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20 años no importan: Elogio de la mujer más madura

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Alice Lantins lo tiene casi todo de cara a su particular galería: un buen trabajo en la revista Rebelle, una hija a la que adora, inteligencia, ambición (rayana en el workaholismo), una generosa cuenta corriente, estatus y belleza.  A sus 38 años está a punto de convertirse en la nueva redactora jefe de Rebelle, sin embargo, un gran obstáculo se interpone en su camino: no es lo suficientemente alocada o transgresora para hacer “soñar a las lectoras”. Un encuentro casual con Balthazar, un encantador joven de 19 años, un malentendido y un tweet, harán que sus compañeros y, especialmente, su jefe, la vean con otros ojos…



Admitámoslo, no hay un ápice de originalidad en este exitazo de taquilla del país galo, cuya máxima pretensión es el entretenimiento y la descarada venta de palomitas. 20 años no importanes una comedia romántica muy francesa y muy americana al mismo tiempo, digna, pero previsible y hecha para agradar (que no enamorar) a la mayor cantidad de paladares posibles.




Aunque su (agradecido) argumento se centra en las cada vez más habituales, pero aún terriblemente mal vistas relaciones intergeneracionales entre mujeres con hombres mucho más jóvenes y los prejuicios que estos generan, el guión se limita a subrayar y rascar en algunas superficies, pero en ningún momento llega a profundizar o a echar mano de la acidez o "bad milk" que sería deseable.




Salvo escenas puntuales, también se desaprovecha la oportunidad de arrojar dardos venenosos sobre el escaparate (nunca mejor dicho) del frívolo, ególatra y artificial mundo de la moda, el divismo y la creación en el que se mueve su bellísima protagonista.




Recapitoliamo: si la propuesta no es original, ni brillante, ni especialmente ingeniosa (podemos decir que hay momentos en los que parece que el film parece ir guiado por una especie de piloto automático), cae en algunos tópicos y tampoco aporta nada nuevo al género (o a nuestras vidas), ¿por qué merece la pena verla?




La respuesta está en sus dos protagonistas: Virginie Efira y Pierre Niney, dos absolutos desconocidos en nuestro país (hecho que hace ganar enteros a la historia), que no sólo desprenden una química desbordante, de esas que aparecen muy de tanto en tanto, sino que bordan sus respectivos papeles. Simplemente, es una gozada verlos juntos. Sin ellos, posiblemente, nos costaría un poco más creernos y dejarnos llevar por el título de la película.




Aunque en la ficción a ambos se lleven 19 años, en el mundo real solo les separan 12. Viéndolos por separado, ambos se arriesgan a sufrir el efecto Leo-Kate en Titanic: dos buenos actores que físicamente no pegan ni con cola. Sin embargo, el hecho de que resulte creíble que una mujer tan escultural y sexy como Efira, encaje y desprenda chispas al lado del flacucho y del montón (aunque tierno y encantador) Niney, dice bastante de la solvencia de un film que, de una forma u otra, consigue camelarnos y dejarnos con una sonrisa bobalicona en la cara.




20 ans d’écart ("20 años de distancia") no será la mejor comedia que veamos este año, bien sûr, pero si uno se deja llevar por ella sin prejuicios, resultará un agradable, fresco, efectivo y, a ratos, divertido, escudo anti-rutina de hora y media.




Lo peor: su previsibilidad y su falta de valentía, originalidad, garra y espíritu crítico y reivindicativo; el hecho de que se haya estrenado en tan pocas salas; el desperdicio de algunos secundarios; la falta de desarrollo del nudo de la historia; algunos subrayados o escenas de relleno.




Lo mejor: la química brutal entre Virginie Efira y el jovencísimo Pierre Niney (atención a este chico: está a punto de convertirse en una star gracias al biopic de Yves Saint Laurent que protagoniza y se intuye un telentazo); la scooter “hellokittyl” rosa chicle; la divertidísima escena de sexo; el cabello de Niney; la definición del film, made by un crítico de Variety, como “entretenimiento esponjoso”.


*

   



Especial Zinemaldia 62. The best of la Sección Oficial: Loreak

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¿De qué va?

La vida de Ane da un giro de 180º cuando semanalmente comienza a recibir de forma anónima un ramo de flores en su casa. Lourdes y Tere, mujeres con las que aparentemente no tiene ningún tipo de vínculo, también se veránn afectadas por misteriosas flores.


Dirigida por

Jose Maria Goenaga y Jon Garaño





Crítica

En una escena clave de Loreak uno de sus personajes revela el secreto para que las flores cortadas duren más tiempo: realizar un corte, una herida, a través de la cual la flor pueda respirar. Irónicamente, la herida alimenta la belleza y la belleza alimenta la herida. Mientras que la protagonista de La elegancia del erizo aseguraba: “Quizá estar vivo sea perseguir instantes que mueren”, las tres protagonistas de Loreak, sin embargo, parecen empeñadas, de alguna manera, en revivir ciertos instantes y sensaciones indefinidamente, postergarlos en el tiempo, aún a riesgo de perderse indefectiblemente en ellos.




Loreak habla, entre otras cosas, de pérdidas, de duelos, de heridas, de incomunicación, del miedo al cambio, de pudores y secretos no confesados, o de la imposibilidad de conocer al 100%, los corazones que tienes al lado. Y lo hace susurrando, sin estridencias, con una sutileza y elegancia que desarman. El triángulo equilátero que forman sus tres mujeres (maravillosamente interpretadas), de entrada, puede parecer demasiado sencillo, demasiado intrascendente, pero su hondura escuece y deja huella (¡ese final!).




Su  fecha de estreno no puede ser casualidad (porque las casualidades no existen). Que nadie se deje llevar por los prejuicios, Loreak es otro afortunado ejemplo de lo universal contado desde lo local (podría haberse hablado en sueco o en japonés en lugar de en euskera y, básicamente, sería la misma). Esta versión cinematográfica de un ramito de violetas (“cada 9 de noviembre, como siempre sin tarjeta”) resulta la anti-8 apellidos vascos. Quien busque topicazos y personajes brutos, secos, parcos y fríos se llevará más de una sorpresa. Loreakes pura elegancia, delicadeza y belleza y no podría tener un título mejor. Que nadie se la pierda.




Anécdota festivalera

Antes incluso de su presentación en el Zinemaldia, el precioso cartel de Loreak ya tenía “club de fans” en las redes sociales. Y es que resultaba imposible pasear a lado del cartel sin echarle un vistazo.



*

Mi 2014 en 12 escenas

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Recordar tus escenas favoritas del año es como uno de esos juegos de preguntas rápidas en los que tienes que contestar lo primero que se te pasa por la mente. Si el ejercicio se intelectualiza y requiere de tiempo y una ardua reflexión, se pueden rescatar buenas (incluso excelentes) escenas, pero, como diría Richard Gere “no te han llegado al corazón”.

He aquí mi selección de entre las películas estrenadas (y vistas) en pantalla grande durante el 2014, ordenadas sin orden de preferencia.


   1- La batalla en la estación de tren nevada (The Grandmaster)

Aunque el film de Wong Kar-Wai supuso una de las mayores (y primeras) grandes decepciones del año (otro triste desaguisado consecuencia de un montaje incongruente y mutilado), no se le pueden negar instantes de gran belleza visual, de entre los que destaca esta fabulosa pelea en la nieve. En pantalla pequeña pierde casi toda su espectacularidad (una pena), pero en el cine resulta tan deslumbrante y poderosa que es capaz de dejarte, literalmente, pegad@ a la butaca (incluso aunque, como en mi caso, la mayoría de las peleas, generalmente, te produzcan sopor).





    2- Llewyn Davis (Oscar Isaac) cantando The death of Queen Jane (A propósito de Llewyn Davis)

El brillante retrato del eterno loser con talento que se marcaron los Coen resulta lúcido y desgarrador, y nos ha regalado, no sólo buenas escenas, sino algunos de los mejores momentos musicales del año. Sin embargo, la interpretación dolida y descarnada de The death of queen Jane desnuda al personaje de Llewyn Davis mejor que ninguna otra… y duele mucho más que ninguna otra…




      3- La (emotiva) escena final (Nebraska)

La de Alexander Payne es una historia sencilla y pequeñita, con personajes comunes y problemas universales y fácilmente reconocibles. Sin embargo, posee un final tan enorme, que es capaz de dejarte anudada la garganta durante horas, como si se tratase de una corbata. Si resulta tan difícil de olvidar, ¿será porque estamos, de alguna manera, contemplando nuestro futuro en ella?

Crítica de Nebraskaaquí







      
   4- Quicksilver corriendo a cámara lenta por la cocina del pentágono (X-Men: Días del futuro pasado)

A veces el cine es un izquierdazo a nuestra emotividad y/o a nuestro cerebro, y a veces es, simplemente, una irresistible delicia visual muy bien planificada. El film de Bryan Singer se luce en esta imaginativa escena en la que apreciamos, en todo su esplendor, las jugosísimas posibilidades que ofrece la habilidad de uno de los mutantes potencialmente más carismáticos de la saga. Y es que, acostumbrados a lo largo de toda la franquicia a personajes de lo más desaprovechados, si además acompañamos la escena de la muy bien escogida Time in a bottle, el regalazo es doble.




