, 1927)
57)    Million Dollar Baby (Clint Eastwood, 2004)
58)    Moonrise Kingdom (Wes Anderson, 2012)
59)    Moulin Rouge (Baz Luhrmann, 2001)
60)  Mr. Nobody/ Las vidas posibles de Mr. Nobody (Jaco Van Dormael, 2009)




61)    My own private Idaho/ Mi Idaho privado (Gus Van Sant, 1991)
62)    The Navigator/ El Navegante (Buster Keaton & Donald Crisp, 1924)
63)    The night of the hunter/ La noche del cazador (Charles Laughton, 1955)
64)    The Nightmare Before Christmas/ Pesadilla antes de Navidad(Tim Burton, 1993)
65)    Ninotchka (Ernst Lubitsch, 1939)
66)    Notorious/ Encadenados(Alfred Hitchcock, 1946)
67)    Once (John Carney, 2006)
68)    The Philadelphia Story/ Historias de Filadelfia (George Cukor, 1940)
69)    The Princess Bride/ La princesa prometida (Rob Reiner, 1987)
70) Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994)




71)    The Purple Rose of Cairo/ La rosa púrpura del Cairo (Woody Allen, 1985)
72)    Radio Days/ Días de radio (Woody Allen, 1987)
73)    Raiders of the Lost Ark/ En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981)
74)    Rain Man (Barry Levinson, 1988)
75)    Ratatouille(Brad Bird, 2007)
76)    Rebecca (Alfred Hitchcock, 1940)
77)    Return of the Jedi/ El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983)
78)    Roman Holiday/ Vacaciones en Roma(William Wyler, 1953)
79)    Les roseaux sauvages/ Los juncos salvajes (André Téchiné, 1994)
80)  The Royal Tenenbaums/ Los Tenenbaums: Una familia de genios (Wes Anderson, 2001)




81)    Sabrina(Billy Wilder, 1954)
82)    Schindler’s list/ La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993)
83)    The Shawshank Redemption/ Cadena Perpetua (Frank Darabont, 1994)
84)  Singin’ in the rain/ Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen & Gene Kelly, 1952)
85)    Some like it hot/ Con faldas y a lo loco (Billy Wilder, 1959)
86)    Star Wars/ La Guerra de las galaxias(George Lucas, 1977)
87)    Terminator 2: Judgment Day/ Terminator 2: el juicio final (James Cameron, 1991)
88)    Things I never told you/ Cosas que nunca te dije (Isabel Coixet, 1996)
89)    To be or not to be/ Ser o no ser (Ernst Lubitsch, 1942)
90)Toy Story 2 (Lee Unkrich, John Lasseter & Ash Brannon, 1999)




91)    Trois Couleurs: Rouge/ Tres colores: Rojo (Krzysztof Kieslowski, 1994)
92)    The Truman Show/ El show de Truman (Peter Weir, 1998)
93)    Two for the road/ Dos en la carretera(Stanley Donen, 1967)
94)    Vertigo/ Vértigo (De entre los muertos), (Alfred Hitchcock, 1958)
95)    The Virgin Suicides/Las vírgenes suicidas (Sofia Coppola, 1999)
96)    Wall·E (Andrew Stanton, 2008)
97)    West Side Story (Robert Wise, 1961)
98)    When Harry met Sally/ Cuando Harry encontró a Sally (Rob Reiner, 1989)
99)    Willow (Ron Howard, 1988)
100)The wizard of Oz/ El mago de Oz (Victor Fleming, 1939)


Podrían haber estado aquí, pero las vi hace mucho tiempo y necesito revisarlas:

Double Indemnity (Perdición), Fight Club (El club de la lucha)y Ball of Fire (Bola de fuego).

Me ha dolido dejar fuera:

Life of Brian, Ghostbusters, Beautiful Girls, Toy Story 3(aunque creo que la acabaré incluyendo), Los amantes del círculo polar, The dark night y Everyone says I love you (Todos dicen I love you), entre otras L



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Dear Jesse and Celine,

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He retrasado esta carta durante semanas, de la misma forma que se retrasa una conversación delicada con un ser querido, cuando tienes la certeza de que, tras ella, siempre habrá un irrevocable punto y aparte.
Soy consciente de que a nadie le gustaría cargar con semejante responsabilidad, pero confieso que durante 18 años habéis sido un modelo romántico y una inspiración creativa. Siendo siempre más mayores, experimentados y sabios, mi educación sentimental, altamente influenciable, os había escogido como la pareja modelo de la que, consciente o inconscientemente, siempre ha querido tanto escribir como formar parte.




Existe siempre una complicidad y apego especial cuando se asiste al inicio y consolidación de una pareja, especialmente cuando sus miembros son radiografiados de una forma tan mágica, inteligente e íntima. Aunque os resulte difícil de creer, después de casi dos décadas, existíais, erais para mi mucho más reales que la mayoría de las parejas que me rodeaban.
Sin embargo, en esta ocasión tenía muchas resistencias a reencontrarme con vosotros. Mi intuición me decía que Antes del anochecerestaría más cerca de Secretos de un matrimonioy Dos en la carretera que de Antes del atardecery no estaba segura de querer enfrentarme al deterioro, desgaste y posible final de mi historia de amor favorita.
 
 
 
 
Tal vez calificar las secuelas del primer visionado como “síndrome de estrés post-traumático” resultaría un poco excesivo, pero me llevó un tiempo descubrir si el mal sabor de boca se debía al izquierdazo emocional o a si realmente no me había gustado la película. Tras mucho meditar, he decidido con tristeza que se trata de lo segundo.
Aunque es cierto que la complicidad y la enorme implicación, cariño y esfuerzo puesto por todo el equipo traspasan la pantalla, dejándonos, una vez más, con complejo de “voyeuristas emocionales”, y que hay un par de momentos cinematográficos de muchos quilates, confieso, no sólo que no os he reconocido, sino que os he echado de menos. No por el hecho de que, por primera vez, mostréis abiertamente vuestros defectos, contradicciones e hipocresías, sino porque en vosotros ya no encuentro la brillantez y chispa resultantes de la mezcla de dos personas admirables.  No hay ningún dialogo memorable, por mucho que algunos críticos califiquen el guión de aguda y amarga radiografía de la pareja (o, directamente, de obra maestra).
 
 
 


Y es que, Jesse, Celine, me duele decirlo, pero habéis envejecido muy mal, y no sólo físicamente. En lugar de 9 años juntos, y a tenor del enorme deterioro y rencor acumulados, parece que han transcurrido 20. El amor, como bien recalcáis, no es un cuento de hadas, y todas las parejas han de llegar, en algún momento, a asimilar esa amarga píldora, pero, ¿era necesario llegar a tales cotas de pesimismo, amargura y desencanto para explicarlo? ¿es que el amor, irremediablemente, es una sucesión de pocas sumas y muchas restas a lo largo de los años?

Parece como si hubieseis estado tan preocupados por mostrar una honestidad tan sumamente descarnada, y en convertir vuestros dolores, renuncias y reproches en las disputas perfectamente reconocibles de cualquier vecino que inoportunamente se cuelan a través de las paredes, que os habéis olvidado del hecho de que no queremos que seáis una pareja normal y corriente. No nos habríamos enamorado de vosotros, ni os hubiésemos seguido desde Viena a Paris y Grecia, si lo que tuvierais que mostrar o decir, ya lo conociésemos o lo pudiésemos trasladar a cualquier terrícola medio.
Aparentemente, había dos caminos fáciles para afrontar esta tercera entrega. O bien erais felices y comíais regalices o vuestra relación se encontraba peligrosamente al borde del abismo. A mí, francamente, me habría resultado mucho más interesante que hubieseis tomado el camino del medio, que hubiereis mostrado la apatía y el desgaste, pero también esa paz y confianza que se alcanza cuando caminas por la vida junto a la persona adecuada. Creo que os lo merecíais.

 
 

Tal vez lo mío no sea más que la dolida pataleta de una romántica impenitente, pero os perdono el viaje al lado oscuro con su gran dosis de amargura, erosión y desencanto, la peor calidad del guión, los tópicos y los chistes soeces que jamás habrían aparecido en las dos entregas anteriores (películas muy queridas para mi y que ya no voy a poder ver en una larga temporada), e incluso el hecho de que os hayáis mostrado, más que nunca, dolorosamente humanos, pero lo que no os perdono, queridos amigos, es el hecho de que hayáis dejado de ser dos seres extraordinarios.

Atentamente,

Alhy

 


P.S. Me ha sorprendido, además, que una pareja que habéis hecho de la buena comunicación vuestra marca de fábrica, de repente, os hayáis convertido en dos extraños que, prácticamente no han “llevado a su relación a la itv” desde la película anterior.

También choca el uso de la paternidad como elemento descaradamente dañino (o directamente contradictorio) de la felicidad en pareja. Primero Jesse se casa sin amor por culpa de un hijo inesperado, mientras que, años más tarde, os embarazaran tontamente con gemelas (WTF?) al poquísimo tiempo de estar juntos, condicionando de esta forma toda vuestra relación. ¿Es un mensaje anti-baby o un claro desprecio por la educación sexual básica? ¿cómo es posible que dos personas tan inteligentes, responsables y cultas cometáis el mismo evitable error dos veces?

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61 edición del Zinemaldia: Anti-perlas

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Hace exactamente una semana que la última edición del festival de cine de San Sebastián echó anclas a la espera de la (esperemos menos “recortada”) 62 edición, sin embargo, ha supuesto un tiempo muy escaso como para que la (advenediza) autora de este blog haya tenido tiempo de digerir y asimilar las casi 30 películas que ha tenido el privilegio de disfrutar como acreditada por primera vez en su vida.
¿Por dónde empezar? Por las anti-perlas, para posteriormente pasar a las semi-perlas y acabar con las pequeñas y grandes joyas, of course.