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     5 -  “Ya no puedo escalar el muro”(Omar)

A Omar no le cuesta escalar el muro de Cisjordania que separa a Israel de Palestina, una división de hormigón con una extensión de casi 721 kilómetros que llega, casi, a tapar el sol. Y es que al otro lado vive Nadia, su amada. Sin embargo, una serie de dramáticas circunstancias hacen que, de repente, ese muro crezca tanto que llega un momento en el que Omar carece de la fuerza y del empuje necesarios para volver a treparlo. Un anciano le ayuda y el joven, derrotado y con lágrimas en los ojos,  vuelve a intentarlo…





      6- “Musician please take heed”(God help the girl)

Stuart Murdoch intentó que su ambicioso y largamente añorado musical estuviera a la altura de sus composiciones, y aunque es cierto que naufragó en el guión, no es menos cierto que algunos de sus números musicales, a pesar de ser acusados de “simples videoclips hipsteriles interconectados”, no sólo brillaron en pantalla grande, sino que fueron capaces de transmitir la tierna inocencia y el buenrollismo agridulce tan característicos de Belle & Sebastian. Como  muestra este botón. Si no te traslada directamente a tus 20’s, deberías hacértelo mirar…





      7- “If I needed you”(Alabama Monroe)

Aunque esta película belga tenia, de entrada, todos los ingredientes para convertirse en uno de esos dramones flageladores que tanto se me atragantan, resulto ser una de las experiencias más emotivas e intensas que como espectadora he experimentado este año. Mucho tiempo después de su visionado, sigo recordando intensamente algunos de sus fragmentos, y tal vez, de entre todos ellos destaque una escena que radiografía y define a sus dos protagonistas (y sus emociones) mejor que docenas de páginas de guión. Sniff, sniff…

Crítica de Alabama Monroeaquí





      8- “Aprovecha el momento”(Boyhood)

(Spoiler) Carecemos de perspectiva aún para apreciar y valorar el enorme regalo cinematográfico que este año nos ha traído Richard Linklater. Con las expectativas más que cumplidas, sin embargo, no queda más remedio que quitarse el sombrero ante escenas (finales) como esta. Y es que en la vida no se trata de aprovechar el momento, sino de permitir que el momento “se aproveche” de nosotros. Sencillamente, mágica.





      9- Wonderwall(Mommy)

Explicar el porqué de la inclusión de esta escena en mi lista sería un imperdonable spoiler que jamás me perdonaría. Lo único que puedo añadir, es que Mommy, no sólo no está hecha para ser vista en pantalla pequeña, sino que la escena que transcurre a ritmo del famoserrimo tema de Oasis es uno de los momentos visual y emocionalmente más impactantes que he vivido en el cine (y no me refiero únicamente a este año). Que Yoda bendiga a ese genio explorador que es Xavier Dolan por seguir teniendo “Mommy issues” y así regarlarnos películas como esta.






   10-Lo que se esconde tras la puerta del lagarto negro (Magical Girl)

(Spoiler) ¿Una escena que ni siquiera llega a verse puede incluirse en un ranking de las mejores escenas del año? En este caso, la respuesta es un rotundo sí. Lo que ocurre dentro de la puerta del lagarto negro se esconde, únicamente, dentro de la imaginación de cada uno de losespectadores de Magical Girl. Y es tan grande su poder de sugestión y nuestro compromiso con la historia, que esa escena resulta aún más poderosa (y terrorífica) que cualquier fragmento real filmado por Carlos Vermut. Esa es la magia de la chica ídem.

Crítica de Magical Girlaquí






1  11-El discurso de Adam (Sólo los amantes sobreviven)

“I’m sick of it—these zombies, what they’ve done to the world, their fear of their own imaginations”, se lamenta, muy lúcidamente, el vampiro Adam. Y sabemos, automáticamente, que esa frase es de Jim Jarmusch y también nuestra. Y aunque seamos Adams, en el fondo, luchamos por convertirnos en Eve, mantener la “mirada blanca” y ser capaces de maravillarnos, durante muchas vidas, ante un simple insecto o una simple amanita muscaria fuera de estación.



   


     12-La última carta de Theodore (Her)

(Spoiler) Obra maestra y una de las películas de mi vida, eso es el último film de Spike Jonze para la autora de este blog. Y su insuperable final en forma de carta contiene, como el resto del film, alguna escurridiza verdad sobre uno mism@ y el mundo que nos rodea, dolorosamente rebelada por primera vez en nuestro inconsciente. En estado de shock y en estado de esperanza, así nos deja…

Crítica de Heraquí





12 + 1- “I love you all”(Frank)

(Spoiler) Hace poco descubrí esa rarunada maravillosa llamada Frank, y aunque es cierto que aún no he decidido si es una brillantez o una marcianada pretenciosa, no puedo dejar de pensar en ella, lo cual inclina poderosamente la balanza hacia la primera opción y la convierte en una de las películas del año. Escenas divertidas  o dramáticas, surrealistas siempre, se reproducen en mi mente como un tema machacón.  Pero de todas ellas, se impone la última, esa que es desde ya una de las mejores escenas de Michael Fassbender (¡ahí es nada!). Parecía imposible, pero Fassy, we love you more…




Guilty pleasure: La escena del ascensor (Capitán América: El soldado de invierno)

Y si esta lista empezaba con una escena de lucha (tan inusual en mí), acaba con otra escena de lucha, en esta ocasión angustiosamente claustrofóbica. Y lo que en otras manos podría ser una fantasmada/testosteronada insoportable, aquí, capi-centrismos aparte, resulta no solo creíble (dentro de su contexto, of course), sino de lo más disfrutable. Además, sale Chris Evans. ¿Seré la única a la que le gustan los good guys?




*



Películas favoritas del 2014 (en orden de visionado y descartando experiencias festivaleras del año anterior como Dallas Buyers Club, El viento se levanta, etc)







*Inside Llewyn Davis (A propósito de Llewyn Davis)
*Oslo, 31 de agosto (Oslo, 31. August)
*Her
*Alabama Monroe (The Broken Circle Breakdown)
*Ida
*Sólo los amantes sobreviven (Only lovers left alive)
*10.000 km
*Omar
*Boyhood
*Mommy
*Relatos salvajes
*Magical Girl
*20.000 días en la tierra (20.000 days on Earth)
*Frank



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The imitation game: I’m sorry, Mr Turing!

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Dear Mr Turing,

Siento mucho que le tocara revolucionar y salvar una sociedad puritana, homófoba y retrógrada que, paradójicamente, no sólo no supo agradecérselo ni apreciar su genialidad visionaria, sino que lo maltrató, despreció y despedazó brutalmente sin ningún miramiento. 




Siento también que el edicto en el que your Most Gracious Majesty le exoneraba de todos los cargos en su contra llegara 50 vergonzosos e injustificables años más tarde.




Y siento profundamente que el biopic que podría haber dado a conocer, finalmente, su fascinante personalidad y su condición de precursor de la informática moderna al gran público; ese que debería haberle recolocado, por méritos propios, en el lugar histórico que merece, tenga todos los dolorosos defectos del muy inconfundible “toque Weinstein”.




No es justo que su biografía apeste a “eau de formula”, Mr Turing, que no haya asomo de autenticidad en ella. No le vemos a usted, a pesar de que el estupendo actor que lo encarna hace lo que puede con un guión que no se atreve a explorar ninguna de las dos principales tramas paralelas. Y es que ni la interesantísima “Descifrando Enigma”, ni la concerniente a su torturada (y aspergeriana) personalidad y su homosexualidad reprimida son desarrolladas satisfactoriamente. El espectador se queda a medias en todos los aspectos. Ni llega a conocer las entrañas del invento que lo hizo célebre ni consigue escrutar, ni de lejos, los entresijos de su corazón herido.  




La recreación de la época que lo vio nacer es rigurosa y exquisita y siempre es una gozada ver interactuar a ese genial grupo de actores que encarnan a su grupo de allegados, pero todo está narrado de una forma tan impersonal, tan dejá vù, tan políticamente correcta, tan paladeada-dulcificada-moralizada y poco arriesgada que resulta difícil disfrutar de los buenos momentos del film (que los tiene).




Sin ser del todo una mala película, siento mucho que su biografía no cayera en otras manos más creativas, más brillantes y más valientes, más interesadas  en contar su historia que en modificarla y hacerla digerible para contentar (y no inquietar demasiado) al gran público. Pero quiero que sepa que, a pesar de su sesgadísimo y desaprovechadísimo retrato, su figura resulta lo suficientemente atractiva como para que muchos y muchas sintamos la necesidad de conocerle por otros medios o de rendirle un pequeño tributo a nuestra manera.

Atentamente,


Alhy


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Nightcrawler: Buitres de lo macabro

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Comienza Nightcrawlery la mirada inquietantemente absorta y desquiciada de Jake Gyllenhaal produce autentico pavor desde el primer fotograma. Aviso número uno: que nadie se lleve a engaño, esto no es un thriller, es una película de terror. Durante dos horas esos ojos espeluznantes realizan su particular descenso a los infiernos psicopáticos sin parpadear ni una sola vez. De la misma forma, el incómodo espectador, está obligado a realizar el mismo y extenuante ejercicio ocular: no poder parpadear ni apartar la vista de cosas que habitualmente preferiría no ver. Sólo unos leves (y agradecidos) toques de humor negro aligeran la pesada carga emocional… y el horror.




Los “nightcrawlers” o reporteros freelancers que buscan grabar las noticias nocturnas más morbosas y macabras para venderlas al mejor postor son el “McGuffin” del genial debut en la dirección de Dan Gilroy. El resultado de esta particular actualización de El gran carnavaly Network no podría ser más espeluznante y fascinante, al mismo tiempo, ya que el film rebana, de un plumazo, muchas cabezas. Nightcrawler no sólo es un ataque/denuncia contundente y feroz al periodismo y los medios de comunicación (y del abuso y la omnipresencia de la tecnología en “manos dudosas”), sino que en su inteligente retrato psicológico de un psicópata del siglo XXI desmitifica el sueño americano (¿el emprendedor, el “self-made man” que triunfa hoy día SÓLO puede ser amoral/trepa/psicópata?).




Pero su brutal retrato no se limita, únicamente, a un lado de la pantalla, porque, ¿dónde queda el espectador? ¿hasta qué punto es responsable de la sed de sangre, sufrimiento y morbo de esta era pornográfica de la que se nutren diariamente las cada vez más amorales cadenas televisivas? Y lo que resulta aún más inquietante, ¿si este es el deshumanizado panorama actual, cuántos límites éticos seremos capaces de rebasar sin inmutarnos?





Nightcrawler, además de contar con un Jake Gyllenhaal soberbio (lleva años demostrando que no sólo no se vende, sino que no vacila en bucear en “las noches más oscuras”), desprende, desde ya, aroma de película de culto. Incuestionable must-seede este 2015 que acaba de empezar (e injustamente ninguneada en los oscars). ¿A alguien le queda alguna duda de que nos encontramos ante un film de terror?




Las frases:

“What if my problem wasn't that I don't understand people but that I don't like them? What if I was the kind of person who was obliged to hurt you for this? I mean physically”.

“My motto is if you want to win the lottery you've got to make money to get a ticket”.

“That's my job, that's what I do, I'd like to think if you're seeing me you're having the worst day of your life”.


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Especial Zinemaldia 62 (the best of the SO): Eden

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Dirigida por

Mia Hansen-Løve


¿De qué va?

Llegan los años 90 y con estos, el auge la música electrónica. Paul, un joven parisino, da sus primeros pasos como DJ. Su sueño es vivir por y para la música durante toda su vida. En su camino, se topa con unos músicos coetáneos que dicen llamarse Daft Punk…





Crítica

Dos décadas (de principios de los años 90 al 2010), dos actos (paraíso-infierno o borrachera-resaca) y cuatro manos, las de la interesante directora francesa Mia Hansen-Løve y su hermano, artífices de un guión parcialmente inspirado en la vida de este último, son las coordenadas básicas sobre la que se asienta Eden.

Estamos ante un film generacional, pero no hace falta haber experimentado la vorágine noventera para empatizar con sus protagonistas o sumergirse de lleno en sus hipnóticos planos secuencia. Eden, básicamente, es un film sobre el peterpanismo, o más concretamente, sobre la creencia juvenil de que siempre habrá tiempo y espacio para convertirnos en las personas que estamos destinados a ser.




Es por eso que en su segundo acto, cuando sus protagonistas ya no están en la primera juventud, cuando lo hipotético debe convertirse en algo seguro, directo y tangible, el film nos da una bofetada en el rostro. Y es en esta última parte cuandoHansen-Løve nos demuestra que la aparentemente ligera, desenfrenada y algo excesiva primera parte tenía un sentido muy concreto.

“All of our days are numbered, We can't afford to be idle”decía Nick Cave en la inspiradora 20,000 days on earth. Tampoco podemos permitirnos rebelarnos y resistirnos al cambio (madurar no es traicionarse). Eden muestra este amargo despertar con sensibilidad, amargura y contundencia. Treintañeros del mundo (entre los que me incluyo): wake up!





Anécdota festivalera

Ver Edeny crear una asociación pavloviana con la música de Daft Punk es todo uno. Muchos fuimos (y seguimos siendo) incapaces de escuchar la música del duo francés sin recordar el film.   








Especial Zinemaldia 62 (The best of the SO): The Drop (La Entrega)

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Dirigida por

Michael R. Roskam


¿De qué va?

Un solitario camarero de Brooklyn rescata a un maltratado cachorro de pit bull de un cubo de basura. Tras algunas vacilaciones, decide adoptar al animal, pero sus planes se tuercen cuando aparece el antiguo humano del mismo, un hombre con serios problemas mentales que, además, está involucrado en una conspiración criminal.





Crítica

Dennis Lehane, el autor de Mystic river, Gone baby gone y Shutter Island realiza la primera adaptación al cine de uno de sus relatos. Puede que el resultado no sea tan notable y rotundo como en las cintas anteriores, pero la condición de prescindible o producto menor, definitivamente, no hace justicia a este sólido, inteligente, sutil y muy disfrutable thriller.




Merecería la pena su visionado, únicamente por Tom Hardy. El que hace tiempo ha demostrado ser uno de los mejores actores de su generación, compone un personaje complejo y ambivalente imposible de olvidar. Pero Hardy no está solo en la “lista de razones para ver The Drop. En una película de diálogos contundentes, destacan, sobre todo, sus personajes. James Gandolfini, se despide de todos con un papel hecho a su medida que  pone (para que vamos a negarlo) los pelos de punta en alguna ocasión.




Y en ese hampa neoyorkino tan oscuro, violento, mafiosil y testosteróneo, aparecen dos objetos de deseo que provocarán un twist en la narración, además de una lucha de machos alfa: una chica (estupenda Noomi Rapace en un papel que podría ser todo cliché) y un (precioso) perrito maltratado. Dejando de lado lo sexista (y especista) del ya de por si machista entorno y situación (aunque duela), nos centramos en una metáfora: la del cachorro herido y sus multidimensionalidades. Y es que un “perro” etiquetado como potencialmente peligroso carece de la responsabilidad de las consecuencias su mala educación. Y, a veces, un animal maltratado, al conocer a otro ser herido, puede intentar aferrarse a una merecida segunda oportunidad. Muy recomendable.  





La anécdota festivalera

Durante la rueda de prensa, Rocco, el adorable perrito protagonista, acaparó bastante más protagonismo del esperado (el can no estaba presente). Curiosamente, en una cinta galardonada con el mejor guión, la frase más repetida es “It’s a very nice dog”.






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La rescatadora de frases: Birdman

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Note on Riggan's dressing room mirror: “A thing is a thing, not what is said of that thing”.

(Nota en el espejo del camerino de Riggan:“Una cosa es una cosa y no lo que se dice de esa cosa”).

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Mike Shiner: Popularity is the slutty little cousin of prestige, my friend.

(La popularidad es la cuñadita guarra del prestigio, amigo mio).






Riggan Thomson: I'm broke, I'm not sleeping and this play keeps hitting me in the balls with a tiny little hammer.

(Estoy sin blanca, no consigo dormir y esta obra no deja de golpearme en las pelotas con un martillo diminuto).

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Tabitha: He's a Hollywood clown in a lycra bird suit.
Mike: Yes, he is, but he's going out on that stage and risking everything.

(-Es un payaso de Hollywood con un traje de pájaro de Lycra.
- Si, lo es, pero va a subir al escenario a jugárselo todo).





Riggan: [as Birdman] People, they love blood. They love action. Not this talky, depressing, philosophical bullshit.

(La gente adora la sangre. Adora la acción. No estas pamplinas parlanchinas, deprimentes y filosóficas).

*

Jake: "Oh my gosh! How do you know Mike Shiner?"
Lesley: "We share a vagina."

(- ¡Oh, Dios mio! ¿De qué conoces a Mike Shiner?
- Compartimos vagina).




Sam Thomson: Nobody gives a s*** but you! And let's face it, dad, you are not doing this for the sake of art. You are doing this because you want to feel relevant again. Well guess what? There is an entire world out there where people fight to be relevant every single day and you act like it doesn't exist. Things are happening in a place that you ignore, a place that, by the way, has already forgotten about you. I mean, who the f*** are you? You hate bloggers. You mock Twitter. You don't even have a Facebook page. You're the one who doesn't exist. You're doing this because you're scared to death, like the rest of us, that you don't matter and, you know what, you're right. You don't! It's not important, okay? You're not important! Get used to it.

(¡No le importas una mierda a nadie!. Y, admítelo, papa, tú no haces esto por amor al arte. Lo haces porque quieres volver a sentirte importante. ¿Pues sabes qué? Hay todo un mundo ahí fuera en el que la gente lucha por ser importante todos los días, pero tú te comportas como si no existiera. Pasan cosas en ese lugar que ignoras, un lugar que se ha olvidado de ti, por cierto. ¿Pero quién coño eres? Odias a los blogueros, te burlas de Twitter y ni siquiera tienes página de Facebook. Eres el único que no existe. Haces esto porque te aterroriza admitir, como a todos los demás, que no eres relevante. ¿Y sabes qué? ¡Es cierto! No eres relevante, ¿vale? ¡Véte acostumbrando!).





Riggan: [as Birdman] Shave off that pathetic goatee. Get some surgery. Sixty's the new thirty, motherfucker!

(Aféitate esta patética perilla. Hazte la cirugía estética. ¡Los 60 son los nuevos 30, motherfucker!).

*

Riggan: Just find me an actor. A good actor. Give me Woody Harrelson.
Jake: He's doing the next Hunger Games.
Riggan: Michael Fassbender?
Jake: He's doing the prequel to the X-Men prequel.
Riggan: How about Jeremy Renner?
Jake: Who?
Riggan: Jeremy Renner. He was nominated. He was the Hurt Locker guy. He's an Avenger. Fuck, they put him in a cape too?

(-Encuentrame un actor. Uno Bueno. Tráeme a Woody Harrelson.
- Está rodando la nueva de Los juegos del hambre
- ¿Y Michael Fassbender?
- Está haciendo la precuela de la precuela de los X-Men.
- ¿Y que hay de Jeremy Renner?
- ¿Quién?
- Jeremy Renner. Fue nominado al Oscar. Era el tio de En tierra hostil. Es un vengador. Joder, ¿es que también le han plantado una capa?).