 
Anti-perlas

 



The face of love (Perlas)

Cuando te encuentras con dos actorazos de la talla Annette Bening y Ed Harris derrochando química y complicidad en una historia, a priori, de lo más prometedora (una mujer viuda se encuentra con un clón de su difunto esposo 5 años después de su pérdida y se siente irremediablemente atraída por él) parece que nada puede salir mal, sin embargo, el film culebrea en su segunda mitad, y el enorme potencial de la historia queda fagocitado por una simple y facilona resolución telefilmil que deja en el espectador una indignante e imperdonable sensación de estafa.

 



Devil’s knot (Sección oficial)

Es difícil decidir qué es lo más triste del último trabajo de Atom Egoyan: si constatar que el director ha perdido definitivamente el norte o encontrar en su reparto a buenos actores como Colin Firth y Reese Witherspoon simplemente correctos y desperdiciados. Con ecos de Mistic River y vocación de telefilm, la película resulta aburrida, predecible y sin personalidad. Expone unos supuestos hechos reales con escaso atractivo o interés, para arrojarnos a un final torpe y anticlimático con los que, probablemente, sean los (super explicativos) rótulos finales más largos de la historia.

 


October, November (Sección oficial)

Esta cinta austríaca tiene el dudoso honor de haber sido, probablemente, la película de la sección oficial que más desbandadas ha provocado en el patio de butacas. A pesar de contar con el bueno de Sebastian Koch pululando por los Alpes, el film resulta aburrido, acartonado, predecible, sin ritmo, sin emoción, reiterativo e insoportablemente largo. Una escena se repite.:un pobre salmón agoniza y lucha desesperadamente por respirar sobre una piedra. Nada justifica la muerte de un animal no humano para subrayar insistentemente un proceso vital, pero, este film, menos que ninguno.

 


Enemy (Sección oficial)

Tal vez, dentro de unos años, me tire de los pelos y/o me haga cortes con cuchillas al más puro estilo trastorno borderline por no haber sido capaz de ver y apreciar la grandeza del film de Denis Villeneuve, pero, aquí y ahora, me resulta difícil ver un potencial diamante en bruto tras ese inconcluso, pretencioso y caótico manto de confusión. Se agradece un film que intente salirse de lo convencional y sorprender al espectador. También se aplaude la atmosfera inquietante, turbia y alucinógena y la inspirada elección de casting, pero no puedo darle la razón al director cuando afirma que “para entenderla o disfrutarla hay que verla más de una vez”. Las segundas oportunidades cinematográficas, sólo se dan a quienes te han atrapado en su red (y nunca mejor dicho) tras un solo visionado.

 


 
Fruitvale Station (Perlas)

Tras ver Fruitvale Station y de confesar sentir una tirria especial por la sobrevaloradísima Bestias del sur salvaje, la ganadora anterior, me reafirmo en el hecho de que he perdido del todo la fe en el criterio del festival de Sundance. Resultaría difícil imaginar cómo ha podido llegar tan lejos una producción manipuladora, telefilmera, almibarada y maniquea (en la que la sensación de manipulación y nulo respeto hacia la inteligencia del público resultan constantes) si no fuera por los grandes nombres que se esconden en las labores de producción. Para indignarse ante una injusticia no hace falta que nos eleven a la santidad a su víctima (puede, incluso, resultar contraproducente, y de hecho, ni siquiera tiene que caernos bien). Un acto abominable siempre será abominable. Y punto.

 



For those who can tell no tales (Sección oficial)

Los temas que acaricia no podrían ser más interesantes y rescatables, pero, lamentablemente, las buenas intenciones no bastan ni para conmover ni para sostener una película. El film de Jasmila Zbanic está situado a las antípodas de la emoción, como su australiana protagonista, y nos deja la frustrante sensación de haber visto una película fallida que pedía a gritos una buena ficción en lugar de una falsa y fría estructura de documental. Aunque le pongamos ganas y complicidad, su bienintencionado recorrido no nos conmueve, ni horroriza (y esto es lo peor que se puede decir de un film de denuncia), además, profundiza levemente en la herida y sus consecuencias y no acaba de resultar del todo creíble. Una pena.

 



El rey de Canfranc(Zabaltegi)

Durante la segunda guerra mundial hubo una Casablanca y un Rick's Cafe patrios, concretamente en la estación de ferrocarril de Canfranc (Huesca), donde Albert le Lay, un espía al servicio de la Resistencia francesa que se ocultaba bajo la normal apariencia del jefe de la aduana francesa, controlaba este punto estratégico de paso de mercancías entre España y Alemania, salvando unas cuantas vidas en el intento.
Con semejante argumento, a priori, resulta bastante improbable que este documental pueda resultar aburrido, pero, desgraciadamente, lo es. Su fascinante material está narrado sin pulso, sin originalidad y sin gracia (como si tratase de un documental medio de La2), se limita a ser funcional y toda su potencial magia (que daría para una película) se pierde en el camino. Qué rabia.


Próximamente: Semi-perlas

 
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61 edición del Zinemaldia: Semi-perlas

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Durante el zinemaldi se ven tantas películas y a un ritmo tan frenético que, a menudo, el cansancio acumulado (y a veces, incluso, la desgana) juega en contra de cada película sin merecerlo. Como espectador, descubres que no siempre estás dedicando la atención y el respeto que merece cada obra y que, por lo tanto, cualquier opinión o juicio posterior debe ser colocado con alfileres.
Las semi-perlas son un cajón de sastre en el que incluir tanto las películas reguleras y las simplemente dignas, como aquellas que no están del todo mal (o que, incluso te han parecido buenas), pero que cuentan con la cantidad suficiente de elementos negativos como para no poder recomendarlas ni entusiasmarte con ellas.
 

Semi-perlas (ordenadas de menor a mayor tamaño)

 


L'amour est le crime parfait(Perlas)

Un profesor universitario cuarentón mantiene idilios en serie con buena parte de sus alumnas. Un día, de repente, una de sus últimas conquistas, desaparece.
Si hay una película festivalera que he visto en un incomodísimo y frustrante estado de cansancio y cuasivigilia extremo, es esta. Tras un arranque y una primera hora muy prometedoras, el film de los Larrieu acaba arrojándote a un final torpe y decepcionante que te hace plantearte el hecho de si la extraña mezcla chabroliana entre comedia y thriller es un producto fallido. A falta de una segunda visión que lo confirme/desmienta y concediéndole el beneficio de la duda, queda colocada provisionalmente en este puesto borderline entre las semi-perlas y anti-perlas.

 

 
El árbol magnético (Nuevos directores)
Hay un misterioso árbol en Chile que atrae irremediablemente todo lo que se encuentra a su alrededor, bien sean humanos, coches o antiguos sentimientos enterrados. La directora  Isabel Ayguavives trata de darle una vuelta de tuerca más y convierte a esta eminencia arbórea en una metáfora del exilio y la necesidad de tener un lugar al que volver.
A pesar de tener un planteamiento interesante, este cuento resulta demasiado pequeñito y poco desarrollado, demasiado contenido e inconcluso, como una tormenta anunciada que se intuye pero que no acaba de estallar.
 
 



Mon âme par toi guérie (Sección oficial)

Una vez más, nos encontramos con un sanador que necesita desesperadamente ser sanado. Un hombre tosco e introvertido con el don (transmitido por su madre) de curar, pero que repudia su poder hasta que las (dramáticas) circunstancias le obligan a replantearse utilizarlo.
Interesante a ratos, y tediosa y dispersa en otros, acaba agotando el interés de un espectador impaciente por que le presenten algo que no haya visto y vivido dos millones de veces antes en obras mejor construidas y algo más interesantes.
 
 


Sigo siendo (Kachkaniraqmi)(Zabaltegi)

“Kachkaniraqmi” es una expresión quechua que significa “sigo siendo, aún soy”. Todos los protagonistas de este documental peruano, desde los músicos de los recónditos andes y amazonia, hasta los ciudadanos de Lima, tienen en común una relación muy especial con la música y han encontrado una manera personalísima de mantener vivas sus tradiciones y de expresarse y contar sus historias.
Sigo siendo es una especie de larga y, a ratos, reiterativa road movie. Habría ganado algunos enteros si hubiera reducido su duración a casi la mitad, pero, al mismo tiempo, está llena de autenticidad y de personajes cuya ternura y honestidad traspasan la pantalla. Me guardaré en un cofre, para siempre, su frase final “Hay quien cree que los pájaros cantan por nostalgia o por alegría, y hay quien piensa que cantan por cantar. Pero si no te paras a escucharlos, ¿cómo vas a saberlo?”.
 
 


The railway man (Sección oficial)

Un largo viaje, como se titula en su Spanish version, es una película que, desgraciadamente, se va desinflando en la memoria a lo largo de los días. Mientras la ves te parece un drama correcto, a ratos demasiado acartonado y academicista, un poco frío, pero con buenos intérpretes y escenas potentes de gran contenido dramático. Con el tiempo sin embargo, ganan el pulso sus defectos: sus mal desarrollados (o, incluso, innecesarios) secundarios y la falta de emotividad y emoción en una película que debería derrochar ambas en cada fotograma. Este dramón tenía todas las papeletas para ser una necesaria lección de humanidad y una historia difícil de olvidar y, sin embargo, acaba resultando tristemente prescindible.