Lesley: When I dreamed of Broadway, I never pictured the elk antlers.

(Cuando soñaba con Broadway, nunca imaginaba los cuernos de alce).

*

Mike Shiner: You've been hanging around here trying to make yourself invisible behind this fragile fucked up routine of yours, but you can't. You want to be invisible, but you're not. You’re big, a giant mess like a candle burning at both ends, but it's beautiful.

(Andas por aquí, tratando de hacerte invisible tras ese frágil numerito tuyo de chica perdida, pero no puedes. Quieres ser invisible, pero eres todo menos invisible. Eres un desastre total, como una cerilla que se quema por ambos lados, pero es hermoso).






Mike Shiner: I pretend just about everywhere else, but I don't pretend out there.

(Finjo en cualquier momento y lugar, menos en el escenario).

*
Tabitha: I'm gonna close your play. Would you like to know why? Because I hate you and everyone you represent. Entitled, selfish, spoiled children. Blissfully untrained, unversed and unprepared to even attempt real art. Handing each other awards for cartoons and pornography. Measuring your worth in weekends?

(Voy a cargarme tu obra. ¿Quieres saber por qué? Porque te odio a ti y todo lo que representas. Niñatos privilegiados, mimados y egoístas. Carentes de formación, no versados en nada e incapaces de realizar autentico arte.  Intercambiándose premios por dibujos animados y pornografía, midiendo su calidad por la taquilla).






Riggan: What has to happen in a person's life to become a critic anyway?

(¿Qué tiene que pasarle a uno en la vida para decidir que quiere ser crítico?).






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Especial Zinemaldia 62 (The best of the SO): Une nouvelle amie (Una nueva amiga)

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Dirigida por

François Ozon


¿De qué va?

Dos amigas, unidas desde la infancia, se casan y una tiene una niña. Al poco tiempo, la reciente madre enferma gravemente y le hace prometer a su amiga que cuidará del bebé y de su marido. Tras la dramática muerte, la amiga decide ir a visitar al padre y a la pequeña, pero le espera una sorpresa un tanto surrealista.




Crítica

Lo nuevo de Ozon es uno de esos films cómplices y juguetones tan llenos de sorpresas y giros interesantes que “perjudica seriamente el visionado de la película” conocer hasta el más pequeño detalle sobre su argumento. ¿Cómo hablar, entonces, sobre un film en el que cualquier comentario es un spoiler?




Diremos con la boca pequeña, entonces, que aunque se aprecian ecos de directores conocidos en su planteamiento (no se puede decir cuáles), hay un fuerte elemento novedoso y mucha frescura en esta nueva amiga, tanta que atrapa instantáneamente desde su magnífico prologo (sin palabras y a lo Up) haciendo que sus 105 minutos pasen en un suspiro.




El interesante (e irregular) François Ozon sigue siendo fiel a sus temas favoritos. Haciendo gala de su espíritu transgresor, una vez más, explora ciertos fantasmas, prejuicios y contradicciones de la burguesía francesa, además de los límites de algunos prejuicios relativos a la sexualidad humana. Y, en esta ocasión, lo hace de forma aparentemente ligera, mezclando tonos y géneros en lo que resulta una genialidad para unos y una torpeza desquiciante para otros.




Y es que nada en esta Une nouvelle amie es lo que parece. Ozon parece estar pidiendo al espectador batirse con él en un pulso de sinsentidos u oxímoron conceptuales, retándole a un más difícil todavía contínuo. Sin embargo, a pesar de su apariencia folletinesca y desquiciada, el film posee una base mucho más compleja y profunda de lo que parece (l@s que tuvimos la suerte de verla en el Zinemaldi, admitimos que ha ido creciendo en matices y lecturas en el recuerdo).




Pero la responsabilidad de que tan potente material resulte creíble recae en sus protagonistas, una genial y bella Anaïs Demoustier y un Romain Duris tan perfecto en su papel que tras este film es capaz de convencernos de que puede interpretar cualquier cosa. Fresca, barroca, inclasificable, amarga, divertida, Une nouvelle amie tiene, en última instancia, una clara vocación de cruzar fronteras y ya solo por eso resulta difícil resistirse a ella. ¿Drama, comedia o musical? Todo eso… y algo más. Ed Wood la adoraría y hasta ahí podemos leer…





La anécdota festivalera

El propio Ozon confesó, tras la aguda pregunta de un periodista durante la rueda de prensa, que el repulsivo (y muy caracterizado) personaje que aparece en una de las escenas más divertidas del film, era él. Al parecer, rodaron la misma escena con un profesional, pero, por algún motivo, en la “versión ozoniana” Romain Duris actuaba mejor.






Especial Zinemadia 62 (Sección Oficial): El cine correcto y/o regulero que vendrá

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The Equalizer/ El protector (Fuera de concurso)

El que fuera el film encargado de inaugurar la sección oficial del Zinemaldia también resultó ser, desgraciadamente, uno de los más decepcionantes. Ni el charme de Denzel Washington es capaz de rescatar un film plagadito de tópicos y de personajes nulamente desarrollados,  hipertestosteróneo, excesivamente largo, y (para que lo vamos a negar) con cierto aroma a rancio. Los 80 han pasado y ver a un Chuck Norris más “repartiendo estopa a diestro y siniestro”, simplemente porque si, ya no entusiasma ni convence a (casi) nadie.




Autómata

Si la película de Gabe Ibañez fuera el estudiado producto de marketing de un grupo de “tíos Gilito” retorciéndose el bigote, no resultaría difícil admitir que se trata de un trabajo fallido. Pero nos encontramos ante una película escrita y hecha con pasión quijotesca, un producto realizado con “sangre, sudor y lágrimas”, por lo tanto, las fobias e iras encendidas que ha despertado, además de desproporcionadas, parecen casi un acto de deslealtad. Y es que no todo es malo en Autómata.  Su primera parte resiste con dignidad ante sus múltiples influencias y comparaciones negativas, y tiene sus momentos, además de una parte técnica y artística notable. No es un buen film, pero a menudo la cartelera nos ofrece películas mucho peores que, sin embargo, cosechan muchos menos silbidos. Mención aparte merece el momento Melanie Girffith. Impagable. 




The Casanova variations

¿Qué es The Casanova Variatons? Sus propios responsables no están seguros y el público lo tiene menos claro aún. Aunque nos aseguran que se trata de un film, estas variaciones casanoviles más bien parecen un pomposo y pseudointelectual ejercicio de estilo.  A veces entretiene, divierte o sorprende, pero la mayor parte de su metraje resulta pesado, vacío y aburrido. Siempre es un placer reencontrarse con John Malkovich, y más aún si el personaje que interpreta le va como anillo al dedo, pero a la hora de metraje, ya nos habíamos cansado de su aparentemente original representación dentro de una representación, de sus mutantes personajes y de sus cambios de tiempos, escenarios y estilos. Agradecemos el esfuerzo, Casanova, pero no nos ha conquistado en esta ocasión. 




La voz en off

La tercera película del director chileno Cristián Jiménez rebosa frescura, franqueza y sencillez. Posee algo, cierto encanto cotidiano que logra que se le perdonen, incluso, las no pocas veces que el público tuvo que recurrir a los subtítulos en inglés. Sus personajes están bien definidos y consigue, por momentos emocionar y divertir al espectador, pero, en conjunto, resulta demasiado pequeñita, demasiado simple, como si todo lo que tuviera que decir (que no es poco) lo pronunciara con la boca pequeña. Aunque, eso sí, posee el final más bonito y redondo de todos los films presentados en competición. Más que correcta.




Félix et Meira

Había un material interesante y potente en esta love story entre una oprimida judía ortodoxa, casada y madre de una niña pequeña y un desorientado franco-canadiense. Explora temas como las expectativas románticas vs realidad, y la disyuntiva entre la (asfixiante) comodidad de la zona de confort y la inquietud del riesgo, todo desde una óptica pretendidamente feminista. En Toronto gustó bastante (se llevó el premio a la mejor película canadiense), pero en Donosti no pudimos evitar sentirnos frustrados ante su falta de personalidad y garra, su vocación telefilmera y su abuso de subrayados y lugares demasiado comunes.




Tigers

Danis Tanović, director de películas tan notables como No man’s land o Cirkus Columbia, cae en el panfletismo telefilmil más descarado y descafeinado en su particular denuncia contra el mal uso de la leche de fórmula en los países subdesarrollados. Aunque el leitmotif sea desconocido y necesario (y, por consecuente, muy cinematográfico), la forma, además de nada creíble y plagadita de tópicos, resulta muy poco atractiva. Tigers es populista hasta el coma diabético. Un buen material desperdiciado. Una pena.




Murieron por encima de sus posibilidades (Fuera de concurso)

Comienza bien lo último de Isaki Lacuesta. Arranque prometedor y unos títulos de crédito a ritmo de la genialmente escogida Hay un hombre en España. Sin embargo, tras la icónica canción de Astrud todo cae irremediablemente en picado. Ni la impresionante colección de cameos ni la complicidad que, a priori, podría despertar un film centrado en nuestra actual crisis galopante, salvan los muebles de un film desagradable, demagogo, chillón, sin un atisbo de gracia, originalidad, rabia o chispa. Murieron pretende ser provocador por encima de todo, pero sólo consigue acabar resultando dolorosamente intragable. 




En chance til /A second chance

Érase una vez una película flageladora, de esas en los que los personajes no sólo sufren muchísimo y en crescendo una serie de calamidades que empujarían al suicidio al más zen, sino que incluso puedes ver la mano del director/a, látigo en mano, mientras grita: ¡más, más, máaaaaas! A Susanne Bier le encantan las familias disfuncionales que lo pasan fatal. Madre, padre, tierno infante, tío abuelo segundo, lo mismo da; en sus películas, lloran hasta las flores de plástico. Si, como yo, no soportas el sadismo efectista y las vueltas de tuerca tan forzadas que chirrían, no disfrutarás este film. Sin embargo, contiene elementos destacables (e, incluso, salvables). Por ejemplo, un entregado Jaime Lannister… (perdón, Nikolaj Coster-Waldau), que demuestra algo que pocas veces se ve en pantalla, bien sea grande o pequeña: que el amor paternal XXL existe y que no sólo las madres tienen la exclusiva del “todo por mi hijo”.




Vie sauvage

Un padre y sus dos hijos pequeños rompen con todo y todos y deciden vivir en plena naturaleza, alimentarse de sus esclavos animales (o lo que cacen) y dormir bajo las estrellas. Basada en hechos reales, esta fantasía “hippie” (¡ja!), aunque digna y sólida, nos plantea, una vez más, la disyuntiva entre nuestro “yo animal” y nuestro “yo civilizado” (además de la de “incomoda libertad-cómoda dependencia”). Definido por algún crítico como “cuento moralizante sobre la sociedad capitalista”, esta supuesta vida salvaje, en realidad, ni deja arañazos ni nos obliga a “limpiar telarañas”. Correcta.




Samba (Fuera de concurso)

El tándem Nakache-Toledano ha intentado aprovechar descara y miserablemente el éxito de Intocable y, de la mano de Omar Sy, su carismático protagonista (again), se han sacado de la manga Samba. El desaguisado, tristemente, fracasa lo mires por donde lo mires: no se sostiene ni como fabula social, ni como historia de amistad-solidaridad, ni como love story (ni como película prozac o buenrrollista). El espectador observa, atónito, que su trama resulta tan artificiosa (y poco creíble), tan alargada e insultantemente manipuladora, que su única esperanza es que el suplicio acabe lo antes posible, sin éxito (dura 115 min). Si te gustó Intocablees bastante posible que odies Samba.



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Especial Zinemaldia 62: Explorando Perlas, Zabaltegi y Nuevos directores

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Perlas

Catch me Daddy

¿Os imagináis la obra más romántica y trágica de Shakespeare con elementos de thriller y western? Pues esto pretende la cinta de realismo social británico ser Catch me daddy. Una Julieta pakistaní se enamora de un Romeo british, pero el tiránico padre de ella desaprueba la unión, por lo que la pareja se verá condenada a vivir en perpetua (y angustiosa) huida. El film despierta en el espectador una extraña ambivalencia. Mientras el círculo de tensión se estrecha en los desolados "moors" infinitos y desnudos de Yorkshire, cortando insoportablemente la respiración, al mismo tiempo, su director, Daniel Wolfe, no consigue que la pareja protagonista se desarrolle o cale lo suficientemente en el espectador como para que empatice y sufra ante su trágico destino. Parece un oxímoron, pero podría calificarse a Catch me daddy como de “angustiosa frialdad”.




20,000 days on earth

No importa el tipo de relación que se tenga previamente con Nick Cave, una vez finalizado este magnífico documental, es imposible no caer rendido ante sus pies. Y es que el conjunto impresiona se mire por donde se mire. Su factura técnica es impecable, y consigue calar tanto en lo visual (esos fantásticos títulos de crédito), como en lo musical. Desde un punto de vista psicológico-intelectual son tantas (y tan buenas) la cantidad de reflexiones (y citas) que nos regala, que uno sale del cine eufórico y profundamente conmovido. Si además de todo lo anterior, se tienen inclinaciones creativas, 20,000 days on earth resulta todo un chute de inspiración, además de un recordatorio imprescindible (“All of our days are numbered, we can't afford to be idle”). Maravillosa.




The disappearance of Eleanor Rigby: Them

Hay films que, en lugar de ver, se intuyen y el de Ned Benson es uno de ellos. Nos embelesa su elegancia, sus perfectos intérpretes, sus diálogos y algunos puntuales momentos de magia, pero nos resulta demasiado sintetizada, deslavazada y atona. Sabemos que a esta historia de (des)amor le faltan colores, matices, capítulos, y nos frustramos aún más ante la ceguera comercial de Weinstein & Co, que en lugar de ofrecernos el proyecto original y único con vocación de clásico de sus Him and Her, han mutilado sus dos versiones en una.  Esperemos que el DVD y BlueRay nos ofrezcan la versión íntegra de la historia de estos dos magnéticos amantes sin rumbo. La espera, probablemente, habrá valido la pena.




Futatsume no mado/ Still the water/Aguas tranquilas

Habrá quien vea en el nuevo trabajo de Naomi Kawase un lírico, exquisito y cadencioso retrato del descubrimiento del amor, la muerte, la pérdida y el paso del tiempo. Y, efectivamente, la reputada realizadora japonesa logra transmitir, con más o menos acierto, todas estas universales reflexiones y emociones, pero su narración no atrapa, no pone la piel de gallina, no tiene garra. A ratos se dispersa y se alarga en exceso, como si no supiera sintetizar o terminar su historia. Además, estas Aguas tranquilascometen un crimen imperdonable, y no sólo para el espectador: confundir asesinato animal con lirismo. Haciendo gala de un inusual, descarado y asqueroso especismo, la directora degüella no una, sino, como mínimo, dos cabras durante su película. Con la intención de transmitir sensibilidady poesía, somos testigos horrorizados de la matanza completa: desde los gritos y el intenso e insoportable dolor de cada pobre animal, hasta que finalmente fallece desangrado. Nada ni nadie justifica un crimen semejante. Naomi, tu poesía es cruel, vergonzosa, imperdonable y abyecta. El premio Tordesillas a la película que peor ejemplifica las relaciones inter-especies del certamen es tuyo. Felicidades.




Kaguya-hime no Monogatari / El cuento de la princesa Kaguya

La nueva película del gran Isao Takahata es de una belleza y delicadeza impresionantes. El trazo de sus personajes es bello, mágico y elegante y todo en ella resulta profundamente evocador. Sin embargo, a su relato le falta esa profundidad que cale y conmueva al espectador. Además, su exceso de metraje envuelve a esta preciosa princesa en un manto de monotonía que, por momentos, dificulta su disfrute. Puede que se trate de una obra demasiado densa para un solo visionado. Puede que nuestros cansados ojos, a esas alturas del Zinemaldia, no nos permitieran apreciarla como se merece, pero una cosa está clara: las hojas de bambú o cuna de princesas, ya no volverán a ser las mismas.




Kis uykusu/ Winter Sleep

Reflexivo, pausado, preciosista y discursivo, el film de Nuri Bilge Ceylan puede resultar apabullante. Sin ofrecer un momento de tregua al espectador, le ofrece un sinnúmero de densas reflexiones a la vez que le regala unos paisajes de serena y deslumbrante belleza. No hay un solo personaje que no quede perfectamente expuesto y definido como si fuera un índice y la narración discurre en un círculo perfectamente cerrado y definido. Sin embargo a Ceylan, además de su poca capacidad de síntesis en algún fragmento (son más de 3 horas de metraje), tampoco le tiembla el pulso a la hora de maltratar o directamente asesinar animales no humanos con poéticas y enfáticas intenciones, desluciendo (o directamente condenando) el conjunto. Hay que repetirlo un millón de veces si es preciso: ninguna película justifica tal crueldad y aunque algunos se empeñen el calificarla como obra maestra, Winter Sleep NO es una excepción.    




Love is strange

Comienza bien el film de Ira Sachs. Huyendo de tópicos y situaciones comunes, realista y sensible y, sobre todo, con dos actores entregados y perfectamente mimetizados con sus papeles, de tal forma que empatizar con su odisea resulte muy fácil. Sin embargo, algo falla en el conjunto, cuando la narración resulta reiterativa, aburrida y pesada y en una abrupta elipsis final, descubrimos indignados que nos han robado el nudo mientras nos piden que nos conformemos con el principio y el desenlace. Tristemente elíptica y desaprovechada.




Mommy

Si uno repasa la carrera del muy precoz Xavier Dolan, descubrirá que tiene evidentes mommy issues. Menos mal. Si no fuera así, posiblemente, carecería de la pasión y la rabia para crear películas como esta. Intensa hasta la asfixia y profundamente emotiva, nos presenta una radiografía materno-filial cuyo disfuncional núcleo es un claro complejo de Edipo no resuelto.  El resultado final, no obstante, no se libra de ciertos histéricos y chirriantes momentos, además de caer en la cursilería emocional en más de una ocasión, pero a pesar de su no redondez, engancha en su desarmante honestidad y en algún momento de deslumbrante magia (instante Wonderwall). Que  nadie se la pierda. Muy pocas veces se tiene el placer de disfrutar de trabajos tan genuinos como este.




Relatos Salvajes

No es difícil adivinar que la genial y divertidísima cinta de Damián Szifron será una de las películas clave cuando, dentro de algunos años, se analicen y muestren los efectos de la actual crisis a futuras generaciones. Soplo de aire fresco, gamberrada brillante, sana diversión catártica o agudo retrato social, es difícil no caer rendido ante una película hecha con tanta fiereza y garra, tan dispuesta a ser valiente y políticamente incorrecta. De lo mejor que se ha visto esta edición en Donostia (y en 2014).