 

Vivir es fácil con los ojos cerrados(Sección oficial)

No debe ser nada fácil construir una comedia buenrollista, crear personajes entrañables, o lograr la complicidad de un espectador que probablemente abandone la proyección con una sonrisa de oreja a oreja. En mi caso, como beatleliana, confieso que la anécdota real de la que parte la última película de David Trueba no podría gustarme más: un profesor de inglés que utiliza como  método de enseñanza las letras de las canciones de los Beatles (oh my God, mi método existía antes que yo!), inicia una peregrinación a Almería para conocer a Lennon mientras éste rueda allí una película.
El problema es que creo que deberían haberse ceñido a esta genial premisa y al género de la comedia (algunos chistes funcionan y son muy divertidos) en lugar de meterse en los pantanosos terrenos de una dramedy por los que hace aguas. No convencen los endebles personajes de los dos jóvenes frente a un inmenso Javier Cámara, ni su torpe y acelerada “evolución” (con la típica e innecesaria escena de sexo a los dos segundos de conocerse included), ni los paralelismos, de trazo grueso, entre la casposa Spain franquista y la actual llena de personajes maniqueos (los buenos son buenísimos y los malos malísimos). Una pena. Había buen material de partida y, aunque no es una mala película, podría haber sido un trabajo notable.
 
 


Le Week-End (Sección oficial)

A menudo los críticos pecan de injustos al valorar una película de la sección oficial. En lugar de verla por lo que es, la arrojan sin piedad a los leones si no encaja perfectamente en la categoría de lo que ellos consideran “conchable”. A pesar de que esta dramedy británica ha gustado mucho a algunos sectores de la crítica, si,llevarse la concha de oro a la mejor película le queda demasiado grande. Pertenece a ese saludable género en alza de “abuelos que demuestran que hay mucha vida en la tercera edad”, cae en algún que otro tópico y no innova ni aporta nada que no hayamos visto antes. Sin embargo, ¿significa que no sea disfrutable o que no contenga algunos momentos que valgan la pena? Su querible y creíble pareja protagonista está magnífica y bien vale una vuelta a Paris. Y es que, ¿alguien puede resistirse a la ciudad luz cuando está baj@ de azúcar?

 


Tian zhu ding (A touch of sin) (Perlas)

Desesperanza enrabietada. Así se resume este oscuro, largo, áspero y crudísimo retrato de la violenta China actual. Sus cuatro personajes y sus cuatro provincias apenas interconectadas, sin embargo, no poseen ni el mismo ritmo ni la misma fuerza y consistencia. A touch of sin, a ratos cansa y aburre, y a ratos horroriza y fascina.
Puede ser, hasta cierto punto, una película necesaria a ojos occidentales. Es importante tener en cuenta cómo está evolucionando (y a qué terrible precio) un país que vive bajo la tiranía de un capitalismo extremo mezclado con trazos de comunismo. Lo que no le perdono, ahora y nunca, a su director, es la tortura y matanza de animales delante y detrás de las cámaras. Teniendo en cuenta que el film es una denuncia constante a la violencia, resulta aberrante y se hace un flaco favor al caer innecesaria y cruelmente en ella. Por todo esto, este film tiene el dudoso honor al haber sido galardonado con el Tordesillas Award por ser la película que más vulnera y desprecia los derechos de los animales, oséase, el más sádico, cruel y especista de la última edición festivalera.
 
 
 

The Young and prodigious T.S.Spivet(Sección oficial fuera de concurso)

A pocas películas les tenía más ganas que al último trabajo de Jean-Pierre Jeunet y, al mismo tiempo, pocas me han decepcionado tanto. Un niño prodigio que atraviesa medio país con la excusa oficial de recoger un premio (y la motivación real de superar un duelo), es el McGuffin perfecto para crear una road movie familiar bonita y amable con destellos del mejor imaginario del director de Amelie, pero sin el encanto, la magia o la contundencia de esta. Confieso que, a ratos, me resultó aburrida y sosa y que, incluso, acabé cogiéndole algo de tirria a su repipi protagonista. No sé si fueron las altas expectativas o el cansancio, pero no pude contagiarme con la sonrisa final que quedó estampada en algunas caras vecinas. Probablemente le dé una segunda oportunidad anytime soon.

 

Próximamente: perlas y super perlas
 
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61 edición del Zinemaldia: Perlas y super perlas

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Las comparaciones son y siempre serán odiosas. En mi caso, por muy buena que resulte la cosecha festivalera del año, y a pesar de que siempre haya, al menos, una o dos perlas que deslumbren y destaquen muy por encima de la media, hay una edición y una película que permanece imbatible en lo alto de mi top: The Artist. Desde que la descubrí, he tratado de que una película me llene e ilusione tanto como en su momento lo consiguió el delicioso film de Michel Hazanavicius. Este año, desgraciadamente, tampoco ha sido una excepción.
Dicho lo cual, he aquí the best of esta 61 edición, ordenado sin orden ni concierto, salvo las dos últimas (y únicas) super perlas.

 

Perlas y super perlas




Pozitia copilului (Child's Pose/La postura del hijo)(Perlas)

Hay una escena poderosísima y escalofriante en el último oso de oro del festival de Berlín que define y resume a su personaje principal. Una adinerada y culta mujer de mediana edad conversa sobre su hijo con su asistenta y le pregunta a esta si el joven ha leído un libro que le regaló. Tras contestarle negativamente, la asistenta se dispone a dar su opinión sobre un libro que ha leído recientemente y que le ha gustado mucho. Su jefa la corta en seco: los gustos literarios de una “simple” señora de la limpieza no existen para ella. Su opinión no le interesa.
Pozitia copiluli es una crítica contundente hacia los nuevos ricos rumanos cuyo privilegiado estatus les hace creer que se encuentran por encima de todo y de todos. Con un guión preciso y potente y un clima tenso, áspero y angustioso, una mater terribilis (excelente Luminita Gheorghiu) demostrará hasta qué punto está dispuesta a llegar para salvar de la cárcel a un hijo con el que mantiene una edípica relación de dominancia. Muy recomendable.
 
 
 
 
Prisoners (Prisioneros)(Proyección especial)

Lo que consigue este intenso y sólido thriller de Denis Villeneuve está al alcance de muy pocos. Y es que, como espectador, enfrentarse a una película de dos horas y media de duración a las 9:30 de la mañana, con el cansancio acumulado del octavo día de festival y, a pesar de todo, no sólo no aburrirse en ningún momento, sino mantener clavadas las uñas en la butaca durante todo el metraje, dice mucho de la calidad de Prisoners. Y si está dirigida con maestría, estupendamente interpretada (¡que repartazo, mamma mia!) y el guión está bien hilvanado y contiene alguna de las escenas más angustiosas que has visto en mucho tiempo (¡esa carrera en coche a contrareloj con el ojo ensangrentado, ay!), ¿qué es lo que le impide un puesto de honor en el top? Pues que en mi galería particular de películas memorables este “yo por  mi hija mato” resulta entretenida, contundente y muy bien realizada, pero ni me deja ningún poso ni me llega al corazón. ¿Será por el hecho de haber adivinado el final?

 


La herida (Sección oficial)

Ana no lo sabe, pero padece un trastorno límite de la personalidad (oborderline). Una patología psiquiátrica grave que ya conocimos en Los 400 golpes, Inocencia interrumpida, Un tranvía llamado deseo o Cisne negro. La diferencia es que, en esta ocasión, la cámara la sigue tan cotidianamente cerca, tan a ras de piel, que no podemos escapar del infierno de su protagonista, aunque no lo entendamos y no logremos empatizar con su universo caótico y sus incomprensibles cambios de humor.
La heridaes una película en la que pasa mucho y nada, en la que lo que se cuenta es tan importante como lo que se silencia. El mundo emocional de Ana y su aburrido/triste/anodino/angustioso día a día son los protagonistas absolutos. No hay grandes acontecimientos y el arco dramático de la protagonista es neutro. Sin embargo, es una película valiente, cercana, honesta, con una protagonista tan absoluta e inmensa que jamás podrás olvidarla. Hay quien la considera fría y desagradable, pero La herida es como una mano que se escapa fuera de la cama, cuando despiertas, triste, en medio de la noche, aunque sepas que, en realidad, no hay nadie para acariciártela.
 
 


Club Sandwich(Sección oficial)

Paloma y Héctor, su hijo adolescente, pasan unas cortas vacaciones en un aisladísimo resort prácticamente habitado por ellos mismos. Se dan mutuamente cremita, van a la piscina y encargan sandwiches por teléfono. Durante una media hora larga, el espectador asiste impaciente a lo que parece una presentación de personajes inusualmente larga o una comedia del tedio, pero la curiosa versión de where is my mind? de los títulos de crédito le animan a seguir buscando el tesoro escondido que aparece, de repente, encarnado en Jazmín, una muy lolitesca veraneante adolescente del mismo resort. En ese momento, los dos jóvenes son abducidos por una imparable efervescencia hormonal (que no lo llamen amor cuando quieren decir…). Paloma, que se lleva extrañamente bien con su hijo (de hecho, el suyo es el segundo complejo de Edipo de la edición), es testigo impotente, rabioso y asustado de este inevitable y muy ácido intento por cortar ese cordón umbilical invisible que siempre ha estado presente entre ambos y que desplaza su centro. Tan divertida como melancólica, Club Sandwich es un ejemplo perfecto de lo mucho que se puede contar y abarcar con una anécdota pequeñísima.