Zabaltegi


Negociador

Esta sátira política está llena de intencionados clichés que nos recuerdan algo que siempre hemos sabido: las sinrazones de los nacionalismos. Cobeaga, divertido a ratos y excesivamente populista casi siempre, consigue involucrar al espectador gracias a un ambiente cómico y, mal que nos pese, demasiado familiar. Pero el mayor problema de Negociador es que nos resulta demasiado déjà vu, demasiado pequeñita, demasiado condescendiente, demasiado reiterativa, demasiado Vaya Semanita, en definitiva.





Nuevos directores


Urok/ The Lesson

La casualidad quiso que la única película de esta interesante sección que pude ver resultó la ganadora del premio Premio Kutxa-Nuevos Directores. Sin despreciar al resto de las participantes, Urok lo merece. Es una obra sobria, áspera, emocionalmente muy potente y magníficamente resuelta. Un film incómodo hecho con pocos medios pero con un estupendo guión y una no menos estupenda protagonista, cuyo férreo personaje (prácticamente inédito en el machista cine más comercial), posee una templanza y fortaleza que desarman. Urokes un pequeño, brillante, severo y directo retrato de vida en la vecina Bulgaria. Muy recomendable.






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Semana Sci-Fi: Jupiter ascending (El destino de Júpiter) o Carta astral errada

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Hay que agradecerles a the Wachowkis su afán de riesgo, su megalomanía creativa y su espíritu no acomodaticio. Quienes revolucionaran la ciencia ficción en los 90 con la visionaria Matrix ansían seguir haciéndolo en cada nuevo trabajo, incluso aunque eso les cueste su fortuna y firmar la carta de despido de la industria. El espectador lo sabe (o intuye) de alguna manera, por lo tanto, un nuevo film de estos ambiciosos hermanos siempre es percibido, potencialmente, como el último.




Desgraciadamente, eso es lo único positivo que se puede decirde Jupiter ascending. En un batiburrillo de géneros, influencias y sagas míticas sin precedentes, su deshilvanada e incoherente trama discurre entre La Cenicienta (o Princesa por sorpresa) más pasiva cuya única función es ser rescatada una y otra vez (Trinity, where are you?), Crepúsculo, un Asgard imperialista y fascista, el anime japonés, Guardianes de la galaxiay un sinfín de personajes sacados directamente de la starswasiana cantina de Mos Eisley, entre muchos otros.





Como viene siendo la tónica Hollywoodiense habitual, tanto se han afanado los “W brothers” por crear su particular y único universo, por poner el acento en su exuberante y barroca imaginería visual, que, una vez más, han olvidado la historia (un patético ejemplo es la estúpida forma en la que se enamoran sus protagonistas sintetizada en la frase “me encantan los perros”). Sus planísimos (y desaprovechados) personajes, no sólo parecen desubicados y perdidos en todo momento, sino que, con la excepción del siempre digno Sean Bean, llegan a dar pena/vergüenza ajena en algún momento de la trama.




Las comparaciones son especialmente odiosas en el caso de dos actores que acaban de ofrecer, hace muy poco, las mejores actuaciones de su aún corta carrera. Me refiero al surfista mestizo con ecos crepusculiles y alergia las camisetas en el que han convertido a Channing Tatum (si lo han visto en la estupenda Foxcatcher, sabrán a lo que me refiero), y sobre todo y ante todo, en el caso de ese villano-reinona histriónica, patética, chillona y carne de Razzie encarnada por el recientemente oscarizado Eddie Redmayne.





Si nos esforzamos por destacar sus puntos positivos, además de la parte técnica, y dejando de lado la cansina obsesión wachoskiana por la reencarnación que ya iniciaran con El atlas de las nubes, encontramos un asomo de crítica consumista-capitalista-imperialista-ecologista, y un intento de reflexión científica sobre el tiempo y sus posibilidades. Sin embargo, todo eso adquiere escaso o nulo peso y desarrollo en un decepcionante y tristemente fallido film que acaba siendo poco más que intenciones y un potente empaque visual. ¡Que rabia y qué pena, ladies & gentlemen!




Desearía olvidar:  Todo; la posibilidad de que todo fuera un espejismo y nunca volvamos a ver chispazos de talento en los Wachoski; el hecho de que los otrora creadores de mujeres fuertes y con carácter, hayan elegido como protagonista a una sosa y despersonalizada damisela en apuros.


Guardo en mi baúl cinéfilo: Tristemente, nada. 











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Semana Sci-Fi: The signal (La señal) o atractiva intermitencia

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Nic (Brenton Thwaites), Haley (Olivia Cooke) y Jonah (Beau Knapp) son tres estudiantes del MIT (“Massachusetts Institute of Technology”) que emprenden juntos un viaje en coche a California para llevar a Haley, la novia de Nic, a su nuevo lugar de residencia.  En mitad del trayecto deciden dar un rodeo para localizar a un genio informático que ya ha conseguido colarse en los sistemas del MIT y sacar a la luz fallos de seguridad. Los jóvenes han despertado la curiosidad del misterioso hacker y viceversa, pero al ponerse en contacto, de repente, todo se oscurece.




El segundo largo del joven director William Eubank comienza como una road movie indie con toques románticos, pasa directamente al terror y continua con el thriller claustrofóbico hasta desembocar en una mezcla de película de acción + super hero movie. Mucho más satisfactoria en su primera parte que en su desenlace, esta especial ensalada de géneros convierte su visionado en una experiencia atractiva y desquiciante a partes iguales.






Hay frescura en The Signal, una capacidad notable para crear climas emocionales y un talento visual innegable (impecable la composición de planos). Contando con un presupuesto de menos de $4.000.000 (muy austero para producciones de este tipo), sorprende su impecable diseño de producción y sus potentes efectos especiales (premiados merecidamente en el festival de Sitges).




Su gran “pero”, lo que causa “intermitencias” es la sucesión de incoherencias y deus ex machina al más puro estilo Lost en su  nudo y desenlace. Parece que el director, en un intento de noquear emocional y visualmente al espectador, reconduce todo el film con la intención de crear un final impactante (aunque algo forzado) y se olvida un poco, no sólo de la coherencia narrativa, sino de cohesionar bien todas sus piezas.





Al final del (hasta cierto punto predecible) film, un@ tiene la frustrante sensación de déjà vu, de haber sido testigo de un espectacular y sofisticado camelo. Sin embargo,  The Signal es un film del que resulta imposible olvidarse. El rompecabezas sigue completándose inconscientemente en tu cabeza y el paso de las horas y los días, consigue que hagan figura sus puntos positivos de tal forma que, finalmente, su clima emocional y su atractivo visual, ganen la partida. Seguiremos atentos a las próximas señales de Mr Eubank… aunque nos lleguen con intermitencias.





Desearía olvidar: La frustración y confusión de su segunda mitad; la escena de la vaca; ver, una vez más, a Laurence Fishburne tan encasillado; la falta de desarrollo de personajes (y, especialmente, la pasividad del personaje femenino).

Guardo en mi cajón cinéfilo: El potencial talento de su director; sus impactante escenas; sus notables intérpretes (especialmente Olivia Cooke y el muy prometedor Brenton Thwaites); el hecho de que nos lleguen buenos films independientes de este género.

Test de Bechdel:Suspendido.

Especismómetro:5/10 (Ese experimento vacuno, ay…).






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Semana Sci-Fi: Ex_Machina o La ex novia de Frankenstein

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Un megalómano programador multimillonario (Oscar Isaac) selecciona a Caleb (Domhnall Gleeson), un joven empleado de su empresa, para que pase una semana en un lugar remoto con el objetivo de que ponga a prueba, mediante el test de Turing, a su última y espectacular creación: un robot-mujer inteligente destinada a revolucionar el mundo (Alicia Vikander).


Los amantes de la ciencia ficción estamos de enhorabuena.Ex_Machina es elegante, reflexiva, tensa, claustrofóbica y cerebral. Desde la primera y sobria escena, en la que nos presentan al personaje de Domhnall Gleeson, intuímos que su viaje a la casa de esa suerte de hipervitaminado y ermitaño Steve Jobs resultará una experiencia de lo más estimulante. 





And so it is! El paso a la dirección del guionista Alex Garland (Sunshine, 28 días después) ha pasado su particular test con nota. Puede que esta inquietante mezcla de ciencia ficción, thriller psicológico y drama, a priori, parezca no ofrecer nada nuevo, pero a medida que avanza su trama, se van hilvanando algunas ideas y reflexiones de forma inteligente y fresca, de tal forma que logra que nos enfrentemos al conocido conflicto hombre vs máquina con una luz nueva.

Como a Caleb, su protagonista, poco a poco nos vamos enredando en una densa, desasosegante y a ratos espeluznante telaraña de la que no se puede huir con facilidad. Ex_Machina es uno de esos films cuyo “malrollismo” no desaparece a los minutos u horas de su visionado, sino que permanece en tu memoria, como el regusto amargo de esa pesadilla que, aunque no recuerdas con exactitud, tampoco puedes olvidar.

 


Gran parte de ese logro lo tienen sus 4 intérpretes (sorry, revelar la identidad del cuarto sería un spoiler). Oscar Isaac crea un estupendo genio/villano, alguien que fácilmente podría haber caído en la caricatura, pero que él convierte en único y tridimensional. El últimamente omnipresente Domhnall Gleeson, encasillado en buenazos/pardillos/losers, aporta a su compasivo personaje una naturalidad y unos matices que no le habíamos visto hasta la fecha. Sin embargo, la que más deslumbra es una ambigua, magnética y genial Alicia Vikander. Su muy inteligente y “microexpresiva” Ava resulta inolvidable.