 

Gloria (Perlas)

De Chile nos llega una película que no habíamos visto antes. El retrato desarmantemente honesto de una mujer que bordea los 60 años y que nunca le habrían ofrecido a Meryl Streep. Gloria no es la  madre del/de la protagonista y su rol maternal sólo es una faceta más de su personalidad. Lleva años divorciada, sus hijos son independientes y se enfrenta a la tristeza, la soledad y los huecos que siente buscando “tapones emocionales” en los lugares y personas equivocadas. La seguimos con complicidad durante todo el metraje porque su extraordinaria protagonista femenina (Paulina García, otra de las grandes actrices de una edición festivalera llena de personajes femeninos potentes) es tan querible y creíble desde su primera escena, que no podemos resistirnos ni a su ternura, ni a su valentía, ni a su encanto, ni a su, a veces, patética, dependencia emocional. Y después de reír y emocionarnos con ella durante una hora y media larga, llega el catártico y perfecto final y nos sentimos tan exultantes y llenos de vida, que se nos han olvidado los defectos del film (que los tiene). Simplemente asumimos que jamás podremos volver a escuchar la famosa canción de Umberto Tozzi sin pensar enGloria.

 

Dallas Buyers Club(Perlas)

1986. Ron Woodroof es un hombre drogadicto, homófobo y mujeriego al que el mismo día en el que le diagnostican SIDA descubre que sólo le quedan 30 días de vida. El medicamento recomendado por aquel entonces (el AZT) resulta ser una bomba tóxica que debilita a los pacientes hasta el borde de la muerte. Woodroof decide entonces negarse a tomar esta droga letal y, en un acto de tenacidad y valentía, planta cara a la industria farmacéutica (y a la institución médica) creando una red de distribución de medicamentos ilegales que ayudaron a muchas vidas a combatir la enfermedad.
Este 2013 está siendo el año de lucimiento interpretativo de actores y actrices que no tenían, precisamente, los favores de la crítica. ¿Habrá alguien que considere que Matthew McConaughey y Jared Leto son malos actores tras verlos brillar en Dallas Buyers Club? Sus actuaciones (y sus escalofriantes transformaciones físicas) eclipsan tanto este resultón biopic que el film ha sido acusado (injustamente, desde mi modesta opinión) de mero vehículo de lucimiento. Sin embargo, sus dos horas pasan en un suspiro y te contagian su inherente alegría. Que nadie espere una Philadelphia 2 u otro Biutiful, el humor y la particular idiosincrasia del personaje de McConaughey marcan el tono de un film que se desinfla un poco en su último tramo, pero que resulta intenso, honesto y de lo más disfrutable.

 


Kaze tachinu (The wind rises) (Perlas)

En una desafortunada coincidencia, la última película de Miyazaki y el Futbolínde Campanella fueron proyectados prácticamente a la misma hora del mismo día. Había que elegir. Teniendo en cuenta la confirmación de la retirada del director japonés y el hecho de que no había visto ninguna de sus películas en pantalla grande (y que nunca más volvería a hacerlo) mi elección estaba clara. Afortunadamente, no me arrepentí.
La historia de Jiro, un niño que sueña con volar aviones y que acaba teniendo que conformarse con diseñarlos a causa  de su miopía (y que fue pieza clave a la hora de crear las flotas japonesas que se utilizarían en la segunda guerra mundial), en su momento, no me sedujo tanto como esperaba. Sin embargo, este melancólico drama histórico al que “le faltaba emotividad y garra” ha ido creciendo en mi recuerdo hasta el punto de que no puedo quitarme de la cabeza algunas de sus más deslumbrantes, dramáticas y bellas escenas. Ya estoy deseando verla de nuevo (está vez bajo los efectos de un número de horas de sueño mínimas). Estoy convencida de que este bello testamento en forma de película podría crecer y crecer con los años hasta convertirse en super perla. 
 
 


 
Jeune et jolie (Joven y bonita) (Perlas)

Pocas películas de esta edición me han resultado más incómodas y, hasta cierto punto, hirientes, que la última y estupenda película de François Ozon. Mi deformación académica me obliga continuamente a buscar respuestas a comportamientos (explicaciones que no siempre encuentro y que no siempre se dan). Además, como mujer, me resulta difícil empatizar con la elección de su protagonista femenina, una chica bellísima sin ninguna patología, trauma o problema aparente que, en su despertar sexual, decide que lo que le realmente le excita es cobrar por acostarse con absolutos desconocidos. Hay que aplaudirle a Ozon su valentía y sutileza. Jeune et jolie no tiene moralina y no se posiciona, no critica a su protagonista, ni intenta victimizarla o lograr que nos caiga bien. Tampoco ofrece respuestas a su “sexualidad alternativa” y su final es abierto y tiene múltiples interpretaciones o lecturas, sin embargo, mientras tratamos de ahogar los inevitables porqués, descubrimos que el film es un canto a la libertad vital. Otras opciones son siempre respetables y posibles, aunque no las compartamos y, emocionalmente, no podamos comprenderlas (la película ganó el premio Otra mirada, un galardón con el que se reconoce a las películas que hablan de temas cercanos a la mujer). Puede que Jeune et jolie pudiera haber sido aún más incisiva, pero, a pesar de todo, resulta bella… y necesaria.

 

 

Pelo malo (Sección oficial)

Para ser justa con la flamante ganadora de la última concha de oro, he de admitir que ya me había ganado desde su sinopsis. Mi intuición me decía que había algo especial en Junior, un niño de 9 años cuya máxima preocupación y aspiración aparente era alisarse el “pelo malo” para parecerse a un cantante de moda. Y es que tras la intrascendente anécdota capilar se esconde una metáfora  de una lucha y un sueño imposibles por mantener la identidad (y la otredad) en un ambiente hostil, represivo e intolerante que solo acepta entre sus miembros a soldados o princesas. Pelo malo viaja brillantemente desde lo personal y concreto a lo general, de adentro a afuera, y la radiografía de una familia uniparental y disfuncional en la que una madre no puede ni sabe aceptar y querer a un hijo “diferente” se extiende a los paupérrimos, chabolistas y abotargados barrios de Caracas. A medida que avanza el metraje, mientras reprimimos el necesario abrazo a su protagonista, descubrimos que a la rebeldía ensortijada del pelo de Junior, a falta de espejos amorosos y cálidos en los que reflejarse, sólo le acaban quedando dos opciones. Ninguna es la que él necesita. Mariana Rondón, su directora, confesó que había hecho esta película para “curarse de tanta intolerancia”. Nosotros se lo agradecemos. Mucho.

 


Quai d’Orsay (Sección oficial)

El problema de la divertidísima y aguda sátira política de Bertrand Tavernier, es que si te despistas un segundo y un pensamiento personal y/o extra cinematográfico cruza tu mente, posiblemente, ya te has perdido alguno de sus corrosivos chistes. Así es la caricaturesca Quai d’Orsay. Tiene un ritmo tan frenético y resulta tan deliciosamente verborreica que acaba agotando al espectador no acostumbrado a tal despliegue de ingenio y elocuencia (o sea, a casi todo el mundo).
Su hilo conductor es el joven Arthur Vlaminck, un recién graduado en administración que ha sido contratado como jefe del departamento de "lenguaje" del ministro de exteriores para que le escriba sus discursos (y que éste, un desternillante Thierry Lhermitte, no pierda real y literalmente los papeles). Rodeado de personajes a cada cual más estrafalario, ignorante, torpe e incompetente, pronto comprobaremos que el personaje más “soso” de todo el inepto gabinete es el propio Vlaminck.

Con su jocosa, delirante, vacilona y necesaria última película, Tavernier apunta el cañón a la política de exteriores de su país y a esa cosa llamada burocracia y acierta de lleno. Merecidísimo premio del jurado al mejor guión.

 



Gravity (Perlas)

Como espectadora, cuando acudo al cine, ante todo, lo que espero es que me conmuevan, me sorprendan, y que, a ser posible, me lleven de la mano por algún atajo o camino que no haya visto ni experimentado antes. Gravity consigue todas estas cosas y recuerda por qué merece la pena seguir teniendo fe en una industria que hace tiempo que perdió el rumbo artístico y que, básicamente, sólo hace refritos en serie.
Cuarón es capaz de convertir a cualquier ateo del 3D en creyente practicante. La sensación de inmersión (y emoción) sumados a la deslumbrante belleza visual que provoca Gravity no se habían experimentado antes. Confieso que no me entusiasma el McGuffin del trauma maternal de Sandra Bullock, pero se lo perdono, es peccata minuta en comparación con todo lo bueno que ofrece esta estupenda película. En la rueda de prensa, con las retinas aún desbordadas de emoción y fascinación por el "pequeño milagro" que acabábamos de presenciar, los periodistas, en lugar de felicitar a Cuarón e hijo, le daban las gracias. Y no es para menos.

Pero tampoco sería justo no atribuir una buena parte del éxito del film a Sandra Bullock, que no sólo está soberbia (y da un zas en toda la boca a todos aquellos que la consideraban una mala actriz), sino que tiene el honor de ser la protagonista total y absoluta en un género “poco femenino” y a una edad “poco cinematográfica”. Hace 15 o 20 años, por ejemplo, habría sido impensable que una mujer de 49 años protagonizase un taquillazo de este estilo. Sí, definitivamente, algo está cambiando en Hollywood. Ya era hora.

 

 
Soshite chichi ni Naru (Like father like son)(Perlas)

Dos familias descubren seis años después del nacimiento de sus respectivos hijos, que ambos niños, nacidos el mismo día en el mismo hospital, fueron intercambiados al nacer. Por lo tanto, ambas se enfrentan al doloroso dilema moral de tener que elegir entre el hijo que quieren y con el que han creado un fuerte vínculo y aquel que realmente lleva su sangre.
Lo más interesante de la última película de Kore-eda, es que el drama y el conflicto que plantea sólo podría ocurrir en Japón, un país apegadísimo a férreas tradiciones culturales y familiares en las que el bien del individuo siempre está supeditado al deber, al bien común. En Occidente, el dilema no sería tan desgarrador y, probablemente, se resolvería de otra manera, pero esto es el país del sol naciente y las decisiones importantes que afectan a ambas familias las toma (incomprensiblemente a nuestros ojos) el padre de mayor estatus social (y el más tradicional).