Puede que la potente carga filosófica y ética de Ex_Machinanos haga salir del cine con el corazón encogido en lugar de con la reconfortante y despreocupada sonrisa típicamente “palomiteril”, pero su inteligente, satírica y reflexiva guerra de sexos bien vale un ticket hacia el país de las pesadillas.





Desearía olvidar: Algún giro final algo artificial; su pesimismo.

Guardo en mi baúl cinéfilo: Su espíritu feminista; la cuidadísima atmosfera y fotografía; sus diálogos sobre la programación humana; sus genialmente escritos personajes y, especialmente, Ava y el hostiable/admirable Oscar Isaac; la super eco-casa; el hecho de seguir reescribiéndola a partir de su final no cerrado.

Test de Bechdel:¿Suspendido?

Especismómetro:Apagado (no aparece ni se menciona a ningún animal no humano).






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7 motivos para amar/odiar Kingsman. Servicio secreto

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1-  Kingsmanes uno de los mejores ejemplos de que el cine de entretenimiento o escapista no necesariamente implica un mal guión, chapuceros déjà vu, y/o insultar continuamente la inteligencia del espectador. El simpático film no sólo resulta sanamente entretenido y divertido a lo largo de todo su metraje, sino que ha contribuido a dignificar el denostado género blockbuster.





2-  Colin Firth justifica, por sí sólo, el precio de la entrada. Encarnación perfecta de la clase y distinción puramente British, y con un porte y físico envidiables, Mr Firth se había guardado en su almidonada manga un as que no nos había mostrado hasta la fecha: el de héroe de acción o repartidor de plumcakes. El elegante británico no sólo ha logrado reciclarse a sus 54 años, sino que ha pasado la prueba withflying colors. God bless him!





3-    Esta no es de esa clase de películas” es una de las frases que más se repiten a lo largo de todo el metraje y el espectador recibe muchos ejemplos que efectivamente lo confirman. Kingsman es tan enérgica, fresca, ultraviolenta, gamberra y paródica que prácticamente no deja títere del género espías con cabeza (haciendo las delicias, especialmente, de los fans de las películas de espionaje clásicas) y le añade unas agradecidas gotas de humor y de sutil crítica social. Ladies & gentlemen, James Bond ha sido oficialmente homenajeado y reformulado, al mismo tiempo. 





4-   Ni los tópicos y planos personajes ni la previsibilidad de la trama consiguen que nos aburramos o decepcionemos en prácticamente ningún momento. A ello contribuye, en gran parte, un inspirado casting en el que todos sus actores encajan a la perfección. Mención especial para el super carismático “Zamuel L.Jackzon”, el sobrio y elegante Mark Strong y el prometedor Taron Egerton.




5-    Hay una escena del film que está destinada a pasar a la posteridad por su ultraviolencia, espectacularidad e inteligente planificación (pongamos que hablo de una iglesia), sin embargo, aunque menos sangrientas y tarantinianas, bien merecen el mismo reconocimiento la genial clase de etiqueta en el pub del kingsman más kingsman ever (oséase Colin Firth) y la adrenalínica prueba del paracaídas.




6-   Aunque no caiga en la bochornosa (y asquerosa) misoginia de las clásicas pelis del género, el filmdeja muy claro que no tiene ninguna intención de que el Kingsmande su título se escriba en genérico. Puede que su ritmo frenético y algunos elementos de la trama nos despisten, pero la de Matthew Vaughn es una película hecha para que ellos y no ellas se luzcan y sean los absolutos protagonistas. [Spoiler] Si repasamos a las mujeres que aparecen tenemos: una viuda depresiva muy White trash que es incapaz de superar la muerte de su marido, ser autosuficiente o no depender de un hombre; una villana muy letal y muy badass que pasará a la historia como “la cuchillas” (y a la que en ningún momento llegamos a conocer); una aspirante a Kingsman que no sólo nunca nos demuestra porqué es apta para el puesto, sino que acaba siendo rescatada, cual damisela en apuros en casi todas sus escenas (para más inri, en la clave escena final, la mandan lejos, muy lejos); y una princesa muy rubia y muy nórdica que pasa de ser una mujer con principios a un frutón verbenero en 3’2 segundos.





7-   La recuperación del galáctico Mark Hamill meses antes de que vuelva a reencarnar al personaje que lo catapultó y encasilló para siempre. ¿Resulta una alegría o un toque de agria nostalgia comprobar cuánto ha pasado el tiempo?






Desearía olvidar: Su imperdonable sexismo; la escena de la hamburguesa; sus continuos derroches de violencia; el demasiado sutil toque de denuncia social; tener que verla doblada; que no haya versión femenina de sus letales gadgets; la vergonzosa escena del “polvo real”.  

Guardo en mi baúl cinéfilo: A Colin Firth; ciertos toques de humor; algunos de sus diálogos; el sanísimo feeling de escapismo durante 2 horas.  

Test de Bechdel: Suspendidísimo.

Especismómetro:Alto.  [Spoiler] No tiene ningún sentido que los Kingsmen valoren la lealtad por encima de todo y posteriormente pidan a sus potenciales agentes que se carguen a su compañero más fiel. ¿A que nunca les pedirían que atentaran contra otro ser humano? Otro triste ejemplo de especismo asqueroso





Las frases:

“Manners maketh man”.





“There is nothing noble in being superior to your fellow man. True nobility is being superior to your former self”





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El año más violento (A most violent year): El camino del hombre recto

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La temporada premiable yankee ha terminado, ninguneando, incomprensiblemente, algunas de las mejores películas que hemos visto en lo que va de 2015 en favor de otras cintas bastante más cuestionables (o directamente mediocres). Resulta dolorosamente injusto que Foxcatcher y, sobre todo, la estupendaNightcrawlerno hayan recibido más reconocimiento (¿cuántas personas las conocen y/o las han visto?). La tercera película de J.C. Chandor, nos confirma, tristemente, que aún caben algunos títulos en esa lista.




Ambientada en el New York de 1981, el año el que todo parecía posible y los fanfarrones triunfadores reaganescos “coexistían” con los florecientes gangsters, los índices de criminalidad alcanzaron una cota que ningún otro año del siglo conseguiría superar. Sin embargo, A most violent yearen ningún momento nos muestra esa violencia explícita y descarnada que suele abundar en films del mismo género. Lo suyo es una violencia soterrada, sutil, implosionada.




J.C.Chandor nos cuenta la historia de un self-made man latino (Oscar Isaac bordando otro papelón y convirtiéndose, poco a poco, en uno de los mejores actores de su generación), un empresario honesto que quiere seguir siéndolo. Sin embargo, está jugando a un nivel en el que, para triunfar, ya no puede elegir las reglas. A su mujer, y contrapunto perfecto, sin embargo, no le tiembla el pulso adentrarse en la moralidad gris. Ya resultaría estimulante (y esperanzador) encontrar una esposa cinematográfica que tenga entidad propia en lugar de limitarse a definir y ampliar el arco dramático de su partenaire masculino (a años luz del personaje de Sienna Miller en El francotirador, por poner un ejemplo reciente), pero es que esa freak of nature que es Jessica Chastain lo convierte, directamente, en el personaje más complejo y fascinante de la cinta.  




Una atmósfera tensa, viciada y opresiva,fotografiada en tonos beige, envuelve esta crónica de la degradación moral que se ve con esa inquietud y malrollismo de las tragedias, en las que el bad ending resulta inevitable. ¿Es Lumet? ¿Es Coppola? Nope, es J.C. Chandor. Muy recomendable.





Desearía olvidar: La escena del ciervo; la falta de definición de los personajes secundarios; ciertos déjà vu; el peinado "viejunil" de Oscar Isaac.

Guardo en mi baúl cinéfilo: la confirmación de Oscar Isaac como uno de mis actores favoritos; el aterrador carnivorismo de Jessica Chastain; la química entre sus dos protagonistas; su elegancia; su sutileza; la escena de la persecución; lo tristemente extrapolable que resulta a nuestros días; el precioso cartel.

Test de Bechdel: Suspendido.

Especismómetro: 60/100





La frase:"When it feels scary to jump, that is exactly when you jump, otherwise you end up staying in the same place your whole life, and that I can't do".





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Especial Zinemaldia 62.The best of la Sección Oficial: La isla mínima

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Dirigida por

Alberto Rodríguez


¿De qué va?

Dos policías, aparentemente opuestos tanto en caracteres como en métodos, llegan a un remoto pueblo de las marismas a principios de los 80 para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. Una comunidad anclada en el pasado más rancio y casposo y un astuto asesino feroz no les pondrán la tarea demasiado fácil.




Crítica

La isla mínima venía precedida por un hype tan brutal que no poc@s la consideraban, ya desde antes de su estreno, la máxima favorita a la concha de oro. Tras su proyección pasó a ser una obra maestra para algun@s, la mejor película española del año para otr@s tant@s y un notable thriller para la mayoría, entre la que me incluyo.

Comparada, hasta la saciedad, con True Detective(en versión cañí y low cost), con la que guarda no pocos paralelismos, tanto argumentales, como en el tratamiento y el tono poético-metafísico, ha sabido retratar con acierto, no sólo la brumosa época de la transición, sino las no menos brumosas y turbias marismas  del Gualdalquivir y sus rudas (y machistas) gentes.