En manos de otro director, Soshite chichi ni naru podría haber sido un cursi pastelito telefilmil, pero tras las cámaras está Kore-eda, un director inteligente y sensible que, sin caer en ningún momento en la ñoñería, consigue conducir hábilmente la dolorosa historia y poner al espectador, en todo momento, en la piel de sus protagonistas. Tal vez lo mejor que tiene esta maravillosísima película, es que el nudo en la garganta que provoca (acompañada de una sensación de plenitud), no te abandona. No sólo va ganando enteros a medida que la recuerdas, sino que no puedes evitar seguir reflexionando sobre ella e imaginando el futuro de ambas familias, dentro de unos años. Spielberg ya ha comprado los derechos para adaptarla. Esperemos que recapacite.

Mi película favorita de esta última edición zinemaldil. Imprescindible.
 

Pérdidas dolorosas por motivos ajenos a mi voluntad

 
 

The zero theorem (Perlas)

La vie d’Adèle (Proyección especial)

About time (Perlas)

Futbolín (Sección oficial fuera de concurso)
 
 
Perdidas no tan dolorosas

 


 Las brujas de Zugarramurdi(Sección oficial fuera de concurso)

Caníbal(Sección oficial)

 
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Una cuestión de tiempo: Doble McGuffin

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Durante el pasado Zinemaldia, me vi en la disyuntiva de tener que escoger entre Una cuestión de tiempo (About time), la última película de Richard Curtis (guionista de Cuatro bodas y un funeral yNotting Hilly director de Love actually) y Quai d’Orsay, la ácida comedia política de Bertrand Tavernier, decantándome por esta última. Ahora que por fin se me ha estrenado en cines y me he quitado la espinita, debo admitir, con un poco de tristeza, que hice una buena elección.


 
Soy de la opinión de que una comedia romántica digna, incluso aunque ligeramente almibarada, de vez en cuando no sólo no es censurable, sino que puede resultar de lo más saludable para todo tipo de paladares. Mi bajada actual de azúcar sumada a ciertas expectativas levantadas a raíz del festival, me hacían presagiar que me iba a encontrar con un film por encima de la media y, aunque, efectivamente, la película de Curtis tiene más calidad y encanto que las últimas comedias románticas que han aterrizado por estos lares, lo cierto es que acaba traicionándose y traicionando y manipulando vil y descaradamente al espectador.



Una cuestión de tiempoempieza de forma prometedora. Es tan simpática y encantadora como sus interpretes, así que abandonamos los prejuicios, las inevitables preguntas científicas y las comparaciones con Atrapado en el tiempo y nos dejamos llevar con complicidad de la mano del pelirrojo protagonista y sus excéntricos secundarios (tan marca de la casa). El problema es que una vez que la love story queda resuelta, cambia bruscamente el tono del film y se tiene la sensación de estar viendo una película radicalmente distinta. Como consecuencia, perdemos súbitamente el interés, llega el aburrimiento y nos preguntamos, indignados, hacia donde pretende llevarnos Richard Curtis (y si realmente nos interesa). 
 
 
Que ese elemento fantástico tan trillado como efectivo que son los viajes en el tiempo sea un McGuffin que sirva de mero hilo conductor a la love story, es algo que se intuye antes incluso de ver la película, pero lo que el espectador no sabe, es que, en realidad, lo que está viendo tampoco es una rom-com, sino una comedia familiar buenrollista con moralina y un trasfondo insultantemente convencional y conservador (además, el “Carpe diem” o el “párate a mirar la belleza que te rodea”, nos lo han contado antes y nos lo han contado mejor). Doble McGuffin.
 
 
 
 
Para colmo de males, en ese olvidable (y estirado) tramo final, Curtis se guarda un nada sutil as en la manga que pretende ser emotivo, pero que acaba resultando tan tramposo que cae en la pornografía sentimental más descarada (es como si te estuvieran exprimiendo los lacrimales sin consentimiento y a traición). Y así no vale. Tampoco vale que los queviajen en el tiempo y/o tengan carisma y verdadero peso sean ellos (casi todos los actores masculinos, desde el estupendo protagonista, pasando por el robaescenas nato que es Bill Nighy o el cínico Tom Hollander, tienen varias escenas para su exclusivo lucimiento). Las chicas, una vez más, sirven como meras comparsas de los personajes masculinos y se limitan a ser: encantadoras y guapísimas pero planas (McAdams), absolutamente desaprovechadas (Lindsay Duncan, soberbia en Le Week-end, invisible aquí), tías buenas/meros objetos de deseo (Margot Robbie, Vanessa Kirby) o la hermana freaky supuestamente excepcional (Lydia Wilson), a la que calificamos como tal sólo porque nos lo dice la voz en off (a años luz de la típica hermana del protagonista curtisiano; recuérdense, si no, las más memorables sisters de Notting Hill o Cuatro bodas y un funeral).
 
 
Aunque sería injusto calificar de mala película a una Cuestión de tiempo o no admitir que tiene momentos y situaciones de lo más disfrutables, el "precio" que nos hace pagar Curtis a cambio de su disfrute, en mi opinión, resulta desorbitado (además de aburrido y anticuado). Si adoras Notting Hill (o la consideras, al menos, un placer culpable) y/o eres de la opinión de que Love Actually (con la que confieso tener una love/hate relationship; hay historias que me gustan y otras que detesto) es una de las mejores comedias románticas de los últimos años, posiblemente, no sólo no estés de acuerdo con esta crítica, sino que sentirás el irrefrenable impulso de cortarme la cabeza al más puro estilo de la reina de corazones. ¿Qué puedo decir? No me lo tengas en cuenta. Al fin y al cabo, sólo es una cuestión de opiniones ;)




 
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10 motivos de peso para ver Blackfish

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1- En este interesantísimo y reflexivo documental de Gabriela Cowperthwaite se narra con mimo, honestidad y un toque de suspense la historia más escalofriante, dolorosa y cruda del año: la de Tilikum, una orca macho separada brutalmente de su familia a los dos años, convertida, contra su voluntad, en prisionera y payaso de acuario en SeaWorld, sufridora de todos los traumas que pueden ocasionar 30 años de prisión (en una “caja de zapatos”), y asesina de 3 humanos (accidentes fatales que, tras ver el documental, y teniendo en cuenta las circunstancias, incluso resultan pocos).
 
2- Blackfish no es un documental orientado a animalistas, ecologistas o personas sensibilizadas con el sufrimiento/abuso animal, sino que está narrado desde el punto de vista de un no experto en la materia y dirigido a toda clase de públicos. La propia directora era una asidua asistente a SeaWorld (al que solía acudir con sus hijos), hasta que la muerte de la entrenadora de orcas Dawn Brancheau, la última víctima de Tilikum, unida a las sospechosas y muy dudosas explicaciones por parte del famoso parque acuático (aseguraban que la ballena atacó a su entrenadora, supuestamente, porque llevaba una coleta en lugar de llevar el pelo recogido), sobrecogieron e intrigaron hasta tal punto a la directora, que sintió la necesidad de investigar qué se cocía realmente en el famoso delfinario de Florida. El resultado de sus investigaciones creció y creció hasta convertirse en Blackfish.
 

 
 
3-      Este imprescindible documental no es sólo una denuncia contra SeaWorld o contra los parques acuáticos y el uso y abuso de los cetáceos en cautividad, sino que es un contundente y muy persuasivo alegato contra el maltrato, cautiverio y explotación circense de TODOS LOS ANIMALES (salvajes o no) para frívolo e innecesario entretenimiento humano.
 
4-     Blackfishes tan contundente y reivindicativo como instructivo. Puede que no resulte excesivamente original en su forma, pero tanto sus (algunas durérrimas) imágenes como la información que en él se maneja, se quedarán grabados a fuego en la mente del espectador, que saldrá del cine, no sólo indignad@ y conmovid@, sino con la sensación de haberse convertido en casi un expert@ en las orcas y su vida en cautividad.
 

 
 
5- No es posible tacharlo de sensiblero, maniqueo o partidista, los hechos que narra son objetivos y fácilmente contrastables. Tanto biólogos marinos y activistas, como antiguos entrenadores y cazadores de orcas (casi todos arrepentidos y reconvertidos en activistas) tienen hueco y voz en Blackfish. La única voz que falta, por deseo propio, es la que no tiene argumentos para defenderse: SeaWorld.
 
6-     Tu visión sobre las orcas cambiará por completo. Olvidarás todas las películas y documentales sobre terribilis orcas asesinas, y descubrirás, por ejemplo, que la única forma de “entrenarlas” es a base de dietas insuficientes y crueles castigos (haciéndoles pasar hambre); el porqué de que todas las orcas en cautividad viven menos (y los machos tengan la aleta dorsal torcida), o el motivo por el que no atacan a los humanos cuando están en libertad.
 
 
 

7-     Es una invitación al activismo, la acción y la lucha contra el especismo*. Nunca volverás a pisar un parque acuático y si, como en mi caso, hace tiempo que los boicoteas, te asegurarás de que todo tu microcosmos, no sólo también lo haga, sino de que vea este documental.
 
8-     ¿Por qué un animal tan sumamente frustrado y potencialmente agresivo como Tilikum es mantenido en cautividad a pesar del posible daño que puede causarse, tanto a sí mismo como a los humanos con los que interactúa? Básicamente, porque sirve como gran máquina de esperma (las imágenes grotescas en las que se muestra “la extracción” me acompañarán durante mucho tiempo en mis pesadillas). Además, el historial de agresividades de todos los animales del parque se esconde miserablemente a sus entrenadores, convirtiéndolos en la otra víctima. Por lo tanto,resulta imprescindible (y obligatorio) ser consciente de que cada muerte (humana o no humana) y sufrimiento cruel e innecesario en un parque acuático, es un daño colateral de un negocio muy lucrativo.
 

 

9-     Blackfishes tan irrebatible e impactante que, tras su visionado y posterior charla con su directora, John Lasseter y Andrew Stanton, directores del estudio Pixar, alteraron la descripción de parque marino que aparecerá en Finding Dory (Buscando a Dory). ¿Quién dijo que este tipo de cine no era efectivo o que solo convertía a los ya conversos?
 
10-   Posiblemente, su necesario contenido y su planteamiento David-contra-Goliat en la lucha de los derechos de los animales ya haya hecho historia. Si el magnífico The Cove ha conseguido reducir la matanza de delfines en Japón, y debido a presiones ciudadanas, se ha conseguido que en países como Eslovenia, Chipre, Croacia, Costa Rica, Uruguay o Chile ya estén prohibidos los delfinarios (España, vergonzosa y tristemente, ocupa el primer puesto del ranking europeo con más orcas en cautividad, y el tercero a nivel mundial), en un alarde de (exagerado) optimismo, tal vez Blackfishencienda definitivamente la mecha de la conciencia y suponga, a medio o largo plazo, no sólo el fin de negocios abyectos e injustificables como los parques acuáticos, sino de las cárceles de animales y la forma en la que vemos a los otros animales, en general. Sin embargo, aunque sólo supusiera la libertad para Tilikum, su sufrido y malogrado protagonista/víctima, ya habría valido la pena.

¿Hay alguna posibilidad, por pequeña que sea, de que reestrenen Earthlingso el mundo aún no está preparado para semejante chute de antiespecismo*?

 
 
 
*Especismo: según Peter Singer “un prejuicio o actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de nuestra propia especie y en contra de los de otras”, esto es, la discriminación de otras especies por no ser humanas, obviando su capacidad de sentir y su consciencia.
 


 
Una llamada a la acción:




 
 
 



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Once escenas eróticas sin sexo

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El sexo ya no vende en Hollywood. En parte porque su presencia obliga a subir la calificación de las películas, perdiendo una jugosísima porción de público y beneficios, y en parte porque al ciudadano medio le resulta demasiado light y decepcionante comparándolo con el material bastante más explícito que circula por la red.
El erotismo, por otra parte, siempre ha jugado a otro nivel. Obligado a disfrazarse con trajes mucho más sutiles, creativos e imaginativos, desde que el cine se convirtió en entretenimiento de masas, fue inspirado y puesto a prueba, al mismo tiempo, durante la primera mitad del siglo XX, cuando la censura siempre hacía su trabajo; y, aunque no de forma tan sugerente, nos ha seguido sorprendiendo, ocasionalmente, hasta  la actualidad.

Tal vez porque ya hemos perdido la “inocencia cinematográfica” y nos sentimos saturados y aburridos como espectadores, agradecemos especialmente cualquier estimulante muestra de creatividad, imaginación e ingenio. Estas once escenas eróticas sin sexo nos recuerdan, por si en ocasiones lo olvidamos, por qué el cine nos gusta tanto.
[No recomiendo el visionado de ninguna de ellas a menos que se haya visto previamente la película de la que forman parte. Por si solas, perderían gran parte de su fuerza y magia]

 

El lanzamiento de cuchillos de La chica del puente “La fille sur le pont” (Patrice Leconte, 1999)

La zona del cerebro que se activa cuando sentimos terror es la misma que se enciende ante una experiencia placentera. Estos dos aparentemente opuestos circuitos compartidos están impecablemente ejemplificados en la escena más mítica de La fille sur le pont  Vanessa Paradis no sólo pasa miedo por voluntad propia, sino que pone su vida en manos de un lanzador de cuchillos con orgásmicos resultados. Independientemente de las tendencias masoquistas del personaje que interpreta la guapa actriz, nadie puede negar que se trata de una de las escenas eróticas más evocadoras, sutiles e impactantes de la historia del cine.



 
El retrato de Rose en Titanic(James Cameron, 1997)

Aunque el multioscarizado film de James Cameron resulta notable como película  de catástrofes, su love story, sin embargo, resulta algo simplona y tontaina. En mi caso concreto, confieso que la pareja Winslet-DiCaprio siempre me ha rechinado sobremanera y no precisamente por sus cualidades actorales. La Winslet me parecía demasiado mujer para aquel esmirri con cara de nena que, por aquel entonces, era Leonardo DiCaprio. Sin embargo, siempre he aplaudido la osadía de Cameron al incluir una escena tan poco familiar, pero, al mismo tiempo, tan elegantemente erótica como la del retrato de Rose. Y es que el hecho de que acaricien por primera vez tu cuerpo con los ojos y lo plasmen detalladamente sobre un lienzo, tiene su aquel…

(No he podido encontrar la escena completa. Los enlaces buenos desaparecen a la velocidad del rayo debido a las reclamaciones de corpyright la Fox. Sorry)


 

El baile en el embarcadero de Picnic (Joshua Logan, 1955)

Picnic derrocha libertad, amor y sexo en un ambiente ultra conservador y represivo (A.K.A un pueblo perdido de Kansas en plenos años cincuenta). Todos estos elementos se condensan y magnifican en una inolvidable escena que ya ha pasado a la historia del cine como uno de los bailes más eróticos de todos los tiempos. Y es que Kim Novak y William Holden, pareja sexy donde las haya, derrochan sensualidad y complicidad. Su baile prohibido es todo un liberador soplo de aire fresco en una América de lo más tradicional y encorsetada. Ambos nos demuestran que para hacer saltar la alarma de la censura no hace falta ni desabrocharse un botón.



 
El baño en la fuente de Expiación, más allá de la pasión “Atonement” (Joe Wright, 2007)

La tensión sexual no resuelta entre Robbie y Cecilia sale a la luz antes de la nota, del vestido verde y de la ya antológica escena de la biblioteca.  Ella no lo sabía (él siempre lo supo), pero el día más caluroso del año se convirtió en el último empujón que necesitaban sus resistencias, alimentadas durante años, para caer y desnudarla por completo.
Calificada por algunos como “erotismo de anuncio de perfumes”, el baño de Cecilia resulta especialmente sugerente y revelador porque de todos sus testigos, incluido el propio espectador, la más sorprendida de su reacción es la propia Cecilia: acaba de realizar una locura de lo más desinhibida (¡y en la Gran Bretaña de los años 40!) que sería incapaz de realizar delante de ningún otro. That must be real love…



 
El cruce de miradas de El manantial “The Fountainhead” (King Vidor, 1949)

Confesión: esta es la elección menos sutil y descaradamente freudiana de la lista. Dominique Françon, una mañana, paseando por la cantera de papá, se topa con un apuesto sudoroso taladrando firmemente una pared de roca (¿a alguien se le ocurre un símbolo más fálico?) y su mundo de deidad griega se derrumba. Lógico y normal si tenemos en cuenta que la magnética y testosterónea estampa pertenece, nada más y nada menos, que a Gary Cooper que estás en los cielos manejando con destreza un black and decker primigenio. A partir de ese encuentro, lleno de reveladoras miradas en plan “me pones”, “lo sé”, la pobre Dominique, la mujer que aseguraba que nunca amaría o pertenecería a nadie, sólo tiene cabeza para taladros, mármoles y rascacielos altísimos…



 
La canción sobre el piano de Los fabulosos Baker boys “The fabulous Baker boys” (Steve Kloves, 1989)

Cuando el trío musical de Los fabulosos Baker boys se transforma, temporalmente, en dúo, resulta evidente para todos que, en esta ocasión concreta, tres son multitud. Sin el rígido y metódico hermano mayor, la atracción que existe entre Pfeiffer y Bridges se libera en forma de canción… ¡y sobre un piano! Michelle Pfeiffer nunca ha estado más sexy y felina que en este momento (ni siquiera como Catwoman). ¿Se habrán olvidado ambos intérpretes del hecho de que hay un público que sigue todos sus movimientos? Si esta sensualísima complicidad entre cantante y músico no es la expresión de otro tipo de complicidad, no necesariamente musical, ¿qué es? ;)


 
La tormenta de arena de El paciente inglés “The English patient” ( Anthony Minghella, 1996)

Almásy (Ralph Fiennes) y Katherine (Kristin Scott Thomas) quedan atrapados en un jeep durante una poderosísima tormenta de arena y la tensa relación amor-odio que mantienen desde que se conocieron queda temporalmente enterrada, como el propio jeep. Un lugar tan sólido y seguro contiene, a duras penas, la creciente intimidad y el eléctrico erotismo de dos seres que están destinados (o condenados) a ser amantes, a pesar de ellos mismos. Él la acaricia con las mejores armas que tiene (su voz y sus historias), antes de atreverse a tocarle suavemente el cabello. Ella, por su parte apoya su mano contra el cristal, dibujando su rendición y su deseo.



 
El robo del libro en Lo que queda del día “The remains of the day” (James Ivory, 1993)

Es difícil imaginar a un personaje más estoico, distante, imperturbable y emocionalmente reprimido que el que interpreta Anthony Hopkins en la estupenda Lo que queda del día. Nada pareceatravesar su manto de hielo hasta el ama de llaves (Emma Thomson), de quien está secretamente enamorado, irrumpe en su habitación y le pide que le enseñe el libro que está leyendo. Ante su negativa, ella imagina que se trata de una novela erótica y se acerca a él para comprobarlo, multiplicando, a cada paso, la tensión entre ambos. Tras un breve forcejeo,  mientras Thomson logra arrebatárselo y examinarlo (visiblemente decepcionada), vemos reflejados en los ojos de Hopkins todo un universo de amor y deseo dolorosamente contenidos. En un primer visionado puede parecer demasiado sutil, pero durante años Emma Thompson ha asegurado que se trata de la escena más erótica que ha rodado jamás. Por algo será.