Sólida e impecáblemente filmada, tal vez lo mejor de La isla mínima, lo que deja más y mejor poso en el recuerdo, además de su atmósfera malsana y asfixiante, y su fantástica fotografía (atención a las preciosérrimas imágenes del comienzo), sean sus dos protagonistas, Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez, inmensos ambos en unos roles aparentemente antagónicos (en registros muy diferentes a los que nos tienen acostumbrados), mientras van evolucionando y se van enfangando, en todos los sentidos, en un caso bastante más siniestro de lo que inicialmente imaginaban (intuyo que el premio del jurado a la mejor fotografía y la concha de plata al mejor actor para Gutiérrez no serán los únicos galardones que recoja el film durante los próximos meses).




La pega, eso que convierte La isla mínima en un film notable y no sobresaliente, es la débil trama detectivesca, de la que quedan demasiados interrogantes e hilos sueltos. Spoiler: nunca llegamos a conocer realmente (ni a odiar), a los malos ni sus motivaciones, lo cual resulta básico para implicarse emocionalmente en la trama. Además, algunos personajes secundarios acaban resultando demasiado desdibujados. ¿Qué la parte detectivesca es sólo un Mc Guffin para hablar de otra cosa? Tal vez, pero una resolución del caso más compleja y satisfactoria habría redondeado y sumado bastantes más puntos a este intenso y turbio viaje en Dyane 6 por los primeros y años de las transición, en los que zamparse un “estofado de Bambi” ni siquiera denotaba síntomas de psicopatía.

A pesar de todo, buen y recomendable film.





La anécdota festivalera

Raúl Arévalo ha aparecido en tantas películas en esta 62 edición, que siempre había algún/a gracios@ que preguntaba “¿Tú cuántas películas del ciclo Raúl Arévalo has visto?”.


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La rescatadora de frases: 20,000 days on Earth

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“Songwriting is about counterpoint. Counterpoint is the key. Putting two disparate images beside each other and seeing which way the sparks fly. Like letting a small child in the same room as… I don’t know… a Mongolian psychopath or something. And just sitting back and seeing what happens.Then you send in a clown, say on a tricycle. And again you wait, and you watch. And if that doesn’t do it… You shoot the clown”.




“The first time I saw Susie was at the Victoria and Albert museum in London, and when she came walking in, all the things I had obsessed over for all the years, pictures of movie stars, Jenny Agutter in the billabong, Anita Ekberg in the fountain, Ali MacGrow in her black tights, images from the TV when I was a kid, Barbara Eden and Elizabeth Montgomery and Abigail, Miss World competitions, Marilyn Monroe and Jennifer Jones and Bo Derek and Angie Dickinson as police woman, Maria Falconetti and Suzi Quatro, Bolshoi ballerinas and Russian gymnasts, Wonder Woman and Barbarella and supermodels and page 3 girls. All the endless impossible fantasies, the young girls at the Wangaratta pool lying on the hot concrete, Courbet’s Origin of the World, Bataille’s bowl of milk, Jean Simmons’ nose ring, all the stuff I had heard and seen and read. Advertising and TV commercials, billboards and fashion spreads and Playmate of the month, Caroline Jones dying in Elvis’ arms, Jackie O in mourning, Tinker Bell trapped in the drawer. All the continuing, never-ending drip-feed erotic data came together at that moment in one great big crash-bang. And I was lost to her, and that was that.”




“It’s your limitations that make you the wonderful disaster you most probably are.”




“All of our days are numbered. We cannot afford to be idle. To act on a bad idea is better than to not act at all, because the worth of an idea never becomes apparent until you do it.
Sometimes this idea can be the smallest thing in the world – a little flame that you hunch over, and cup with your hand, and pray will not be extinguished by all the storm that howls about it. If you can hold on to that flame, great things can be constructed around it that are massive, and powerful, and world changing. All held up by the tiniest of ideas”.





“In the end, I'm not interested in that which I fully understand. The words I have written over the years are just a veneer. There are truths that lie beneath the surface of the words...Truths that rise up without warning, like the humps of a sea monster... and then disappear. What performance and song is to me is finding a way to tempt the monster to the surface, To create a space...Where the creature can break through what is real and what is known to us. This shimmering space, where imagination and reality intersect... this is where all love and tears and joy exist. This is the place.This is where we live”.




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White God: la furia de los sin voz

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Si como los contadores de cuentos aseguran, “los cuentos sirven para dormir a los niños y despertar a los adultos”, el film de  Kornél Mundruczó resulta todo un despertador de conciencias, además de una contundente llamada a la acción. Y es que antes de que nos demos cuenta, esta imprescindible cinta húngara ha desplegado ante nuestros ojos todo un arsenal de contenidos ricos y complejos expresados del modo más simple.




¿Quiénes son los protagonistas de este moderno cuento de hadas? Tenemos a Hagen, un héroe canino que representa a los “no puros” o mestizos, los underdogs o los representantes de todas las minorías especiles, étnicas, raciales y espirituales del mundo, su humana o la heroína entre dos mundos, un esbirro del mal o el padre de esta, y un malo malísimo encarnado en ese simbólico “dios blanco” omnipotente y omnipresente emblema de falsa (y aniquiladora) superioridad moral.




El film navega entre varios géneros. Una base de cine fantástico subgénero “Animales en rebeldía” al más puro estilo Los pájaros (el terror sólo asoma en su magistral tramo final), con un toque dramático y de cine de aventuras, aunque su esencia nos muestra, con una mirada aterrorizada y alegórica, a través del viaje del héroe canino hacia el infierno, el inevitable desmoronamiento de una sociedad que ha perdido sus valores elementales y cuyas principales víctimas son los seres más vulnerables, puros e inocentes: los perros, que no sólo nos profesan una adoración ciega, sino que nos dan bastante más de lo que reciben a cambio.  




A Hagen, el perro más achuchable del mundo, no le queda más remedio que “madurar” a golpes, adaptarse o morir, y en su descorazonadora lucha por la supervivencia pierde toda su pureza. Aunque la línea argumental se divide entre la odisea del maltratado can y de la su humana Lily (más floja y desaprovechada y menos definida que la primera), nunca hemos visto hasta la fecha un film con un punto de vista tan crudo, radical y genuinamente perruno. La cámara se sitúa directamente en los ojos de Hagen y resulta imposible no empatizar, sufrir y enrabietarse con él.




Las grandes obras subversivas se burlan de las ideas vigentes llamando al niño rebelde que habita en todos nosotros, mirando la sociedad y el mundo desde su punto de vista. En este caso, un animal maltratado, despreciado y ninguneado (oseáse, todos los animales). Sin embargo, el sufrimiento y rabia de perro apaleado demasiadas veces le ofrece al can, al mismo tiempo, una revelación y una vía de escape: si los de abajo se mueven, los de arriba se caen.   
                                             



Aunque tal vez lo más inquietante de White God (poderosas y escalofriantes escenas dramáticas aparte) sea que, en su particular lucha entre el bien y el mal, como espectadores, nos obliga a posicionarnos, a plantearnos en qué escalón de responsabilidad y privilegio nos encontramos y qué estamos haciendo para cambiarlo. Y es que, ¿nos aporta algo valioso, como sociedad, el abuso de todos los considerados “inferiores”? ¿Nos condenamos como individuos con cada acto de no empatía hacia aquellos que pertenecen a una diferente etnia, raza, cultura, orientación sexual o especie? ¿Todo el sufrimiento innecesario que causamos vuelve a nosotros? El film comienza y acaba en un matadero. No puede ser casualidad.

Que nadie se la pierda. Sólo por su emocionantísima escena final, White God ya merece estar en el olimpo del 2015.







El secreto de Adaline o la hija trendy de Benjamin Button

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A El curioso caso de Benjamin Button le ha salido una suerte de hija cool y trendy, pero a diferencia de su célebre papi, Adaline no invierte su proceso vital y se vuelve cada vez más joven, sino que, por cosas del azar, se estanca de por vida en una muy envidiable y lozana veintena.




La idea apetecía y sus posibilidades, a priori, resultan tan jugosas, que la película está prácticamente condenada a decepcionar a cualquier espectador que busque algo más que una mediocre love story. Lamentablemente, tras sus casi 2 (innecesarias) horas de metraje, acaba decepcionando las expectativas de básicamente cualquiera.




El secreto de Adalinees un aburrido film que pasa de puntillas por una historia potente, sin profundizar ni en sus personajes, ni en su trama, ni en su love story y sin conseguir tocar la tecla de la empatía y la emoción en ningún momento. Ni siquiera Harrison Ford, que aparece, muy oportunamente, en el punto álgido del film, consigue rescatar a Adaline de la excesiva pulcritud y “anestesia emocional” de la que también adolececía su "papi Benjamin".




Blake Lively, con su deslumbrante elegancia y belleza atemporales, tristemente, hace mucho más alarde de fotogénia y de ojo trendy durante todas sus “edades” (¡que mona va esta chica siempre!) que exhibiendo el catálogo de emociones que su personaje requiere. A pesar de su melancolía y su eterna pose de resignación, no consigue convencernos del tormento y desgarro emocional que, en principio, debería padecer. Sin embargo, buena parte de la culpa recae en un guión insípido, convencional y vacuo que, a lo sumo, contiene un par de chispazos de encanto.  




El secreto de Adaline(¿qué problema había en mantener su mucho más apropiado original ‘The age of Adaline’?) es un film prescindible y fallido que, por la deslumbrante potencialidad de su historia, deja un regusto aún más amargo que la media de películas decepcionantes que llegan a nuestra cartelera. Y es que, cinematográficamente hablando, aún no se le ha hecho justicia a esta fascinante y enigmática excepción de la naturaleza. 

¿Habrá más retoños Button?






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