La pregunta adultera de Take this waltz (Sarah Polley, 2011)

Michelle Williams es una mujer casada y adicta al enamoramiento (que no al amor), que un buen/mal día, inesperadamente, se enamora de su vecino. Cuando las grietas de su matrimonio y la atracción que siente por este otro hombre resultan más que evidentes, Williams, que hasta ese momento había creído mantener a raya a su deseo, se tropieza de lleno contra el preguntándole a su potencial amante “qué le haría”. El chico, solícito, le narra al detalle, con intensidad, sensualidad y delicadeza, todos y cada uno de los detalles gráficos de su particular fantasía amatoria. Nosotros, como testigos, casi tan abrumados como ella, no podemos evitar pensar, no sólo que no deberíamos estar allí, sino que pocas veces (más bien nunca) nos habían instado a utilizar la imaginación erótica con tanto detallismo.

[No he podido encontrar la escena entera. Sorry again]



 
El erótico duo al piano de Stoker (Park Chan-wook, 2013)

Es una verdadera lástima que el guión de este prometedor thriller psicológico no esté a la altura ni de sus estupendos interpretes ni de su inquietantísima y claustrofóbicamente incestuosa atmósfera, sin embargo, nos ha regalado algunas escenas memorables, entre las que destaca el intenso y elegante duelo al piano entre Matthew Goode y Mia Wasikowska (tío y sobrina en la ficción) que se arrancan metafóricamente la ropa y "consuman" su censuradísima unión, expresándose a través de las teclas de un piano. En mi modesta opinión, una de las mejores escenas del año.


 
El inflamiento de urgencia de Air Doll “空気人形, Kūki Ningyō” (Hirokazu Koreeda, 2009)

Aunque resulta demasiado bizarra y poética para contentar a la mayoría de los paladares, y hay quienes incluso la sitúan entre lo peor (o lo más fallido) de su cada vez más ilustre director, confieso tener cierta debilidad por la historia de esta inquieta muñeca hinchable que cobra vida y vive una doble ídem. Hay una escena, tal vez la más raruna de toda la película, que resulta tan sugerente y metafórica que no he podido evitar incluirla como broche final. La muñeca-mujer se pincha en un dedo, cual bella durmiente, y comienza a desinflarse con peligrosa rapidez. Afortunadamente, el chico del que está enamorada acude a socorrerla y es su aire lo que la va rellenando… hasta salvarla, finalmente.   



 
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Películas que rescataría del fuego (my favorite films of 2013)

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Si la cosecha cinematográfica del año que acaba de abandonarnos fuera un campo en llamas, me arriesgaría a llevarme alguna buena quemadura con tal de salvar para la posteridad (y para futuro/s disfrutre/s) un buen puñado de maravillas.

Mi selección no tiene ranking ni tampoco se trata de un rígido conjunto cerrado (las “listas plastificadas” no van conmigo). De hecho, es probable, que con el paso de las semanas (o los meses), a medida que descubra películas pendientes o revisione las actuales, modifique o incluya alguna película.

Muy rescatables




The Master

Una historia potentísima, personajes inquietantes magníficamente dibujados, un trío de protagonistas en estado de gracia y el particularísimo estilo de Paul Thomas Anderson a la dirección ya son bastantes alicientes para disfrutar de este film, pero es que The Master, además, resulta poderosamente extraña, oscura e hipnótica. Sí, exige un esfuerzo y se hace exasperante, por momentos, pero, al mismo tiempo, se tiene la sensación de estar asistiendo a un trabajo tan rotundo que, como al personaje de Phoenix en la que probablemente sea su escena más memorable, cuesta cerrar los ojos ante ella.  




No

Si no se supiera de antemano que Noestá basada en hechos reales, nos parecería una “americanada” infumable. Sin embargo, lo que en ella se nos narra (el final de la dictadura de Pinochet, ahí es ná) no sólo ocurrió en realidad, sino que su argumento resulta más necesario) que nunca.Esperanzadora,ingeniosa, antidepresiva e  inteligente, mezcla como nunca habíamos visto ficción con imágenes de documental y programas televisivos, y posee un humor negro al que resulta difícil resistirse (además de un Gael García Bernal en el mejor papel de toda su carrera). Y  es que, ¿se puede decir algo malo sobre este peliculón de Pablo Larraín?



Searching for Sugar Man

SiNo nos demuestra que la realidad supera la ficción, este magnífico documental, aún más prozac que la película de Larrain, nos regala una increíble y emotiva historia bigger tan life que narra la vida de Sixto Rodriguez, un ser magnético y extraordinario del que es imposible no hacerse fan inmediato (el género documental, además, ha ganado muchos enteros gracias a él). Probablemente Searching for Sugar Man no sea la mejor película del 2013, pero nadie puede negar que contiene la mejor historia. Clásico imprescindible. 
 



Laurence Anyways

Un profesor de literatura, profundamente enamorado de su novia, decide a convertirse en lo que siempre ha sentido ser: una mujer. Hay films que solo se pueden adorar u odiar y este es uno de ellos. Melodrama intenso, grandilocuente, visceral, excesivo, irregular a ratos, genial y deslumbrante a otros, pero lúcido e interesantísimo siempre. Una de las grandes (impossible) love storiesdel año (o de la década), de esas que duelen y prenden en tu interior, nos ha llegado de la mano de Xavier Dolan, un brillante director de 24 añitos para el que el calificativo de “insultantemente joven” se queda corto. Con un portentoso y descarado dominio del lenguaje cinematográfico y narrativo (estética videoclipera, técnicas publicitarias, abuso de ralentis, Dolan no tiene miedo a experimentar con nada) se nos dibuja una doble historia de amor: la del personaje principal y el amor de su vida (mais quel amour!) y la del protagonista consigo misma. Film de culto instantáneo.



Gravity

Lo mejor de la película de Cuarón no radica ni en su adrenalínica historia, ni en la fabulosa interpretación de Bullock ni en su desarmante espectacularidad visual. Lo que hace que la adoremos e inclinemos la cabeza ante ella, es que nos ha hecho recuperar la inocencia cinematográfica en pleno siglo XXI. ¿Sentirían lo mismo los espectadores de La Guerra de las galaxias hace casi 4 décadas?




La vida de Adèle (La vie d’Adèle)

Si Gravity te hace experimentar emociones y sensaciones que no has sentido hasta la fecha, el polémico film de Abdellatif Kechiche te brinda una experiencia similar, pero en un terreno mucho más emocional e íntimo. Tanto te acerca a la piel, la psicología, el corazón y los ojos de la protagonista, que incluso te hacer sentir un intruso o un voyeur. Y es que se sale de esta vida de Adèle emocionalmente noqueado e incapaz de digerir crudo semejante e intensísimo pedazo de vida. Mención aparte merece su actriz protagonista, Adèle Exarchopoulos, de la que resulta imposible no preguntarse, en algún momento, si realmente pertenece a este mundo. Posiblemente, la mejor película del recién enterrado 2013.

 


De tal padre, tal hijo (Soshite chichi ni naru)

Que su argumento (o su horrendo tráiler) no despiste a nadie: lo último de Kore-Eda no es “telefilm material”. Sorteando, en todo momento cualquier atisbo de sentimentalidad facilona o ñoñería, este estupendo director consigue conducir hábilmente la sensible y dolorosa historia, de tal forma que todo resulta tan fluido, que da la impresión de haberse “rodado solo”. Aunque tal vez lo mejor de la que fue mi película favorita en el último Zinemaldia, es que la reflexión y el nudo en la garganta que provoca no te abandona, incluso  meses después. Imprescindible.




Doce años de esclavitud (Twelveyears a slave)

Poderoso retrato de lo mejor y lo peor y más vergonzoso del ser humano, 12 años de esclavitud nos hace transitar por la angustia, el dolor y el puro terror de lo que supone el robo de la identidad y el (mal)vivir de una vida que ha dejado de ser tuya. Pocas veces habíamos visto tan bien explicadas las distintas actitudes y puntos de vista sobre la esclavitud, sin embargo, no podemos olvidar que detrás de la cámara está el nada complaciente director de Hunger o Shame , ni tampoco que, en esta ocasión, el resultado final resulta demasiado pulido, “masticable” y limpiopara la turbiedad y desgarro que la historia requería. A pesar de todo, notable, magníficamente interpretada y muy recomendable película.



Rescatables (o películas que me resultaron menos redondas, pero igualmente disfrutables)



Mud

Me gusta la definición que le ha dado un crítico: “cosa bella magullada”. Es difícil no tener grandes expectations con Jeff Nichols después de perlas como Take Shelter y Mud.Es un film de polaridades conciliadas: áspera/tierna, y brutalmente honesta/mágica, que rescata sabores de otras buenas películas (en este caso, para bien) y que nos vuelve a recordar que madurar es un continuo y doloroso “levar anclas” de las cosas para evitar que estas nos hundan. Además, está llena de buenas interpretaciones, desde un sorprendente y brillante McConaughey hasta el guapo chavalín que la coprotagoniza (talentazo a tener en cuenta).



Weekend

Es difícil resistirse a una historia de amor sencilla, emotiva, intensa y bien contada. Todo en Weekendrespira honestidad y cercanía. Los personajes se conocen, se reconocen y se enamoran, y el espectador se enamora con ellos. Además, ambos nos regalan una de las mejores escenas “de estación de tren” (¡que romántico y cinematográfico escenario!) que habíamos visto en mucho tiempo. Si, los dos lovers son hombres, y sí, hay gente que la ha etiquetado como queer y/o no la verá por prejuicios. Obviamente, esta mini recomendación no ha sido escrita para ninguna de esas personas.



El ultimo Elvis

Hay muchas psicopatologías para huir de la realidad y el argentino Armando Bo nos regala uno de los mejores retratos psicológicos del año: el de un hombre que, no sólo canta como Elvis, sino que se cree el rey del rock. Que sencillo y bien contado está este film. Que milimétrico resulta su guión. Que inmenso está su protagonista y que momentazos musicales nos regala. Qué lastima y que rabia que a este King argentine version no lo haya disfrutado casi nadie…




Las ventajas de ser un marginado (The perks of being a wallflower)

Ojalá el film de Stephen Chbosky hubiera llegado en mi adolescencia. De esa forma no habría tenido que estudiar psicología para aprender cosas como “aceptamos el amor que creemos merecer” (entre otras cosas). Un trio de personajes creíbles y queribles, una historia cálida, con encanto y mucha honestidad (más allá de los tópicos de los films iniciáticos),  fueron suficientes para tocar la fibra de la adolescente que vive (y vivirá siempre) en mi interior.



Gloria

Es difícil no rescatar doblemente a Gloria, como cinéfila y feminista, sobre todo cuando no se está acostumbrada, como espectadora, a ver retratos tan atractivos, tiernos y entretenidos de mujeres que bordean los 60 y demuestran que tienen mucho que decir y que vivir. Además, esta estupenda película chilena tiene uno de los finales (probablemente el final) más happy y buenrollistas del año.



Blackfish

Si el escalofriante documental de Gabriela Cowperthwaite está en esta sección, en lugar de la anterior, es porque su forma resulta bastante convencional, tal vez confiando en que la fuerza e interés del contenido lo contrarrestaría. Un poco de creatividad al estilo Searching for Sugar Many probablemente estaríamos ante uno de los mejores documentales de la década.  A pesar de esto, Blackfishno sóloes uno de los must del año, sino que, aunque intentes olvidar muchos de los datos e imágenes que te muestra, ya nunca podrás hacerlo.




Tú y yo (Io e te)

Me aburre y no me importa un bel niente que los críticos sesudos de brazos cruzados la califiquen como una obra menor de Bertolucci. Su sencillez no es solo su carta de presentación, sino también su mayor encanto. No sé si será mi predilección por las películas de hermanos o por las escenas de baile en la que los protagonistas (re)conectan, pero si lo último del celeberrímo directore italiano fuese uno schifo (ma non lo è), valdría la pena salvarla sólo por esta deliciosa escena a ritmo de una versión marciana e italiana del Space Oditty.
Dimmi ragazzo solo dove vai? Perche' tanto dolore? Hai perduto senza dubbio un grande amore…




En otro país (Da-reun na-ra-e-suh)

El prestigioso (y desconocido por estos lares) director surcoreano Hong Sang-soo ha estrenado, finalmente, una película en nuestro país y la elegida ha sido esta extraña, algo marciana, pero muy interesante película en la que 3 versiones de una misma historia (todas protagonizadas por una espléndida, as ever, Isabelle Hupert), convergen y se complementan. Puede gustar más o menos, pero resulta imposible no apreciar a un director personalísimo detrás de una propuesta fresca, estimulante y con encanto, de esas que muy raramente llegan a nuestra cartelera.


Rescatables al estilo Pau Casals




Una anécdota sobre Pau Casals y quedarse con lo positivo de las cosas en El último conciertoha sido la inspiración para rescatar detalles, ideas y sensaciones de pelis menos notables. Obviamente, rescato el guión de este, que contiene algunas perlas inspiradísimas de las que me he apropiado y que incluyo en el primer post.

El atlas de las nubes (Cloud Atlas)

No sólo nadie se acuerda de ella, sino que muchos las consideran, directamente, una porquería new age fallida. Sin embargo, y aún admitiendo que a su trio directoril se le ha ido la mano con el misticismo, rescato su valentía y entusiasmo por querer mostrarnos algo que no habíamos visto y por querer adaptar una novela tan complicada. La rescato, también, por las buenas interpretaciones e historias que sí contiene (la de Ben Whishaw y Jim Broadbent, especialmente) y, sobre todo, por descubrirme el que se ha convertido en uno de mis libros favoritos… y a su autor, David Mitchell.

To the wonder

Lo último de Malick tiene momentos tan fascinantes y subyugantes, que incluso, se pasa por alto o se perdona, cierta tendencia al subrayado o la reiteración machacona. Posiblemente, To the wonder no pretenda ser tan ambiciosa y redonda como su predecesora, ¿pero qué importa eso? Es cine de emoción que conmueve, invita a la reflexión y te lleva hasta donde se lo permitas. A mi me hizo cosquillas en la nuca. Merece que la rescate, aunque solo sea por eso.





La gran belleza (La grande bellezza)
Aunque, admitiendo que es una película notable, no siento la misma veneración hacia el film de Sorrentino que la gran mayoría de la gente.Sin embargo, rescato su guión y, especialmente, la que se ha convertido en mi frase favorita del año: “Un amico ha il dovere di farti sentire almeno ancora una volta bambino” (un amigo tiene el deber de hacerte sentir niño, al menos,una vez”.



Pendientes





Muchas, pero destaco, ante todo, Amory casi todo el cine patrio.



Next year, si se estrenan, serán (muy) rescatables


Quai d'Orsay, Jeune et Jolie, Kaze tachinu (The wind rises), Pelo maloyDallas Buyers Club



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Especial oscaril 2014: Frozen, ¿El reino del hielo o síntomas de calentamiento global?

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A la última propuesta del tito Walt le han llovido las buenas críticas y el público parece resistirse a que abandone la cartelera. Incluso no resulta extraño leer calificativos como “Nuevo clásico” o “lo mejor de Disney desdeLa bella y la bestia”.

Tanto entusiasmo colectivo es capaz de inflarle las expectativas a cualquiera, pero, ¿realmente es tan buena como dicen?




Puntos fuertes

*Técnica y artísticamente es impecable y, a ratos, deslumbrante.

*Sus primeros minutos tienen fuerza y enganchan y el comienzo de la historia es resultón.

*Entretiene en (casi) todo momento.

*Posee un agradecido giro feminista en su tramo final.

* Star moment: la escena en la que suena su canción nominada al oscar, Let it go. No tanto por la belleza de la canción en sí (difícilmente pasará a la historia como sus predecesoras “menkeriles”), sino por la suma de catarsis emocional + mágica belleza de sus imágenes.




Puntos débiles

*El prometedor planteamiento se va “derritiendo” a medida que avanza su metraje, dejando finalmente en el espectador disneyniano adulto mínimamente exigente un sabor de boca bastante más agrio que dulce.

* Todos sus personajes están desaprovechados y pobremente desarrollados (desperdiciar el personaje de Elsa resulta especialmente lamentable), mientras que los secundarios graciosillos, tan marca de la casa, están metidos con calzador (y algunos resultan, incluso, incoherentes con la trama).

* El guión apuesta por romper esquemas arquetípicos y sorprender, pero se queda a medio camino y acaba cayendo en algunos de los mismos tópicos de los que pretende reírse (Spoiler: el amor verdadero no puede surgir en sólo un día, ¡pero si en dos!).




* Si se mide la calidad de un cuento de hadas por la fuerza y carisma del malo, en Frozen no hay un malo con empaque. El elegido resulta poco creíble, forzado y un insulto a la inteligencia del espectador. Lo triste es que, en realidad, la historia no necesitaba un malo de carne y hueso: el ingobernable poder/maldición de Elsa y la automarginación a la que la induce ya cumple esa función.

*La sosita banda sonora nos hace echar de menos las geniales partituras de Alan Menken.

*Su humor resulta demasiado infantil, de tal forma que sólo contentará a los niños. Frozen, en lugar de retrotraernos a la infancia (máxima aspiración/objetivo de toda película de animación disneyniana que se precie), nos hace sentir mayores… y decepcionados.





¿Qué aportará?

Frozen no resiste las (odiosas) comparaciones con sus clásicos hermanos mayores. Incluso Enredados, sin ser una maravilla y caer en dañinos tópicos sexistas (la princesa vuelve a ser rescatada por un “príncipe”… again) tenía más garra que estas sisters on ice.
A
 lo sumo, es un intento de renovación y modernización (con pinceladas feministas) del cuento de hadas clásico, como también lo fue la pixeriana Brave.




¿Opciones oscariles de Frozen?

Muchas. A menos que la academia nos de alguna sorpresa, parte como la máxima favorita.




¿Opciones oscariles de Let it go?

Su única rival seria parece ser el Ordinary Love que U2 han compuesto para Mandela(ya le ha arrebatado el globo de oro).

En mi modesta opinión, la canción es un quiero-y-no-puedo de las mejores melodías de Alan Menken. Me resulta poco coherente, por otra parte, que, una vez más, Disney abuse de las voces pulidas y cristalinas pero limitadas en una canción que requiere de cierta potencia vocal (si os fijáis, la cantante es demasiado chillona y llega justita a las notas altas). Disney, ¿para cuando una renovación vocal?




[Si no habéis visto le película y no tenéis intención de hacerlo, os animo a que descubráis la canción. Si, por el contrario, tenéis apuntada Frozen en vuestra lista y caéis en la tentación, he de advertir que Let it go es un spoiler como un castillo].




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